Cuestionado sobre el conflicto interno en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por la elección de su dirigencia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, intentó evadir pronunciarse abiertamente sobre el tema e hizo una exposición sobre los partidos políticos en general, al asegurar que mientras no piensen el pueblo, sólo serán una franquicia al servicio de una minoría que sólo pelea por cargos y el poder.
“Un partido político, cualquiera, si no tiene principios, si no tiene ideales, si no piensa en el pueblo, en luchar por causas justas no es más que una franquicia, un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos sólo para su provecho, ya sea en lo político porque desean ostentar poder o provecho económico. Entonces, eso no ayuda a ningún partido. No se debe de luchar por cargos, se lucha por ideales, por principios, incluso buscar que se consiga un ideal”, señaló.
Sostuvo que el verdadero motor del cambio es la gente y que los dirigentes de los partidos no pueden pretender hacer nada sin ella, porque serán fácilmente rebasados. Aun cuando dijo que su exposición no estaba dirigida a Morena, el mandatario empezó a manifestar su molestia con el oportunismo que han mostrado algunas personas que aspiran a ocupar un cargo, como dirigir un partido. Señaló que hay que mandar “al carajo” las viejas formas de hacer política porque el pueblo votó por algo diferente.
“Afortunadamente, es la gente la que está empujando la transformación. Lo dije hace unos días, lo repito, el motor del cambio es el pueblo. Y que no se confundan los dirigentes, no debemos nosotros confundirnos, es el pueblo el que manda, es el pueblo el que decide y no nos podemos desprender de eso, eso es lo fundamental, no puede haber divorcio entre dirigentes, entre gobernantes y el pueblo, como era antes. Entonces, no es para Morena, es en general este punto de vista de que ya al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política de que ‘me voy a colar’ -entre comillas- ‘y no me importa el pueblo’. Ni hablan con la gente, no platican, no recogen los sentimientos del pueblo, porque traen todavía el esquema antiguo, el viejo molde, que hay que terminar de romperlo”, espetó.
Sin embargo, al insistirle en que se pronunciara sobre lo que ocurre en su partido, se dijo extrañado de que lleven más de un año de conflicto y sin poder resolver la elección de su nueva directiva. Reprochó que esto suceda porque mientras todas las encuestas colocan arriba a Morena, este instituto político se encuentre hecho un “desbarajuste” por la falta de dirección.
“A mí me llama mucho la atención que -lo voy a decir nada más por esta ocasión, dejo la investidura- llevan los dirigentes de Morena, de mi partido -aunque yo tengo licencia porque soy presidente- no sé cuánto tiempo sin resolver lo de la dirigencia, como más de un año y enfrascados en pleitos y todo. Y se hacen las encuestas y se le pregunta a la gente: si fuesen las elecciones ¿por qué partido votarías? y ese partido está hasta arriba; o sea, es mucho pueblo para tan poco dirigente, con todo respeto, porque no hay dirección, hay un desbarajuste; sin embargo, el pueblo tiene otra idea”, enfatizó.
Sin mencionar a nadie en particular, consideró que hay mucho pueblo para tan poca dirigencia y los llamó a estar a la altura de la ciudadanía que los respalda. Dijo que nadie debe sentirse indispensable.
“Ojalá y los dirigentes estén a la altura del pueblo, eso sería mejor. Pero también, ¿por qué lo digo?, para que no estén pensando que son indispensables, insustituibles. Afortunadamente Morena es pueblo. Ya cierro el paréntesis”, sentenció.
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