Lección número 1. Nunca se debe sobredimensionar un tema en detrimento de la visión de conjunto. Tan importante es mirar el árbol como el bosque en el que se encuentra. A lo largo del gobierno de Felipe Calderón-Hinojosa (2006-2012), la principal prioridad de su administración fue el combate de la delincuencia organizada a la que identificó como la principal amenaza a la seguridad nacional, involucrando a las fuerzas armadas. En 2009, sin embargo, irrumpió en la sociedad mexicana la influenza A H1N1, la cual, si bien se originó en Estados Unidos, fue identificada en muchas partes del mundo como el “virus mexicano.” Los costos materiales y humanos de la pandemia fueron cuantiosos -sin dejar de lado el estigma asociado que provocó discriminación contra los mexicanos en todo el orbe-, pese a lo cual, la preparación del país para epidemias y pandemias no pasó de una referencia en el Programa de seguridad nacional 2009-2012. Si bien la influenza A H1N1 elevó el perfil de la salud en la agenda nacional, eventualmente el tema perdió relevancia ante la insistencia -y persistencia- de perfilar al combate de la delincuencia organizada como el tópico más prioritario. Esto también se replicó en el gobierno de Enrique Peña Nieto. En la presente administración, hasta antes del arribo de la pandemia al país, el enfoque central fue una vez más, la lucha contra la delincuencia organizada y la creación de la guardia nacional para hacerle frente. El SARS-CoV2, agente causal del COVID-19 llegó al país cuando el tema prioritario era otro. De haberse generado una visión amplia en la que se mirara no sólo un tema, sino al conjunto de flagelos que aquejan a la sociedad mexicana, posiblemente se habría contado con estrategias de prevención para estar en mejores condiciones ante la pandemia.
A nivel global pasó algo semejante. Tras el 11 de septiembre de 2001 y diversos atentados subsecuentes en Madrid, Londres, París, etcétera, el terrorismo fue sobredimensionado. Estados Unidos incluso creó el Departamento de Seguridad de la Patria (Department of Homeland Security) para que coordinara la respuesta ante un posible ataque terrorista en el futuro, sin ponderar otros flagelos como el huracán Katrina o la pandemia de influenza A H1N1. Hoy Estados Unidos es el epicentro mundial de la pandemia del COVID-19, con un millón de casos y 55 mil defunciones. De tanto mirar al terrorismo perdió de vista todo lo que, mientras tanto, estaba ocurriendo. En palabras de John Lennon: Life is what happens to you while you’re busy making other plans….
Lección número 2. La vigilancia epidemiológica es un elemento clave en la preparación para emergencias sanitarias. En México, el presupuesto para vigilancia epidemiológica correspondiente a 2020 es el más bajo registrado en 11 años, y equivale a la cuarta parte del existente en 2009 cuando se produjo la pandemia provocada por la influenza A H1N1 -enfermedad, hay que decirlo, que parece mucho menos grave que la que hoy acontece.[1] La vigilancia epidemiológica posibilita un mejor conocimiento sobre los diversos brotes que se producen y ello a su vez permite articular políticas apropiadas para su contención, eliminación y/o eventual mitigación.
El Presidente de EEUU Donald Trump, por su parte, más preocupado por su popularidad, ha tomado pésimas decisiones en materia de salud desde su arribo a la Casa Blanca, por ejemplo, al reducir el presupuesto de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) comprometido en la iniciativa en salud global, disminuyendo así su capacidad de monitoreo epidemiológico en el mundo.[2] Trump buscó un distanciamiento de las iniciativas sociales y de salud de su antecesor, desmantelando infraestructura crítica para hacer frente a epidemias y pandemias.[3]
Lección 3. El trabajo coordinado entre las autoridades de todos los niveles de gobierno es esencial para enfrentar la pandemia. El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell ha señalado en más de una ocasión que los estados de la república mexicana son responsables de proporcionar la información sobre casos en sus respectivas entidades, sugiriendo que algunos no lo hacen y por eso se carece de información actualizada o bien, se generan discrepancias.[4] Un tema muy comentado es la postura del gobernador del estado de Puebla, quien hace algunas semanas descalificó las medidas emprendidas por las autoridades, porque para él, el COVID-19 es una “enfermedad de ricos” a la que los pobres son inmunes.[5] El gobernador de Jalisco, por su parte, tuvo un intercambio de acusaciones con el Subsecretario López-Gatell, llamando “vergonzosa” su gestión ante la pandemia y éste respondiendo que en ese estado no se respeta el confinamiento.[6] Estos son sólo algunos ejemplos entre otros, donde las autoridades estatales, municipales u otras se rehúsan a cerrar filas con las autoridades federales, principalmente por razones políticas. Evidentemente ello va en detrimento de una respuesta ordenada y efectiva a la pandemia.
En Brasil, el incrédulo Presidente Jair Bolsonaro ha descalificado públicamente a la comunidad científica, despedido a su ministro de salud y despotricado contra las medidas de distanciamiento físico y la paralización de todas las actividades para contener la enfermedad. Numerosos gobernadores provinciales han decretado las medidas recomendadas, desafiando a Bolsonaro, pero esa fragmentación de esfuerzos ha llevado a Brasil a ubicarse como el país más golpeado en América Latina por la enfermedad, con casi 68 mil casos confirmados y alrededor de 4 700 defunciones.[7] En Estados Unidos, bueno, haciendo a un lado los dichos del Presidente Trump sobre la ingesta de desinfectantes (sic) para combatir la enfermedad,[8] la gestión del mandatario ante la crisis ha sido caótica desde que se confirmó el primer caso en el país el 20 de enero. No sólo menospreció la importancia del coronavirus sino que ha regateado asistencia a los estados más golpeados, por ejemplo Nueva York, gobernado por Mario Cuomo, quien pertenece al Partido Demócrata.[9] No es el único caso: Trump ha rechazado que se rescate a estados “mal gobernados por los demócratas” para apoyar el combate del coronavirus.[10] Hoy Estados Unidos tiene casi un millón de casos confirmados y más de 56 mil decesos, siendo Nueva York el epicentro de la enfermedad con más de 17 mil 500 defunciones.
Lección 4. Es necesario reforzar la formación de recursos humanos en el sector salud. El Consejo Nacional de Evaluación para la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señalaba, en 2018, que en México hay una baja proporción de médicos y personal de enfermería y trabajadores para el sector salud por cada 100 mil habitantes. La distribución geográfica del personal de salud impacta igualmente en la accesibilidad a los servicios -por ejemplo, los institutos de alta especialidad del sector salud se localizan en la Ciudad de México. Asimismo, hay escasez de médicos especialistas: la proporción es de uno por cada 1 408 habitantes.[11] Entre las especialidades médicas que se deben reforzar, figuran radiología, cirugía plástica, neurología, genética, reumatología, neumología, geriatría, nefrología, nutrición, y otras más asociadas al tipo de enfermedades que figuran entre las 10 principales causas de mortalidad en el país. Un problema concomitante y que explica la escasez de personal médico, sobre todo de especialistas, es el recambio: estudiar una especialidad implica para el recién egresado, destinar muchos años más de estudio, pero la expectativa laboral inhibe su entusiasmo: la Academia Mexicana de Medicina estima que, por ejemplo, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (INSS) se jubilan dos mil especialistas al año.[12]
El mundo también tiene una escasez de médicos. En el Reino Unido y Estados Unidos hay una demanda enorme de personal médico porque estos países ya no son capaces de egresar ese tipo de profesionistas. Se estima que, en Estados Unidos, hacia 2025, la falta de médicos podría ascender a 95 mil, cifra equivalente al 43 por ciento de todos los que laboran en ese país en la actualidad.[13]
Un problema no menos importante es la fuga de cerebros de personal médico que abandona los países en que fueron formados con destino a lugares en que las condiciones laborales son mejores. España, por ejemplo, segundo país más golpeado en el mundo por el COVID-19 y que tiene actualmente 232 mil casos confirmados y casi 24 mil defunciones, ha experimentado una fuga de cerebros de su personal de enfermería por las malas condiciones laborales. Lo más grave es que emigra a países como Alemania, Finlandia, Reino Unido, Suecia o Dinamarca, que son naciones con más altas tasas de enfermeros y enfermeras por 100 mil habitantes, como se observa en el gráfico 3. Así, mientras que Dinamarca y Alemania tienen en promedio 1 701 y 1 379 enfermeros o enfermeras por cada 100 mil habitantes, respectivamente, España tiene 532.[14]
En África, la fuga de cerebros deja sin recursos humanos a países con sistemas precarios de salud. En Kenia, más del 50 por ciento de sus médicos se emplean en el extranjero, por ejemplo, en el Reino Unido, que tiene una densidad de 283 mil médicos por cada 100 mil habitantes, mientras que la densidad para el país africano es, apenas, de 20.[15] En América Latina, tristemente México encabeza la fuga de cerebros, principalmente a Estados Unidos. Se trata de connacionales con alto nivel educativo, muchos de ellos científicos con posgrados que parten al vecino país del norte por razones económicas y profesionales.[16] Por cierto, las enfermeras son las mexicanas mejor cotizadas en la Unión Americana por las razones descritas.[17]
Lección 5. La pandemia generada por el SARSCoV-2 agente causal del COVID-19 es un hecho inédito en la era moderna pero es muy posible que se reproduzca en el futuro por este o bien por otro agente viral. La OMS advierte que las enfermedades infecciosas no sólo pueden propagarse más rápido, sino que
parecen estar surgiendo con más celeridad. Al respecto, plantea que desde la década de los 70 del siglo pasado, se han identificado nuevas enfermedades a ritmos sin precedente de una o más por año. En la actualidad existen al menos 40 enfermedades que se desconocían una generación atrás.[18] La globalización, la cantidad de viajes internacionales, el calentamiento global, son factores que potencian la propagación de los brotes. Como se observa en el gráfico 6, existen factores tradicionales que operan como catalizadores de las epidemias y que pueden ir desde el consumo de carne animal -que en determinadas circunstancias puede transmitir al ser humano enfermedades como cisticercosis o la encefalopatía espongiforme bovina,[19] para citar un par de ejemplos-, hasta el calentamiento global, pasando por los cambios en el uso de la tierra, en la industria agrícola y en la propia industria médica.
Adicionalmente a los factores descritos en el gráfico 6, en el siglo XXI existen factores que permiten que los vectores, los virus, las bacterias y/o las toxinas tengan oportunidades de propagarse, como, por ejemplo
- la globalización de los viajes y el comercio;
- el cambio climático;
- la resistencia microbiana a los medicamentos;
- la oposición o negativa a la vacunación; y
- el uso intencional de agentes biológicos, químicos o toxínicos para hacer daño (terrorismo).[20]
Lección 6. Todas las políticas públicas, sin excepción, deben anticipar los efectos que tienen o tendrán en la salud. En la planeación de las políticas públicas será ineludible ponderar el impacto a la salud, sea lo que se decida en el ámbito laboral, comercial, educativo, ambiental, cultural, seguridad, social, etcétera de los países. Hoy se ha visto la capacidad disruptiva de la pandemia en la vida de las sociedades, incluso en terrenos donde se pensaba no impactaría. Por ello, debe privar una visión integral, donde la salud se ubique en el corazón de la gestión de los asuntos públicos.
Lección 7. Los Estados “fuertes” han sido capaces de dar una mejor respuesta ante la pandemia. Hay un creciente debate respecto a si las sociedades con regímenes autoritarios pueden responder con mayor eficiencia que los regímenes democráticos ante el COVID-19. La evidencia muestra que algunas naciones con regímenes autoritarios no sólo no informan a sus gobernados sino que carecen de transparencia ante la comunidad internacional, lo que puede tener efectos devastadores en la propagación de la enfermedad.
Corea del Norte no es inmune al COVID-19, si bien en estos momentos la noticia sobre la salud de su líder Kim Jong Un acapara la atención por encima de la que recibe la enfermedad. Otro tanto ha ocurrido con la Nicaragua de Daniel Ortega, que, a la fecha, reporta 13 casos confirmados y sólo 3 defunciones, datos no creíbles a juzgar por la progresión de la enfermedad en países vecinos. Ortega desapareció por varias semanas de la vida pública y se especulaba sobre su salud. Ya reapareció, pero la opacidad en torno a la enfermedad, puede tener graves consecuencias para la población. También hay evidencia de regímenes democráticos con pésima capacidad de respuesta ante la pandemia. Ejemplos abundan si bien Estados Unidos y Brasil son casos destacados.
Así, pareciera que ni el autoritarismo ni la democracia son la respuesta. Lo que en cambio queda demostrado es que los Estados “fuertes”, por ejemplo, en Vietnam, Japón, Corea del Sur, Alemania, Nueva Zelanda, Israel y Rusia, sin importar el modelo económico o la orientación política de sus respectivos regímenes, han podido enfrentar con mayor éxito la pandemia. Por Estado “fuerte” se entiende aquel capaz de tomar medidas que muchos acusarían draconianas, aunque sancionadas por el Reglamento Sanitario Internacional de 2005, en aras de proteger la vida humana y mantener la ley y el orden. En los siete países descritos se tienen 270, 13 614, 10 752, 159 038, 1 472, 15 589 y 93 558 casos confirmados, respectivamente, pero sus defunciones son como siguen: 0 para Vietnam; 385 para Japón; 244 para Corea del Sur; 6 161 para Alemania; 19 para Nueva Zelanda, 208 para Israel y 867 para Rusia.[21] Se trata de países muy diferentes, con distintos niveles de desarrollo, pero lo que los hermana en la presente coyuntura, es que han emprendido acciones agresivas contra una enfermedad muy contagiosa: cerraron fronteras, confinaron a los habitantes -incluso establecieron multas para castigar a los desobedientes-, establecieron controles férreos para evitar el contacto físico y la movilidad de las personas, etcétera. En cada uno de esos países el Estado se hizo presente en la crisis y ello sugiere una importante enseñanza: las políticas de salud púbica exitosas no pueden ser gestionadas sino sobre todo por actores estatales. La razón es evidente: una amenaza como la planteada por el COVID-19 requiere un liderazgo claro y este procede esencialmente de Estados que tienen el control de la situación. Es por ello que, el papel del Estado hoy como nunca, debe ser revalorado.
Lección 8. La inteligencia en salud pública es fundamental para enfrentar brotes epidémicos. La inteligencia en salud pública es la vigilancia y el monitoreo de la salud de la población y de los determinantes de la salud y del bienestar, al igual que el apoyo para la práctica basada en evidencia, al igual que la valoración de la efectividad de los programas, servicios y políticas. Hoy es más que evidente que la vigilancia epidemiológica requiere más instrumentos para proveer información privilegiada y a tiempo sobre brotes, sus características, historia de la enfermedad de que se trate, posibles antídotos y otra serie de datos útiles para los tomadores de decisiones.
Las enfermedades no conocen fronteras y plantean amenazas a la salud de las sociedades. Asimismo, el calentamiento global y los contaminantes ambientales comprometen la calidad del aire, del agua y de los alimentos, razones por las que la inteligencia en salud pública es necesaria. Un problema asociado es la afluencia de información de baja calidad y de noticias falsas, factores que coadyuvan a la desconfianza de la población y limitan la capacidad de respuesta de las autoridades ante situaciones epidémicas y pandémicas. De ahí que sea necesario reunir, organizar, armonizar el análisis y la diseminación y las acciones a partir de la información de calidad -respaldada en evidencia científica- en beneficio de los tomadores de decisiones, los ministerios de salud y otras carteras, de manera que se emprendan acciones debidamente fundamentadas teniendo en mente escenarios previstos que permitan prevenir, y si la enfermedad se propaga, salvar vidas y una vez que la crisis disminuya, posibilitar la recuperación económica, social, comercial, recreativa, etcétera del país. La inteligencia en salud debe vislumbrar las condiciones previas al brote, las que se produzcan cuando el brote se materialice y las post-brote.
Lección 9. La cooperación internacional y la diplomacia en salud global son fundamentales para enfrentar el desafío de las epidemias y las pandemias. La progresión avasalladora del COVID-19 en el mundo obedece no sólo a lo contagiosa que es la enfermedad, sino a la poca cooperación existente entre los países para el diseño de estrategias comunes que permitan una respuesta coordinada. Lo que se ha visto mayormente hasta ahora son reproches contra la República Popular China, a quien se responsabiliza por la enfermedad y por no compartir todo lo que sabe sobre ella u ocultar información valiosa para la comunidad científica. Cuba y Rusia han provisto asistencia, enviando médicos y algunos apoyos a diversos países aquejados por la enfermedad. Pero, en términos generales, cada país ha respondido con medidas independientes y aisladas, con resultados diversos. A la Organización Mundial de la Salud (OMS) se le cuestiona su accionar en medio de la crisis. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), paralizada en gran medida por la crítica situación en que se encuentra la ciudad de Nueva York -donde tiene su sede principal-, sólo ha logrado gestionar dos resoluciones en el seno de la Asamblea General (una de ellas promovida bajo el liderazgo de México y otra al amparo de Liechtenstein) y una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad.[22] Cierto, hay algunos esfuerzos de diálogo y concertación efectuados en el seno del Grupo de los Siete (G7), en el Grupo de los 20 (G20) y también un interesante trabajo de coordinación entre Australia y Nueva Zelanda que, no obstante la orientación política de los gobiernos que tienen estos países -el australiano, conservador; el neozelandés, laborista- buscan concertar estrategias para vencer a la enfermedad.[23] Es menester reactivar y proteger la cooperación y la concertación políticas internacionales ante escenarios como el actual, dado que no hacerlo, permite a la enfermedad un progreso inusitado. Se han observado algunos esfuerzos en el seno del Grupo de los Siete (G7) y también del Grupo de los 20 (G20), pero aun son acercamientos tímidos. El COVID-19 no solo ha cobrado las vidas de más de 210 mil personas en todo el mundo: también ha infectado a la cooperación internacional. Eso tiene que cambiar.
Lección 10. La salud es un derecho humano fundamental. La relación entre la salud y los derechos humanos es amplia y diversa. Prácticamente todas las violaciones a los derechos humanos, trátese de la tortura, la esclavitud, los feminicidios, los infanticidios, los gerontocidios, la violencia doméstica, la discriminación, la guerra, el empleo de diversos sistemas de armas -convencionales y de destrucción en masa-, etcétera, impactan en la salud de las sociedades.
A ello hay que sumar la falta de acceso a servicios de salud. Según la OMS y el Banco Mundial, la mitad de la población mundial carece de acceso a servicios de salud esenciales en tanto 800 millones de personas deben destinar el 10 por ciento o más del ingreso familiar para sufragar gastos de salud de padres, hijos o familiares, lo que tiene un efecto empobrecedor y conduce a la pobreza extrema a 100 millones de personas al año.[24] Ello es inadmisible en el siglo XXI, donde el progreso tecnológico y la ciencia implican logros formidables, pero de los que están excluidos millones de personas.
Las personas sin acceso a servicios de salud viven al día. No pueden darse el lujo del distanciamiento físico ni de quedarse en casa mientras transcurre la pandemia. Por cierto, el efecto empobrecedor del COVID-19 es evidente. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que la recesión económica a nivel internacional, sumada a la crisis en los mercados laborales latinoamericanos tras despidos masivos ante la imposibilidad de desarrollar diversas actividades económicas consideradas como no esenciales -como turismo, hotelería, restauración, esparcimiento, etcétera- producirá un incremento de 4. 4 puntos porcentuales en la tasa de pobreza promedio de la región para ubicarse en 34. 7 por ciento en 2020, lo que, en otras palabras, significa que 28. 7 millones de latinoamericanos serán empujados a la pobreza.[25] Evidentemente estas personas no podrán acceder a servicios de salud, sea porque perdieron su trabajo, o bien, porque carecen de un ingreso.
A propósito de este tema, mucho se ha hablado de la comorbilidad existente en la población mexicana, la que, en el marco de la transición demográfica y epidemiológica experimentada en lo que va del siglo, ha venido desarrollando numerosas enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles que, al combinarse con el COVID-19 han tenido un desenlace fatal. Tan sólo tomando en cuenta las cifras oficiales, si a la fecha existen en el país 15 529 casos confirmados y 1 434 personas fallecidas, la tasa de letalidad de la enfermedad es una de las más altas del mundo: del 9. 2 por ciento.[26] Esto significa que, de cada 100 casos confirmados, nueve fallecen por el COVID-19 que se combinó con complicaciones asociadas a la hipertensión, la diabetes mellitus, la obesidad, etcétera. En contraste, en Corea del Sur, la tasa de letalidad del COVID-19 es del 2. 2 por ciento.
Espoderar a las sociedades y garantizarles un acceso universal a los servicios de salud demanda una visión integral, del bosque, no sólo del árbol. La salud es compleja y una vez que México haya superado la crisis generada por el COVID-19 lo estarán esperando todos los demás desafíos de salud pre existentes, entre ellos, la falta de vacunas, la escasa infraestructura hospitalaria, el tratamiento de diversas enfermedades, el estancamiento de la esperanza de vida, la falta de especialistas médicos, etcétera. Por lo tanto, es menester anticiparse a las transiciones demográficas y epidemiológicas que viven el país y el mundo. En todos lados y México no fue la excepción, el enfoque privilegió en primer lugar el aumento de la esperanza de vida, mismo que se ha logrado en términos generales. Sin embargo, vivir más no significa vivir bien. Millones de seres humanos enfrentan la vejez en pobreza, marginados y/o discriminados socialmente, sin ingresos y con enfermedades crónico-degenerativas no transmisibles cuyos tratamientos, por costosos, les auguran que, en sus últimos años tendrán una calidad de vida miserable y en condiciones de precariedad. El derecho a la salud debe aplicar a todos y ser verdaderamente universal. Las políticas públicas en materia de salud deben poner el acento en grupos de población vulnerables, pero con una visión integral. Hoy por hoy, el saldo del COVID-19 será un México más pobre, enfermo y vulnerable.
[1] Rafael Barifouse (2 de abril 2020), “Coronavirus: por qué la gripe A H1N1 no paró la economía mundial como lo está haciendo la pandemia de COVID-19”, en BBC News Mundo, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-52115504
[2] Lena H. Sun (February 1, 2018), “CDC to Cut 80 percent efforts to prevent global disease outbreak“, en The Washington Post, disponible en https://www.washingtonpost.com/news/to-your-health/wp/2018/02/01/cdc-to-cut-by-80-percent-efforts-to-prevent-global-disease-outbreak/
[3] Chris Morris (February 26, 2020), “Trump administration budget cuts could become a major problem as coronavirus spreads”, en Fortune, disponible en https://fortune.com/2020/02/26/coronavirus-covid-19-cdc-budget-cuts-us-trump/
[4] Sergio Ramírez (20 de abril de 2020), “Preocupante, restricción civil en algunos estados: López-Gatell”, en La Razón, disponible en https://www.razon.com.mx/mexico/restriccion-civil-lopez-gatell-fase-3/
[5] Efraín Núñez (25 de marzo 2020), “Los pobres somos inmunes al coronavirus; afecta a los ricos: Barbosa”, en La Jornada de Oriente, disponible en https://www.jornada.com.mx/ultimas/estados/2020/03/25/los-pobres-estamos-inmunes-de-coronavirus-barbosa-7821.html
[6] La Política Online (18(04/2020), “Alfaro critica duramente gestión de López-Gatell por coronavirus: “es vergonzosa””, disponible en https://www.lapoliticaonline.com.mx/nota/129664-alfaro-critica-duramente-gestion-de-lopez-gatell-por-coronavirus-es-vergonzosa/ Sin embargo, el gobernador señaló que cerrará filas con el Presidente de México para luchar contra el virus.
[7] Sputnik News (01.04.2020), “Bolsonaro vuelve a culpar a los gobernadores por desabastecimiento en medio de la pandemia”, disponible en https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202004011090972354-bolsonaro-vuelve-a-culpar-a-los-gobernadores-por-desabastecimiento-en-medio-de-pandemia/
[8] El Universal (23/04/2020), “Trump sugiere inyectar luz UV y desinfectante a enfermos de coronavirus”, disponible en https://www.eluniversal.com.mx/mundo/trump-sugiere-inyectar-luz-uv-y-desinfectante-pacientes-de-covid-19
[9] Ángeles Corchado (4/19/2020), “Coronavirus: Trump estalla contra Cuomo: ”Trabaja y deja de hablar”, en Microsoft News, disponible en https://www.msn.com/es-us/noticias/coronavirus/coronavirus-trump-estalla-contra-cuomo-trabaja-y-deja-de-hablar/ar-BB12O0CT
[10] Europa Press (27 de abril de 2020), “Coronavirus. Trump desata la polémica al rechazar que se rescate a estados gobernados por los demócratas”, disponible en https://www.notimerica.com/politica/noticia-coronavirus-trump-desata-polemica-rechazar-rescate-estados-gobernados-democratas-20200427221102.html
[11] Consejo Nacional de Evaluación para la Política de Desarrollo Social (2018), Estudio diagnóstico del derecho a la salud 2018, México, CONEVAL, pp. 80-94, disponible en https://www.coneval.org.mx/Evaluacion/IEPSM/Documents/Derechos_Sociales/Diag_derecho_Salud_2018.pdf
[12] Rodrigo Rojas (12/28/2018), “Apenas existe un médico especialista por cada 1 408 mexicano” en Saludiario, disponible en https://www.saludiario.com/apenas-existe-un-medico-especialista-por-cada-mil-408-mexicanos/
[13] World Economic Forum (10 de octubre de 2016), “Revertir la fuga de cerebros médicos”, disponible en https://es.weforum.org/agenda/2016/10/revertir-la-fuga-de-cerebros-medicos/
[14] Infosalus (28 de Agosto de 2019), “SATSE denuncia la “fuga de cerebros” de los enfermeros españoles por las malas condiciones laborales”, disponible en https://www.infosalus.com/actualidad/noticia-satse-denuncia-fuga-cerebros-enfermeros-espanoles-malas-condiciones-laborales-20190828130934.html
[15] World Economic Forum, Ibid.
[16] El Economista 827 de diciembre 2018), “México encabeza fuga de cerebros en Latinaomérica”, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Mexico-encabeza-fuga-de-cerebros-en-Latinoamerica-20181227-0075.html
[17] Alberto Nájar (31 de marzo 2010), “Enfermeras: las mexicanas más cotizadas en EEUU”, en BBC News Mundo, disponible en https://www.bbc.com/mundo/internacional/2010/03/100330_2153_mexico_enfermeras_lav
[18] Organización Mundial de la Salud (2007), Informe sobre la salud en el mundo 2007. Un porvenir más seguro. Protección de la salud pública mundial en el siglo XXI, Ginebra, OMS, p. X.
[19] También conocida como enfermedad de las vacas locas.
[20] El uso de esporas de ántrax en paquetes postales tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001 son un ejemplo de ello, al igual que el uso de gas sarín de parte del gobierno de Siria contra la población. Véase F. Schaffner (2009), “Development of Aedes albopictus risk maps” en TigerMapsproject. Stockholm, ECDC disponible en http://www.ecdc.europa.eu/en/publications/publications/0905_ter_development_of_aedes_albopictus_risk_maps.pdf
[21] Estas cifras no incluyen a Gaza y Cisjordania donde se tienen 342 casos y sólo 2 defunciones.
[22] María Cristina Rosas (17 de abril de 2020), “El coronavirus llega al Consejo de Seguridad”, en etcétera, disponible en https://etcetera-noticias.com/opinion/coronavirus-llega-al-consejo-seguridad-onu/
[23] Damien Cave (April 24, 2020), “Vanquish the virus? Australia and New Zealand Aim to Show the Way”, en The New York Times, disponible en https://www.nytimes.com/2020/04/24/world/australia/new-zealand-coronavirus.html?action=click&module=Top%20Stories&pgtype=Homepage
[24] Organización Mundial de la Salud (13 de diciembre de 2017), Banco Mundial y la OMS: la mitad del mundo carece de acceso a servicios esenciales y los gastos en salud abocan aún hoy a la pobreza extrema a 100 millones de personas, Ginebra, OMS, disponible en https://www.who.int/es/news-room/detail/13-12-2017-world-bank-and-who-half-the-world-lacks-access-to-essential-health-services-100-million-still-pushed-into-extreme-poverty-because-of-health-expenses
[25] Ana Karen García (21 de abril de 2020), “La crisis por COVID-19 profundizará la desigualdad y la pobreza en América Latina: CEPAL”, en El Economista, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/politica/La-crisis-por-Covid-19-profundizara-la-desigualdad-y-la-pobreza-en-America-Latina-Cepal-20200421-0076.html
[26] Equiparable a la de España, que es del 10 por ciento.