Una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concluye que la libertad de expresión es pilar de un Estado democrático porque mantiene abiertos canales para el disenso y el cambio político; y por ello, si bien se deben respetar derechos de terceros, se está permitido recurrir a una cierta dosis de exageración e incluso de provocación.
Lo anterior se desprende del análisis de los ministros sobre la demanda que presentó el ex gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, en contra el periodista Carlos Loret de Mola a quien le reclamó afectación a sus derechos al honor y a la propia imagen.
Fausto Vallejo demandó por daño moral a Loret de Mola por la difusión de un video donde su hijo, Rodrigo Vallejo, aparece al lado de quien fuera el líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez, alias “La Tuta”. El michoacano alegó que el video fue grabado cuando su hijo fue retenido por el grupo criminal, por lo que su difusión sólo se hizo para dañar su imagen.
No obstante, en el proyecto de sentencia, el ministro Juan Luis González Alcántara Carranca indicó que, según cita Noticias MVS, en la transmisión del video no hubo malicia efectiva, y que se ciñó a los criterios del derecho constitucional de libre expresión.
Por ello, por mayoría de cinco votos, los ministros de la Primera Sala determinaron que en cuanto a libertad de expresión, “los límites a la crítica son más amplios si se refiere a personas con proyección pública, puesto que las mismas están expuestas a un riguroso control de sus actividades y manifestaciones”.
En ese sentido señalaron en la resolución que “la libertad de expresión es un pilar funcionalmente esencial para todo Estado democrático ya que, además de asegurar a las personas un espacio esencial para el despliegue de la autonomía de su voluntad, es una pieza central para el adecuado funcionamiento de toda democracia representativa”.