En nado sincronizado, el oficialismo continúa su andanada contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): la ministra Yasmín Esquivel Mossa pidió la renuncia de Norma Piña a la Presidencia de ese órgano, a lo que incluso se opuso el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este martes Reforma publicó que en la sesión privada del Pleno de la SCJN, realizada el lunes pasado, Esquivel Mossa, la ministra que ha enfrentado denuncias por plagio en sus tesis de licenciatura y doctorado aún por aclarar, solicitó la renuncia de Piña Hernández en el contexto de la discusión sobre la iniciativa de reforma judicial presentada por López Obrador, con quien el alineamiento de Esquivel ha sido inocultable.
Esquivel Mossa, quien fue derrotada ampliamente por Piña Hernández en la elección de presidenta de la SCJN el 2 de enero de 2023, esgrimió un par de argucias para su solicitud: primera, que la titular del órgano no ha tenido una interlocución adecuada con los poderes Ejecutivo y Legislativo; segunda, que su retiro del cargo servirá para negociar y evitar una reforma judicial radical.
La ministra, quien respalda la elección por voto popular de los ministros de la SCJN pero de manera escalonada, no ha negado la versión publicada por Reforma.
También el senador morenista Ricardo Monreal se lanzó contra Piña Hernández, ya que acusó que “la reforma judicial es indispensable por la falta de pericia e inteligencia política” de la presidenta de la SCJN, lo que “detonó” que el tabasqueño presentara su paquete de iniciativas de reforma en febrero pasado.
El zacatecano dijo que en la primera mitad del sexenio la relación con el Poder Judicial “fue institucional, sin sobresaltos y excesos” (al respecto, es obligatorio mencionar cómo López Obrador reveló públicamente la forma en que presionó sobre varios temas al entonces presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, quien ahora es investigado, con varios de sus colaboradores, por el Poder Judicial debido a varias denuncias en su contra por torcer resoluciones a favor del gobierno, de lo cual algunos jueces ya han rendido testimonio. No fue gratuito que el gobierno del tabasqueño y sus bancadas quisieran alargar inconstitucionalmente el periodo de Zaldívar al frente de la Corte, intentona que finalmente fracasó).
Pero, indicó el legislador, con el nombramiento de Piña la relación cambió y se tensó, para lo que la presidenta se escudó en que se debería mantener la autonomía y la independencia del máximo tribunal. Según él, la relación se deterioró por “la invasión frecuente del Poder Judicial a los trabajos o determinaciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo”.
No podía faltar el propio Zaldívar, hoy colaborador de Claudia Sheinbaum, quien, en declaraciones a Ciro Gómez Leyva, se refirió a las negociaciones que Piña dijo estar sosteniendo: “¿Negociando con quién? No tiene interlocución con nadie, esa es la verdad. Entonces yo entiendo la preocupación y la molestia de un buen número de ministras y ministros, pero incluso de jueces y de juezas con una gestión errática, de enfrentamiento, de golpeteo y de alianza política indebida”.
Zaldívar, quien antes de dejar su cargo como ministro dejó ver su apoyo a Claudia Sheinbaum, insistió que “el Poder Judicial requiere una interlocución que sea respetada y respetable por todos” la cual, según él, Piña no tiene.
Por su parte, en su conferencia de prensa de este martes, López Obrador negó que la renuncia de Piña Hernández pudiera ser moneda de cambio: “No hace falta que renuncia nadie, sino que continúe el debate sobre la necesidad de la reforma, hacer un buen análisis, un buen diagnóstico”.
Al respecto de esto último, apenas ayer, en entrevista con Joaquín López-Dóriga, el ministro Javier Laynez Potisek indicó: “Una reforma de este calado, como la que se pretende, es rehacer todo de cero por elegir, deja tú a las ministras y ministros, sino todos los jueces, todos los magistrados y terminar con la carrera judicial. Primero: ¿dónde está el diagnóstico que nos lleva a decir ‘esto es corrupción, todo es ineficacia, todo es nepotismo’?”.
El tabasqueño no quiso personalizar: “Ella llega ahí, desde luego tiene procedimientos que uno no puede aceptar o compartir; pero no sólo es ella: es una crisis del Poder Judicial. ¿Y cómo se enfrenta una crisis, una decadencia? Pues con una reforma, con una transformación, no parchando”.
Pero este martes el presidente insistió en que su iniciativa de ley (en realidad va más allá: implicaría reformas constitucionales) sea revisada y “se vean los tiempos, los procedimientos que se deben de aplicar, que se fijen los tiempos para la elección, y que se inicie el proceso con una convocatoria en donde puedan ya inscribirse los aspirantes de acuerdo con los requisitos”.
