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De país terco y sombrío.

José Revueltas

 

Hay más pero puse, como muestra, seis ejemplos de “transformadores” del presente que tienen pasado salinista. Señalé la contradicción entre esos hechos curriculares —no fake news— y el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ahora pongo ocho ejemplos de obradoristas que trabajaron en el que, de acuerdo con el obradorismo, fue el primero de los gobiernos neoliberales en México: el de Miguel de la Madrid, de 1982 a 1988. Esteban Moctezuma sería un noveno caso al que le dedicaré un texto exclusivo.

1. Napoleón Gómez Urrutia: el senador morenista fue director de la Casa de Moneda (parte de la Secretaría de Hacienda) en la segunda mitad del sexenio de José López Portillo y en todo el de su sucesor —el “líder minero” continuó en ese empleo cuando De la Madrid fue sucedido por Carlos Salinas…

2. Roberto Salcedo Aquino: el nuevo secretario de la Función Pública fue oficial mayor de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) de 1987 a 1988.

3. Ricardo Valero: fue embajador obradorista en Argentina y subsecretario de Relaciones Exteriores delamadridista. De hecho, ocupó dos subsecretarías diplomáticas: la de Planeación y Asuntos Culturales y la de Cooperación Internacional.

4. Javier Jiménez Espriú: fue el primer secretario de Comunicaciones y Transportes de este gobierno y subsecretario de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico de la misma dependencia en nuestro primer gobierno neoliberal —después de ser subdirector comercial de Pemex en el de Salinas…

5. Miguel Torruco: el secretario de Turismo de “la cuarta transformación” fue lo mismo de la Ciudad de México bajo el gobierno de un tal Miguel Ángel Mancera, y antes había sido coordinador de Turismo del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales priista (el famoso IEPES) en la campaña presidencial de De la Madrid, y luego director general de Capacitación Turística de la Secretaría de Turismo delamadridista.

6. Manuel Camacho: el artífice de la presencia de Marcelo Ebrard en los equipos de AMLO fue subdirector del IEPES cuando Salinas era el director; es decir, durante la referida campaña de Miguel de la Madrid coordinada por otro obradorista… Como se registró en el texto anterior, cuando De la Madrid fue presidente Salinas fue titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) y Camacho su subsecretario de Desarrollo Regional. Lo fue de 1982 a 1986, año en que Camacho fue ascendido —con el apoyo de Salinas— a titular de la SEDUE, periodo en el que colaborarían con él Salcedo Aquino y Ebrard.

7. Marcelo Ebrard: actual secretario de Relaciones Exteriores, antiguo colaborador de Camacho y, así, de Salinas y De la Madrid. Fue asesor del subsecretario salinista Camacho en 1983, director de Proyectos Especiales en la SPP en 1984 y jefe de su Unidad de Información en 1986. No se pierda: De la Madrid era presidente, Salinas secretario de Programación y Presupuesto, Camacho subsecretario y Ebrard subordinado directo de Camacho. Al pasar éste a la SEDUE en el 86, Ebrard lo alcanzó en 87 como coordinador de asesores. Y, repito, cuando Salinas pasó de secretario de Estado (delamadridista-neoliberal) a presidente (neoliberal), Camacho y Ebrard colaboraban con él.

8. Manuel Bartlett: ah, otra vez don Manuel, capo de las piruetas políticas y la retórica nacional-agresiva, el “virrey” energético del obradorismo —“virreinato” priista, no progresista— fue, ni más ni menos, que el secretario de Gobernación todo el sexenio neoliberal de Miguel de la Madrid. Todo el sexenio, en el que, según las propias palabras de Bartlett, “tuvimos severos problemas de narcotráfico” (declaraciones en el número 841 de la revista Proceso, del año 1992). Antes fue su asesor en la SPP, posición que De la Madrid tuvo en la presidencia de López Portillo, quien hizo a De la Madrid candidato presidencial del PRI en 1981, año en que Bartlett es designado secretario general del partido y coordinador de la campaña delamadridista.

Así resulta que, al pasar del delamadridismo al obradorismo, Bartlett pasó no de la derecha a la izquierda, pues AMLO es una falsificación priista de la izquierda, sino de la derecha neoliberal priista al priismo de derecha conservadora, regresando parcialmente al echeverrismo que ostentó de 1970 a 1976, cuando fue director de Gobierno de la Secretaría de Gobernación.

En tanto fue secretario de Gobernación, Bartlett fue presidente de otra CFE, la Comisión Federal Electoral, que era lo que existía antes de que existieran el IFE y el INE liberados del gobierno federal y el presidente (López Obrador quiere regresar hacia algo como lo que dirigía Bartlett). Esa Comisión encabezó la operación electoral a favor del candidato presidencial Salinas, “dedeado” por De la Madrid para sucederlo. La colaboración de Bartlett con Salinas fue mucha y estrecha, como la que tuvo con un De la Madrid que siempre se autodefinió como “económicamente ortodoxo” —neoliberal pues…

Le hago, lector, un resumen de relaciones De la Madrid-Salinas-Bartlett: López Portillo es presidente, pone a De la Madrid en la SPP en 1979; ahí De la Madrid contrata a Bartlett y Salinas, a uno como asesor y a otro como director general de Política Económica y Social; López Portillo transmite el poder presidencial a De la Madrid, quien hace una campaña electoral en la que Bartlett es el coordinador y Salinas el director del IEPES; De la Madrid presidente tiene a Bartlett como secretario de Gobernación y a Salinas de Programación y Presupuesto, y quiere que lo suceda Salinas, no Bartlett, pero no hay ruptura entre ninguno; la campaña presidencial salinista la coordina Manuel Camacho y el fraude electoral a su favor lo opera Bartlett desde Gobernación-CFE; finalmente, el presidente Salinas coloca a Bartlett en la Secretaría de Educación Pública.

Regresando al conjunto de los ocho, hay dos opciones: 1) ellos no hicieron todo mal en esos empleos o hicieron todo bien, por lo que no todo fue malo en los gobiernos anteriores y AMLO miente, o 2) los ocho hicieron todo mal y todo lo demás de esos gobiernos fue malo, por lo que AMLO se contradice y no debió incluir a ninguno. Escojan…

Y para rematar: los fancejos de López Obrador, esos que sólo saben gritar “¡fake news!”, insultar gratis y volver a gritar argumentos tan científicos como “¡la 4T va!”, pueden seguir hincados ante su dios y al mismo tiempo seguir esperando sentaditos a que deje de señalar sus omisiones e incongruencias.

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