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Claudia Ruiz Massieu, senadora por el PRI, rechazó la iniciativa de reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que, dijo, “representa un retroceso”, porque afectaría a los hogares mexicanos y generaría litigios con inversionistas y Estados.

En el contexto de la solicitud de López Obrador para que el PRI se defina sobre su iniciativa y la declaración de Alejandro Moreno, presidente de ese partido, en el sentido de que la están analizando y que no aceptarán presiones, Ruiz Massieu se manifestó en contra de ella y dijo que “no es una ley que nosotros podamos respaldar así”.

Para la legisladora priista, la propuesta es similar a una ley ya discutida y que varios partidos impugnaron: “Es una iniciativa que no sólo representa un retroceso: es idéntica a la Ley de la Industria Eléctrica que nosotros impugnamos junto con el bloque de contención ante la Suprema Corte porque creemos que, además de ser un retroceso, no es lo que el país necesita en materia de desarrollo”.

Según ella, se trata de una propuesta “muy extraña” debido a que le devuelve el monopolio a la Comisión Federal de Electricidad, lo que ocurriría “cuando aún hoy no tiene la capacidad de generación de energía que ya requiere el país. Vamos a tener apagones, aumento a las tarifas, menos empleos, menos crecimiento económico, menos desarrollo”.

Ruiz Massieu detalló los diversos problemas que la iniciativa generaría al país en caso de aprobarse: “No va a permitir que la planta productiva pueda generar empleo, y eso va a afectar a las familias. Va a generar un alza en los precios que se va a resentir en todos los hogares mexicanos”.

Pero los problemas que se generarían van más allá del país, ya que, según advirtió la senadora, también se generaría “un cúmulo de litigios de inversionistas y de Estados con los que tenemos acuerdos de libre comercio y de inversión”.

Y recordó que se trata de un debate que ya dieron en ocasión de la discusión sobre la Ley de la Industria Eléctrica, cuando “hablamos de las razones por las que no se puede apoyar este modelo, y ahora se plantea a través de una reforma constitucional que no vemos —cuando menos yo muy claramente— con ninguna simpatía y no la podríamos respaldar”.

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