Influidos por una postura aristócrata y clasista, ciertos opositores son funcionales al grupo en el poder cuando proclaman la eliminación de los programas sociales, como recientemente lo hizo Vicente Fox. Otros, con sensibilidad y conocimiento de la realidad, como es el caso destacado de la senadora de origen indígena Xóchitl Gálvez, se manifiestan en favor de que el Estado enfrente la desigualdad social, que es uno de los grandes problemas nacionales de México.
En mi columna de la semana anterior mostré el dispendioso operativo de clientelismo del gobierno de AMLO, consistente en un ejército electoral encargado de distribuir anualmente cientos de miles de millones de pesos en apoyos de los programas sociales con fines electorales. Resulta de vital importancia que el Frente Amplio por México sea consciente de los efectos que esta estrategia tiene contra el voto libre y secreto y, en consecuencia, ponga en práctica un antídoto para defender la democracia en nuestro país. En aquella ocasión ofrecí aportar algunas ideas al respecto. Las expongo en un bloque programático y otro organizativo. En cuanto al primero:
1. Reconocer el problema de la desigualdad social, respetar y solidarizarse con las y los mexicanos que se encuentran en situación de pobreza o pobreza extrema (cerca de la mitad de la población mexicana vive en tal condición).
2. El programa opositor deberá comprometerse con una política social que ofrezca igualdad de oportunidades de desarrollo a todas las personas, en cuyo centro estarán la provisión de servicios públicos de alta calidad (educación, salud, seguridad) y la promoción del empleo formal.
3. Ratificar el compromiso de continuar y mejorar los programas sociales actuales, quitándoles el clientelismo, la corrupción y el influyentismo con el que han sido operados en este sexenio y que mellan su eficacia.
4. Mantener la Pensión de los Adultos Mayores, duplicar el presupuesto de las Becas Benito Juárez, ampliar el alcance del resto de programas sociales y focalizarlos para abarcar a las familias más pobres (en este sector se redujo la cobertura de apoyos del 68 al 49%, según la más reciente encuesta del INEGI).
5. Promover una Reforma Fiscal Progresiva para que el Estado tenga los recursos necesarios para la política social, sin recurrir al sacrificio de otras funciones o a más deuda pública.
En lo que hace a los aspectos organizativos, pongo a discusión los siguientes puntos:
6. Iniciar de inmediato una estrategia de diálogo ciudadano que cobre la forma de una Marea Rosa que ahora, en lugar de concentrarse en el Zócalo de la Ciudad de México y en plazas de las principales ciudades del país, se irradie a todos y cada uno de los municipios, pueblos y localidades.
7. Constituir contingentes de diálogo ciudadano con miles de voluntarios que emprendan dicha tarea en forma organizada, sistemática y evaluable.
8. De ciudadano a ciudadano, será la vía más propicia para la difusión de la propuesta de política social del Frente Amplio por México, se llamará al ejercicio libre del voto y se contrarrestará el adoctrinamiento ilegal de los mal llamados servidores de la nación.
9. El diálogo ciudadano se deberá sostener y ampliar una vez definidas las candidaturas y durante la realización de las campañas electorales del Frente Amplio, en forma paralela y complementaria.
10. Reforzar la vigilancia y la denuncia jurídica de las conductas ilegales de los servidores de la nación, en el nivel central y en cada estado de la República.
Cincelada: Con la misma vehemencia con que rescató al general Cienfuegos de la justicia estadounidense, AMLO encubre la responsabilidad de altos mandos militares en el caso Ayotzinapa.
Twitter: @rafaelhdeze