Tres de cada 10 menores de edad que obtienen su libertad tras ser detenidos por la comisión de un delito, de acuerdo con informes de la Dirección de Tratamiento para Adolescentes de la Ciudad de México.
De acuerdo con los documentos difundidos este miércoles por Milenio Diario, uno de los principales problemas es que los jóvenes regresan al mismo entorno social por lo que continúan viviendo en un medio violento.
Asimismo, el hecho de haber estado presos genera una disolución del vínculo familiar y dificultades para desarrollarse de manera personal, laboral o en el ámbito educativo.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, Édgar Elías Azar, consideró que cuando un menor de edad se convierte en delincuente, la responsabilidad también corresponde a los adultos.
“Cuando un adolescente, niña o niño se convierten en transgresores de la ley, a veces sin saber o incluso deliberadamente, es un llamado a la responsabilidad entera de los adultos; es un llamado de alerta para que autoridades, padres y madres de familia seamos obligados vigilantes de este desarrollo”, Expuso Elías Azar.
Por ello, el TSJ y la Subsecretaría de Sistema Penitenciario y Reintegración firmaron un convenio que garantice a los jóvenes que salen de prisión la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.
La secretaria de Gobierno de la CDMX, Patricia Mercado, explicó que la alianza contempla tres ejes de acción: generar condenas menores con el fin de que estén menos tiempo recluidos, mejores condiciones de desarrollo y garantizar su derecho al porvenir.
“Les tenemos que garantizar escuela, estudio, capacitación, cultura para que regresen a la vida y de ese regreso no vuelvan de nuevo a la situación, sino que tengan entusiasmo y cabida en sus comunidades”, explicó Mercado.
Por otra parte, la funcionaria capitalina refirió que a partir de la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia penal la población de las comunidades de tratamiento descendió un 43%, al pasar de 300 jóvenes registrados hasta el 18 de junio a 170.
mahy