Es el dinero que mensualmente ganará Andrés Manuel López Obrador una vez sea Presidente constitucional.
Ése será el tope salarial para todo el Poder Ejecutivo Federal, con excepción de puestos de alta especialidad y posiciones simultáneas, cuando éstas no contravengan disposiciones legales. Es el dinero que mensualmente ganará Andrés Manuel López Obrador una vez sea Presidente constitucional. Ese será el tope salarial para todo el Poder Ejecutivo Federal, con excepción de puestos de alta especialidad y posiciones simultáneas, cuando éstas no contravengan disposiciones legales. El Congreso aprobó la nueva (vieja) Ley Federal de Remuneraciones de Servidores Públicos, congelada desde el 8 de noviembre de 2011. En la vieja (nueva) ley, hay referencias a salarios mínimos para calcular percepciones, o a los desaparecidos Distrito Federal o IFE, por citar ejemplos.
A partir de esta disposición constitucional, se pretende que los otros poderes emulen el mismo tope salarial autodeterminado por el Presidente electo. En el Poder Judicial prometen ahorros, pero no tocar percepciones so pretexto de erosionar la autonomía de los juzgadores.
En el Poder Legislativo recortaron percepciones extraordinarias (no las dietas) para no rebasar la frontera de los 108 mil pesos mensuales. Lo lograron. Justa medianía, reza la consigna.
Pendientes están las estructuras estatales autónomas, Banxico, empresas productivas del Estado, órganos reguladores y sistemas nacionales que deberán, en algún momento, informar si cancelan derechos laborales adquiridos para quedar, así sea un peso, por debajo del salario presidencial.
¿108 mil pesos es una percepción acorde al nivel de responsabilidad, exposición y demanda que exige el cargo de Presidente de México? No, pero poco importa si quién puede renunciar a mayor ingreso lo determina voluntaria y expansivamente. Aléguele al umpire.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el gobierno federal hay cerca de 3 mil 600 trabajadores de base y 4 mil 500 de confianza que ganan más de 108 mil pesos cada mes. De esos empleados provendrá el primer éxodo de burócratas con altos niveles de responsabilidad y pericia profesional.
Unos más tramitan jubilaciones anticipadas y otros alistan la batalla judicial en defensa de un derecho laboral adquirido y modificado unilateralmente.
108 mil pesos al mes no los gana, según el Inegi, ni el uno por ciento de la población económicamente activa (56 millones al primer trimestre de 2018).
108 mil pesos al mes es ingreso decoroso, sin duda, de privilegio. Sin embargo, hay otras consideraciones.
¿Puede así vivir un Presidente? Claro. Más aun, cuando sus hijos, menos un menor de edad, son mayores de edad, egresados de nivel profesional, cuando su cónyuge tiene patrimonio propio, cuando el suyo integra herencia de padres. Incluso podrá ahorrar los siguientes seis años.
Pero funcionarios públicos con horizontes de vida más largos y comprometidos a nivel de gastos familiares tendrán que encontrar nuevas inspiraciones. Existen funcionarios públicos honestos a cual más, proyectados a posiciones para las cuales carecen de experiencia y conocimientos.
Pauperizar la alta burocracia puede costarle al país más de lo que se ahorre. La determinación es empática con millones, plausible, aunque traiga consigo riesgos no previstos hasta ahora. Y falta incrementar la edad para el retiro.
Este artículo fue publicado en La Razón el 25 de septiembre de 2018, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.