El turno de Dilma Rousseff llegó, este lunes en el juicio político que enfrenta la presidenta apartada de su cargo se le permitió responder a cada uno de los cuestionamientos que se le han hecho a lo largo de su gobierno y asimismo en los meses que ha estado retirada de sus funciones.
Ante el pleno del senado, Rousseff declaró que su gobierno cometió "errores pero nunca traicionó a su votantes". Además volvió a insistir en que no hay "justificación" para retirarla del cargo, ya que no ha "cometido ningún crimen" y catalogó su destitución como un "golpe"que llevará a un gobierno usurpador.
Y es que durante su intervención, la mandataria acusó a su sustituto, quien fue, también, su vicepresidente, Michel Temer por formar un gobierno sin mujeres "cuando el pueblo eligió a una mujer como presidenta". Y añadió, “no puedo dejar de sentir en la boca el sabor amargo de la injusticia".
Ante los 81 senadores y el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, como garante constitucional del proceso, Rousseff dijo: "pido que hagan justicia a una presidenta honesta".
"No lucho por mi mandato, por vanidad o apego al poder (…) Lucho por la democracia, por la verdad y la justicia, por el pueblo de mi país".
Tras su replica, la presidenta deberá responder las preguntas que formulen los senadores en un interrogatorio que puede durar varias horas, incluso se puede prolongar hasta la madrugada del martes.
Luego se abrirá un espacio para debates que será seguido por la última votación, en la que Rousseff será destituida o ratificada finalmente del cargo. Una mayoría de 54 votos, que representa dos tercios de los escaños del Senado, puede ensombrecer el futuro político de Rousseff y acabar con su mandato.
(Con información de El Mundo, El Confidencial)
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