El 14 de febrero de 2022 se conmemoran 50 años desde que México y la República Popular China (RP China) establecieron relaciones diplomáticas mismas que han tenido altibajos. Aun cuando ambos son países en desarrollo, los vínculos que han mantenido históricamente se caracterizan por la desigualdad, la cual se acentúa hoy como nunca, especialmente en el terreno económico. Adicionalmente, los desencuentros políticos son frecuentes, situación que repercute en el ánimo de los dos países, generando obstáculos innecesarios, pese a que Beijing caracteriza a los vínculos con México como relación estratégica integral desde 2013.[1] Si bien la lejanía geográfica podría considerarse como un factor que dificulta la concertación entre las dos naciones, el que la RP China tenga una presencia comercial –legal e ilegal- tan importante en México, echa por tierra el argumento de las distancias. Más preocupante es observar que México, que posee una amplia red de tratados de libre comercio, no alcanza a utilizarlos en aras de incursionar en mercados no tradicionales,[2] en tanto la RP China, que desde su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) -el 11 de diciembre de 2001- conquista comercialmente al mundo, ha usado este instrumento para hacer a sus socios más dependientes del gigante asiático y claro también ha echado mano de acuerdos comerciales bilaterales y regionales.[3]
Estos y otros desafíos son los que demandan un mayor conocimiento sobre la RP China en México y viceversa, tarea nada fácil pero que, de llevarse a cabo, reportaría múltiples beneficios a las relaciones internacionales de ambas naciones. Asimismo, un escenario de este tipo posibilitaría una concertación económica y política entre los dos países, lo cual le permitiría a México abordar problemas como el enorme déficit comercial que arrastra con la nación asiática, el combate de las redes criminales responsables del agobiante contrabando chino y otros ilícitos -entre ellos el tráfico de especies marinas como la totoaba- y otra serie de tópicos de interés común.
Para ello, es menester echar un vistazo a la historia. Como es sabido, existen teorías acerca de las primeras culturas existentes en México y la llegada de asiáticos al continente americano, mismos que arribaron vía el Estrecho de Bering y fueron descendiendo al sur, creando asentamientos. Se dice que los antiguos mexicanos -y otras culturas indígenas- descienden de los asiáticos. El sustento de esta aseveración son los rasgos físicos que presentan, incluso al día de hoy, diversas comunidades indígenas mexicanas. Otro importante acontecimiento, éste basado en los viajes de Zheng He, refiere la llegada de los chinos al continente americano hace más de 1 500 años, y en el caso específico de México se afirma que al llegar a las costas del Pacífico mexicano y en lo que hoy corresponde al estado de Sonora, fundaron templos. A principios del siglo XX se descubrieron ruinas de templos con caracteres chinos en una zona cercana al pueblo de Uros, lo cual fue confirmado por expertos chinos a los que el gobierno mexicano recurrió para que visitaran la zona. De hecho, se dice que los indígenas que habitan en Sonora, son descendientes directos de comunidades chinas.[4] Este y otros recuentos reafirman la importancia de explorar más ampliamente los contactos remotos entre los dos países, dado que, por ejemplo, en la época colonial (siglo XVI), España, que expandía sus dominios en el orbe, estableció una ruta marítima o ruta de la seda que iba de China al puerto de Manila en las islas Filipinas, y de ahí se trasladaba al puerto de Acapulco. Esta ruta era recorrida por el Galeón de Manila, también conocido como Nao de China, mismo que transportaba una gran cantidad de valiosas mercancías, incluyendo seda, terciopelo, pimienta, canela, porcelana china, abanicos, biombos japoneses, alfombras persas, jarrones de la dinastía Ming, etcétera.[5] Ciertamente el comercio de la Gran Bretaña con la Nueva España limitó los intercambios con Asia y China, además de que las autoridades chinas desarrollaron una política de control de las exportaciones para que hacia 1815 con el último viaje del Galeón de Manila desde Acapulco, llegara a su fin la ruta de la seda entre estos territorios. Al día de hoy, a pesar del relanzamiento de la iniciativa de la nueva ruta de la seda en 2013 por parte del gobierno de Xi Jinping, México no figura como parte de la misma.[6]
Cabe destacar que la Nao de China contribuyó a que se creara un estereotipo en torno a los asiáticos en la Nueva España, mismo que subsiste al día de hoy. Así, todo lo que llegaba a la Nueva España en el galeón era calificado de chino. Adicionalmente, el mote de chino tiene una connotación sociológica sumamente interesante en México. Así, en la Nueva España, si bien hubo mestizaje entre los europeos y los indígenas, las clases sociales se definían a partir de la hispanidad, esto es que quienes se encontraban en los estratos más altos eran quienes poseían una mayor proporción de sangre española o europea en tanto quienes poseían mayor proporción de sangre africana, se encontraban en los estratos inferiores y a quienes genéricamente se les denominaba chinos y que podían incluir el mestizaje entre lobo y negra, lobo e india, mulato e india, español y morisca, etcétera. Así, un chino poseía, en principio, tres cuartas partes de sangre negra y una cuarta parte de sangre indígena.[7]
El empleo de la palabra china o chino para referirse en general a cualquier persona asiática se ejemplifica claramente en la historia que circunda a la célebre china poblana. Se trata de una joven de nombre Mirra, de origen indostano, llevada de Filipinas a India por piratas portugueses. La joven logró escapar de sus captores y se refugió en una misión jesuita donde se le bautizó con el nombre de Catarina de San Juan. Desafortunadamente, Mirra volvió a ser raptada por piratas, siendo llevada a Manila, desde donde sería trasladada a la Nueva España a petición del marqués de Gelves (Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel), a la sazón virrey. Sin embargo, al llegar a Acapulco, Mirra fue vendida al poblano Miguel de Sosa, por un valor superior en 10 veces a lo que el virrey había ofrecido por ella. La vestimenta de Mirra, a la usanza india con un atuendo que le cubría todo el cuerpo, es la que dio origen al concepto de la china poblana. Antes de morir, la última voluntad de Miguel de Sosa fue manumitir a Mirra. Posteriormente, Mirra fue remitida a un convento donde se cuenta que empezó a tener visiones de la Virgen María y Jesús. Mirra murió a la edad de 82 años, el 5 de enero de 1688, y las personas le rendían culto como a una santa. Sin embargo, la Santa Inquisición prohibió el culto a Mirra en 1691. Los restos mortales de Mirra residen en la ciudad de Puebla, en la sacristía del Templo de la Compañía.[8]
Algunas investigaciones históricas refieren que los primeros chinos llegaron a México, y en particular a Sonora, en 1876 justo en el momento en que arribó al poder Porfirio Díaz.[9] Desde Sonora articularon redes comerciales que se extendieron a lo largo de la frontera con Estados Unidos, abasteciendo a la población local abocada a la minería y a la construcción de los ferrocarriles. Algunos de los chinos que llegaron al territorio nacional ya contaban con un cierto capital, mismo que les permitió abrir casas comerciales para la importación y la exportación. Muchos operaban como vendedores ambulantes y en general se les identificaba como comerciantes hábiles, capaces de ofrecer una mayor variedad de productos y a precios más bajos. Una vez que se forjaban cierto capital propio, abrían comercios fijos muy competitivos. También muchos de ellos llegaron al país huyendo de las persecuciones realizadas en Estados Unidos.[10]
Las relaciones diplomáticas entre México y la China de la Dinastía Qing se establecieron el 14 de diciembre de 1899 mediante el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación y fueron el resultado del deseo de las autoridades nacionales de reclutar obreros chinos para lo que las autoridades chinas pusieron como condición el establecimiento de relaciones diplomáticas formales. El tratado disponía que los nacionales de ambos países podían trabajar en sendos territorios. Los barcos comerciales de ambas naciones podrían visitar los puertos de los países signatarios. China otorgó a México la extraterritorialidad, misma que terminaría aproximadamente en 1929. Como consecuencia del tratado, la inmigración de chinos al país creció sustancialmente. También el tratado potenció las visitas de funcionarios de alto nivel, las visitas académicas y científicas y el establecimiento de consulados.[11]
Se estima que en la actualidad residen en México alrededor de medio millón de chinos de los que alrededor de 400 mil son de ascendencia china en tanto los restantes proceden de ultramar. La mayor comunidad de chinos en México, se localiza, muy posiblemente, en Mexicali, en el área de la frontera con Estados Unidos. Los primeros grupos de chinos llegaron al Imperial Valley a finales del siglo XIX y principios del XX para trabajar a las órdenes de la empresa estadunidense Colorado River Land Company responsable de erigir un sistema de irrigación en el valle de Mexicali. Numerosos chinos llegaban a México ante las leyes de exclusión estadunidenses, en tanto otros procedían más directamente de China y arribaban vía el Mar de Cortés. La promesa de obtener salarios altos en México no necesariamente se materializó, pese a lo cual, los chinos seguían llegando. Al igual que en la actualidad, los traficantes de personas abusaban de los chinos que querían arribar a México. Existe un caso tristemente célebre que documenta las acciones de un pollero sin escrúpulos, quien llevó en su bote a un grupo de chinos al río Colorado, indicándoles que Mexicali se encontraba tan cerca de ahí, que podían llegar caminando. Desafortunadamente mediaban 65 kilómetros entre el punto donde fueron abandonados, el cual se asentaba en el desierto al que aspiraban llegar, por lo que los 160 chinos embaucados perecieron razón por la que al desierto de San Felipe se le rebautizó como el desierto de los chinos.[12]
Los trabajadores chinos que sobrevivieron a la edificación de los sistemas de irrigación en su mayoría permanecieron en Mexicali y se asentaron en lo que pasaría a denominarse la Chinesca, o barrio chino de la ciudad.[13] Un momento particularmente importante en términos de las actividades económicas de los chinos fue cuando Estados Unidos impuso la prohibición. Numerosos chinos utilizaron los recursos de que disponían para abrir bares, hoteles y restaurantes a los que llegaban los estadunidenses para disfrutar del consumo de alcohol y estupefacientes que les estaba vedado en el vecino país del norte. Hubo un momento en que los chinos poseían prácticamente todos los bares y restaurantes de la ciudad, además de contar con establecimientos subterráneos para el consumo de opio que además se conectaban por túneles con la vecino ciudad estadunidense de Caléxico. Los contrabandistas también usaban estos parajes para vender alcohol a EEUU adquirido en México.
El sentimiento anti-chino existente en México se materializó en diversas vejaciones hacia la comunidad. Torreón, en 1911 fue testigo de una masacre ante la que el Presidente mexicano López Obrador pidió disculpas el 17 de mayo de 2021, es decir, 110 años después.[14] El hecho se produjo en el contexto de la revolución mexicana donde Torreón fue el centro de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los revolucionarios. Con el argumento de que la comunidad china en la zona -se calculaba en 600 personas- estaba aliada con las autoridades -dado que se contaba que desde las viviendas y comercios chinos los federales atacaron a los revolucionarios- la población atacó y masacro con saña a hombres, mujeres y niños chinos. Se cuenta que murió alrededor de la comunidad china del lugar en el linchamiento. Este recelo a los chinos también se amparaba en la percepción de que ellos privaban de empleos a los mexicanos.[15]
Hacia los años 20 del siglo pasado, los chinos superaban a la población mexicana en la ciudad en una proporción de 10 mil a 700. La Asociación China fue creada a iniciativa de un grupo de chinos, usada, al menos en parte, para conseguir mujeres chinas en el exterior con fines de explotación sexual. De hecho, hacia 1927 se tiene un registro de los numerosos conflictos entre las organizaciones criminales que operaban en Mexicali en el ánimo de “delimitar” sus territorios. Debido a la participación china en la delincuencia organizada, se empezó a desarrollar en México un sentimiento anti-chino, el cual condujo a la persecución, asesinato y tortura de numerosos chinos, en el estilo de la cacería de brujas anti-china que tuvo lugar a finales del siglo XIX en California. Claro que, a diferencia de Estados Unidos, el gobierno mexicano nunca puso en marcha legislación alguna en materia de exclusión de los ciudadanos chinos. Sin embargo, en los años 30, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles numerosos chinos fueron deportados.
Así las cosas, Mexicali se convirtió en el refugio para cientos de chinos que huían de la violencia y la persecución a ambos lados de la frontera, dado que, en esa ciudad, los clanes eran lo suficientemente poderosos como para proteger a “su gente.” En la medida en que el sentimiento anti-chino disminuyó, más chinos llegaron a Mexicali, donde, por cierto, se instaló la sede, para México, del koumitang, el partido nacionalista de Sun Yat-sen.
Después de la segunda guerra mundial, el flujo de mexicanos a Mexicali aumentó, con lo que los chinos se convirtieron en minoría. Mientras México mantuvo relaciones diplomáticas con Taiwán, Mexicali albergaba un consulado taiwanés el cual servía como enlace para los viajeros que iban y venían a/o/de México y Estados Unidos. El consulado se mudó a Caléxico, pero una vez que Estados Unidos normalizó sus relaciones con la RP China, las condiciones cambiaron, puesto que el consulado taiwanés pasó a denominarse Consejo Coordinador para América del Norte, y los flujos de chinos se redujeron dramáticamente a la región.[16] Con todo, se calcula que, del total de los chinos residentes en México, unos 5 mil se encuentran en Mexicali.[17]
Las relaciones políticas entre México y la RP China
Cuando se produjo el triunfo de Mao Zedong y los nacionalistas fueron expulsados a Taiwán en la revolución de 1949, el gobierno mexicano no tenía representación diplomática en aquellas latitudes, como tampoco prisa para abrirla. Los nacionalistas presionaron a México para que inaugurara una embajada en Taipei o, al menos, una misión concurrente desde la embajada mexicana en Tokio. Eso no ocurrió. Si bien en 1950 México sondeó la posibilidad de establecer vínculos formales con la RP China, se topó con la negativa estadunidense, por razones ideológicas, sí, pero también por el tema de la afectación a los derechos de propiedad que el gobierno de Mao dispuso en contra de los extranjeros. Además, las dificultades que encontraba México para reconocer a la RP China eran de tipo doctrinario porque si bien la política exterior reconoce el derecho de los pueblos de darse el gobierno que deseen, sin interferencia de nadie, lo cierto es que existían -aun ahora- dos gobiernos de facto, el de la China continental y el de Taiwán, lo cual hacía complejo el accionar de la política exterior mexicana. El otro desafío fue más pragmático en el sentido de no cuestionar el reconocimiento que Washington brindaba a Taiwán en aras de evitar fricciones con los estadunidenses.[18]
En el camino al establecimiento de relaciones diplomáticas con la RP China es muy importante recordar las presiones de la comunidad académica e intelectual mexicana. Periodistas, políticos y académicos mexicanos que visitaban al gigante asiático elaboraron una narrativa basada en el fracaso de la revolución mexicana, en las promesas no cumplidas de la revolución rusa y el subsecuente modelo soviético exaltando las bondades de la revolución china. Sin ir más lejos, el ex presidente Emilio Portes Gil quien viajó a la RP China con motivo del 10° aniversario del triunfo de la revolución en 1961 publicó un libro sobre ese país con un título por demás sugerente: China el fenómeno social, político, económico y cultural más extraordinario de todos los tiempos. Lázaro Cárdenas también había visitado en 1959 al gigante asiático, comparando las revoluciones mexicana y china. En los prolegómenos del reconocimiento diplomático también figuró el tema de la repatriación de mexicanos de Hong Kong, Taiwán y la RP China.[19]
Al lado de la Asociación china para América Latina (ACAL) la cooperación política y cultural floreció, fuera para invitar artistas e intelectuales mexicanos y latinoamericanos a la RP China, o bien, dado que la mayor parte de las naciones latinoamericanas tenían relaciones diplomáticas con Taiwán en ese tiempo, Beijing invitaba a líderes, mujeres, jóvenes, sindicalistas, y otras personalidades latinoamericanas a conocer la RP China. De manera más reciente, se han instituido los acuerdos culturales para el establecimiento de ciudades hermanas, de manera que la ciudad de Aguascalientes se ha hermanado con la de Wuhan; la Ciudad de México con la de Beijing; Ensenada con Wuhan y Taizhou; La Paz con Panjin; Nuevo Laredo con Wuhan; Playas del Rosarito con Zhoushan; Tecate con Wuxi; y Tijuana con Panjin y Baiyin.
Los contactos políticos entre México y la RP China también han incluido a los partidos políticos, y el PCCh participa en las actividades de instancias como el Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, el Foro de Sao Paulo, la Organización Demócrata Cristiana de América y Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPAL).[20] La premisa para estos contactos es la concertación política que se justifica en términos de las relaciones Sur-Sur, sin dejar de lado que el PCCh tiene un historial de contribuir al crecimiento económico chino al buscar e incentivar oportunidades de comercio y negocios en México y otras naciones latinoamericanas.
Establecimiento de relaciones diplomáticas formales
Las relaciones diplomáticas entre México y la RP China fueron establecidas el 14 de febrero de 1972, luego de que el 25 de octubre de 1971, el gobierno mexicano se uniera al voto favorable al ingreso del país asiático a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como representante único de esa nación y aceptando el principio de “una sola China” a partir del reconocimiento de la indivisibilidad de su territorio. Lo anterior supone que México, al adoptar la noción de que China es una sola
- Acepta que Taiwán se encuentra bajo la soberanía de la RP China;
- Asume que los vínculos con Taiwán se llevan a cabo con un carácter exclusivamente privado;
- Se compromete a no sostener encuentros oficiales con autoridades de Taiwán ni a llevar a cabo visitas a la ínsula, como tampoco apoya la membresía de ese territorio en organismos internacionales;[21]
- No celebra tratados ni convenios, ni tampoco desarrolla mecanismos de cooperación de carácter oficial dado que el hacerlo implicaría tácitamente un reconocimiento jurídico y legal de Taiwán.[22]
Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas formales, todos los presidentes de México, Luis Echeverría (1973), José López Portillo (1978), Miguel de la Madrid Hurtado (1986), Carlos Salinas de Gortari (1993), Ernesto Zedillo Ponce de León (1996), Vicente Fox (2001), Felipe Calderón y (2008) Enrique Peña Nieto (2014) han visitado la RP China. La excepción es, hasta ahora, el mandatario Andrés Manuel López Obrador. Asimismo, en el marco de las Cumbres de Líderes del APEC de 2001 y 2002, el Presidente Fox se entrevistó con su homólogo Jiang Zemin. En las reuniones del Grupo de los Ocho (G8)[23], a las que México y la RP China son invitados como parte del “diálogo ampliado”, se han producido igualmente encuentros bilaterales sino-mexicanos. Por parte de la RP China, en 1981 visitó México el Primer Ministro Zhao Ziyang, el Presidente Yang Shangkun (1990), el Primer Ministro Li Peng (1995), el Presidente Jiang Zemin (1997), el Primer Ministro Wen Jiabao (2003), el Presidente Hu Jintao (2005) y el presidente Xi Jinping (2013). Durante el gobierno de Felipe Calderón la relación se deterioró debido a la reunión que el jefe de Estado mexicano tuvo con el Dalai Lama en septiembre de 2011 en Los Pinos.[24] Por cierto, el Dalai Lama ha visitado México en 1989, 2004, 2011 y 2013 y en cada una de esas ocasiones ha arrancado la ira de la RP China. En 2011, cuando se reunió con Calderón, también tuvo encuentros con gobernadores de diversos estados de la República Mexicana, no así con el del Estado de México, Enrique Peña Nieto.[25] Así, cuando éste llegó a la presidencia se propuso “relanzar la relación” con la RP China -y aunque el Dalai Lama vino por cuarta vez al país, no fue recibido por el presidente-,[26] por lo que parecía que buscaba recomponer las cosas con el gigante asiático. De hecho, los encuentros políticos de más alto nivel en el presente siglo entre México y la RP China se produjeron justamente durante el gobierno de Enrique Peña Nieto cuando él y su homólogo chino se reunieron en siete ocasiones en visitas mutuas y en foros multilaterales. A manera de comparación, el presidente López Obrador, fuera de escasas llamadas telefónicas con su homólogo Xi Jinping, no se ha reunido una sola vez con él, ni siquiera en el actual marco del 50° de las relaciones diplomáticas bilaterales.
Es evidente que dada la situación geográfica de México, la RP China considera como estratégica la relación, y no sólo por la cercanía con el mercado de Estados Unidos, sino por el hecho de que algunos de los países centroamericanos, vecinos de los mexicanos, siguen manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán -Belice, Guatemala y Honduras-, si bien la posibilidad de que México pudiera incidir en los gobiernos latinoamericanos para que cambiaran su postura en torno a la República Popular ya no sería tan necesaria a la luz del reconocimiento en gran parte de los territorios de la zona, de que necesitan buscar acercamientos con Beijing, mayormente por razones económicas.
Es de destacar que lamentablemente el interés de Beijing en México no parece ser correspondido por el gobierno mexicano. Por ejemplo, igual que hoy, hace 15 años cuando se conmemoraron 35 años de relaciones diplomáticas entre México y la RP China, el entonces presidente Felipe Calderón no se pronunció respecto a la importancia de este hecho. Inclusive, en el marco de su participación en la Cumbre de Líderes del APEC celebrada los días 8 y 9 de septiembre de 2007 en Sídney, Australia, la gira del presidente Calderón incluyó únicamente a Nueva Zelanda, Australia e India, no así a la RP China. Por otra parte, en los encuentros bilaterales que el mandatario mexicano tuvo con sus homólogos de las economías participantes en el APEC, destacaron las reuniones con el Primer Ministro de Australia, con el Primer Ministro de Japón, con el Primer Ministro de Malasia, con el Presidente de Perú, con el Primer Ministro de Singapur, con la Presidenta de Chile, con la Primera Ministra de Nueva Zelanda (este encuentro fue en Aotearoa, que fue la primera escala antes de que el Presidente Calderón arribara a Australia) y con el Primer Ministro de India (esto ya en Nueva Delhi, con motivo de la visita oficial del Presidente Calderón al país asiático tras su participación en la Cumbre de Líderes del APEC), no así con el Presidente de la RP China. Cierto, posteriormente viajó al poderoso país en 2008, manteniendo al menos la tradición de que durante su gobierno se produjera ese encuentro.
Los embajadores enviados por México a la RP China han sido tanto nombramientos políticos, como también se ha recurrido a embajadores de carrera del Servicio Exterior Mexicano. El actual embajador mexicano es Jesús Seade, que sustituyó a José Luis Bernal, quien había ocupado el cargo desde la presidencia de Peña Nieto. Seade fue pieza clave en el proceso de ratificación, por parte de Estados Unidos -y Canadá- del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), el cual sufrió cambios respecto al texto de 2018, esto para asegurar que la Cámara de Representantes y el Senado estadunidenses le dieran el visto bueno.
Como es sabido, el TMEC contiene una disposición, el artículo 32. 10 que aborda la suscripción de tratados de libre comercio con economías de no mercado. Si bien existen varias economías de “no mercado” como Vietnam, por ejemplo, es evidente que este articulo fue pensado respecto a la RP China. Así, se establece que si México decidiera negociar un tratado comercial con una economía de “no mercado” entonces EEUU y Canadá podrían poner fin al TMEC y negociar un tratado entre ellos. Que Seade haya sido enviado a la RP China como embajador mexicano puede transmitir el mensaje de que por haber sido él quien negoció el proceso de ratificación del TMEC, hace saber a Beijing que la negociación de un tratado comercial bilateral sería poco plausible -o bien que para México es fundamental su relación con EEUU, no así con la RP China.
Con frecuencia se producen desencuentros entre ambas naciones por situaciones absurdas. Ahí está lo sucedido por ejemplo, durante la visita del entonces Presidente Fox a la RP China en junio de 2001, con la ausencia del canciller Castañeda de la cena de gala ofrecida por las autoridades chinas a sus contrapartes mexicanas –sin dejar de lado el episodio, que también involucró al entonces canciller Jorge Castañeda en el Museo de Terracota. Otro incidente igualmente absurdo se produjo cuando, el entonces Secretario de Economía, Fernando Canales Clarión se refirió, “a título personal” a la RP China de manera despectiva, como un país que basa su prosperidad en prácticas desleales de comercio y el dumping social, además de criticar la falta de democracia en la nación asiática. Sus declaraciones crearon una crisis en las relaciones bilaterales.[27] De manera más reciente, en la Cumbre de Líderes de América del Norte en noviembre pasado, el presidente López Obrador señaló que América del Norte debe “detener a China” haciendo un frente común de cara al crecimiento exponencial y expansión comercial del gigante asiático.[28]
Las relaciones económicas entre México y la RP China
Se trata de un rubro de la mayor importancia, considerando la evolución mostrada en los intercambios comerciales entre los dos países. Desde 1990, la balanza comercial bilateral ha sido deficitaria para México. No es exagerado señalar que el crecimiento geométrico que se observa en la balanza comercial entre México y la RP China es resultado mayormente de las acciones chinas, puesto que a pesar de ser un mercado en expansión, la comunidad empresarial mexicana, en lo general, tiende a ignorar las oportunidades que ofrece el país asiático.[29] En 2019, el comercio total fue de 90 188. 7 millones de dólares, de los que 7 136. 2 millones correspondieron a las exportaciones mexicanas, en tanto las importaciones ascendieron a 83 052. 5 dólares. El déficit para México fue de – 75 916. 4 millones de dólares. Para 2020, México incrementó sus ventas al gigante asiático vendiendo el equivalente a 7 969. 8 millones de dólares, en tanto redujo sus importaciones que cayeron a 73 609. 3 millones, para un déficit por – 65 639. 5 millones de dólares.[30] Como se puede observar en el gráfico 1, las ventas chinas a México han crecido significativamente entre 2010 y 2020, en tanto las exportaciones mexicanas a aquel mercado lo han hecho aunque de manera moderada.
En un par de ocasiones, México ha recurrido a la OMC para denunciar prácticas desleales de comercio desarrolladas por la RP China. Entre 2012 y 2013, el órgano de solución de diferencias del organismo internacional supo por México de la existencia de restricciones aplicadas por las autoridades chinas para restringir la adquisición de materias primas.[31] Posteriormente, México recurrió otra vez al mecanismo de solución de diferencias de la OMC para denunciar los subsidios que las autoridades chinas otorgan a la producción de textiles y ropa de vestir y que perjudican a la producción mexicana.[32]
Es interesante hacer notar que entre 2002 y 2019, la RP China ha estado involucrada en 69 disputas comerciales, 21 veces como demandante y 44 como demandado ante el órganos de solución de diferencias de la OMC. 65 de las disputas comerciales o bien el 81. 5 por ciento han sido con Estados Unidos (39) y la Unión Europea (14). Estados Unidos ha hecho 52. 2 por ciento de todas las querellas contra la RP China, la que a su vez ha presentado 76 por ciento de tas sus quejas contra EEUU.[33]
Los productos chinos han sido acusados de causar severos problemas de competitividad a las industrias mexicanas, por lo que en repetidas ocasiones México ha elevado sus aranceles a fin de encarecerlos. Esto explica las dificultades vividas por la RP China cuando decidió buscar su ingreso a la OMC, mismo al que se opuso México por considerar los perjuicios que a la economía nacional podría generar el trato comercial preferencial que los mexicanos estarían obligados a prodigarle a los productos chinos.
En materia de inversión extranjera directa, la presencia china en México es limitada y ha tenido importantes altibajos, atribuibles a diversos incidentes como los que se han generado en torno a proyectos como el Dragon Mart, obras de infraestructura como el tren México-Querétaro, la explotación de litio y, en general la incertidumbre que a los inversionistas chinos ha generado el mercado mexicano. Ello explica la presencia marginal de la inversión extranjera directa en el país que hacia el segundo trimestre de 2020 representaba apenas el 0. 2 por ciento de toda la inversión acumulada por país de origen.
La disputa por el mercado estadunidense entre México y la RP China
Parte del problema en la asimétrica relación comercial entre México y la RP China se explica a partir de que ambas naciones se disputan el mercado de EEUU. El desplazamiento de México por la RP China en el mercado de EEUU, pese a que el primero tiene un TMEC -y antes el Tratado de Libre Comercio de América del Norte o TLCAN- suscrito con los estadunidenses y el segundo no. Ello lleva a reconocer que lo que más importa a México y a la RP China no es la relación bilateral que mantienen, sino su presencia en Estados Unidos. Para ambos, la relación con Estados Unidos es fundamental, y cada uno posee fortalezas en sus vínculos con la Unión Americana.
Por parte de la RP China, cuenta con algunas fortalezas en sus relaciones con EEUU, que diferencian a los chinos de México. Por ejemplo, al igual que Washington, Beijing cuenta con un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En el Fondo Monetario Internacional (FMI) Beijing es el mayor contribuyente de recursos para sostener financieramente al organismo -detrás de EEUU y Japón- con el 6. 09 por ciento de los votos,[34] en tanto es el mayor aportador de contingentes de fuerzas armadas entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para las operaciones de mantenimiento de la paz (OMPs). Asimismo, los chinos han logrado forjar crecientes relaciones de interdependencia económica, lo cual haría muy costosa una confrontación entre ellos. La RP China es el mayor tenedor de bonos de EEUU. No menos importante es que las discrepancias imperantes entre la República Popular y Estados Unidos, por ejemplo en torno a la situación de Taiwán, se compensan con creces con las coincidencias en temas más cruciales para la seguridad nacional estadunidense, como la lucha contra el terrorismo, si bien este tópico ha perdido el alto perfil que poseía ante la pandemia generada por el SARSCoV2, cuyo origen ha sido ubicado en Wuhan, lo que, de nuevo, ha propiciado desencuentros mayúsculos entre Beijing y Washington.
Por el lado de México, también hay fortalezas en la relación que mantiene con los estadunidenses. De entrada, la vecindad geográfica es un factor ineludible, no sólo por el potencial de intercambios comercial que plantea, sino porque inclusive desde la óptica de la seguridad regional ratifica la consigna de que la seguridad estadunidense pasa por la seguridad de México. Para Estados Unidos siempre será más sencillo dialogar con México que con la RP China. Existen importantes lazos de interdependencia económica entre las dos naciones, además de una agenda bilateral sumamente compleja que abarca temas muy diversos, que van desde seguridad fronteriza, narcotráfico, migración, y deterioro ambiental hasta la concertación política bilateral y respecto a terceros –por ejemplo, naciones latinoamericanas como Cuba, Venezuela y las centroamericanas.[35] Asimismo, México tiene un TMEC con Estados Unidos y Canadá, que constituye un marco institucional para una relación, de suyo, muy intensa. Por si fuera poco, la diáspora mexicana en la Unión Americana es digna de mención, pues constituye uno de los sectores de mayor crecimiento en la sociedad estadunidense.
Con las fortalezas descritas, tanto México como la RP China están en condiciones de maniobrar ante y en Estados Unidos, si bien las posibilidades de colisión en ese mercado, son altas. Cuando el TLCAN entró en vigor (1° de enero de 1994), efectivamente las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron sostenidamente. La expectativa que se tenía es que el TLCAN, aunado a la vecindad geográfica y la afluencia de inversiones extranjeras a la economía mexicana, colocaban a México en una situación ventajosa respecto a cualquier otro país en el mercado estadunidense, con la excepción de Canadá, que es el primer socio comercial del vecino país del norte. Sin embargo, el despunte mostrado por la economía china en los 90, además de su ingreso a la OMC en 2001 y su conversión en el principal destino para la inversión extranjera, contribuyeron a desplazar a México de esa “situación privilegiada” de que gozaba en la Unión Americana. En 2000, cuando la presencia mexicana en el mercado estadunidense se encontraba en su mejor momento, ya se vislumbraban algunos de los problemas emanados del éxito chino, por ejemplo, a la luz del incremento de los costos de producción en México vis-à-vis la RP China, el declive de la base industrial estadunidense en el territorio nacional, la cual se trasladó al territorio chino, y el ya citado ingreso de Beijing a la OMC. De 2000 a la fecha se calcula que estos sucesos contribuyeron decisivamente a la pérdida de un 80 por ciento de los empleos en las maquiladoras mexicanas.[36]
Parte del problema es que los productos que vende México a la Unión Americana son similares a los productos chinos, potencia manufacturera. En el caso específico de las exportaciones mexicanas, estas se integran por automóviles, teléfonos, computadoras y autopartes. En el caso de la RP China, esta vende computadoras, teléfonos, ropa y juguetes.[37]
La tentación de parte del gobierno y los empresarios mexicanos de culpar a la RP China por los males que aquejan a la economía nacional es muy fuerte. Sin embargo, y aun cuando hay evidencias contundentes de que la RP China no siempre juega conforme a la reglas, tampoco se trata de un país “paria” que ha logrado salirse con la suya gracias a un golpe de suerte. Justamente las inversiones en el sector educativo, en investigación y desarrollo y en ciencia y tecnología están generando buenos resultados a Beijing. No todo lo que ha hecho la RP China es copiable ni es deseable tratar de recrear “modelos” toda vez que cada país tiene sus especificidades, historia y necesidades particulares. Sin embargo, no hace mucho la RP China era considerado un país pobre, rural, habitado mayoritariamente por campesinos y con un atraso tecnológico e industrial de gran envergadura. Aun cuando le falta un largo camino por recorrer en diversos ámbitos, hoy las referencias que se hacen sobre la RP China exaltan su bonanza económica y los progresos sociales y tecnológicos que ha concretado. Y justamente gracias al apoyo al sector educativo ha podido generar la mano de obra calificada capaz de elaborar productos de mayor valor agregado compensando así las deficiencias que tiene en la producción de bienes de capital. En pocas palabras: la RP China está haciendo su tarea, no así México.
Las relaciones culturales, educativas, científicas y tecnológicas entre México y la RP China
En octubre de 1978, México y la RP China suscribieron el Convenio de Intercambio Cultural que sirvió de base para la promoción de actividades culturales entre ambas naciones. Ya para noviembre de 2003, con motivo de la VIII Reunión de la Comisión Mixta México-RP China, se aprobó el Programa de Cooperación Educativa y Cultural que tuvo vigencia de 2004 a 2006.
Al amparo de estos convenios los dos países han podido solventar la cooperación en ámbitos como las artes plásticas, la música, la literatura, la promoción editorial, la gastronomía, el diseño, la cooperación educativa y, por supuesto, los intercambios académicos. Funcionarios de los ministerios de educación y de dependencias como el antigua Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y de la Secretaría de Cultura han realizado visitas, contribuyendo así al conocimiento de México en la RP China y viceversa.
En noviembre de 1989 fue signado el Convenio de Cooperación Científica y Técnica México-RP China, mismo que entró en vigor en marzo del siguiente año. Este convenio ha posibilitado el fomento de la cooperación en terrenos como la agricultura, la medicina tradicional, la acupuntura, la pesca, el desarrollo rural, las ciencias naturales, la petroquímica y la química, el desarrollo social y los asuntos étnicos, las telecomunicaciones y las ciencias sociales.
En todas estas esferas se corrobora que ambas naciones están de acuerdo en desarrollar relaciones de amistad, si bien éstas también han tenido altibajos. Tómese, como muestra, el caso de los intercambios académicos.
Tanto la Academia de Ciencias, como la Academia de Ciencias Sociales de la RP China, mantienen importantes contactos con académicos mexicanos y latinoamericanos. Igualmente, las universidades chinas mantienen programas académicos en cooperación con sus contrapartes latinoamericanas. En América Latina, especialmente a partir de los años 90 del siglo pasado, proliferaron los estudios sobre la región de Asia-Pacífico, factor que ha contribuido a mantener el interés en torno a la evolución de la RP China.
En 1961, con motivo de la Revolución Cubana, surgieron en la RP China los estudios latinoamericanos y el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IEL) vio la luz en ese contexto. Desafortunadamente la revolución cultural devino en una fractura respecto a los estudios latinoamericanos, y el desarrollo académico e intelectual en general en la RP China y los especialistas chinos en América Latina fueron remitidos a trabajar en el campo para propiciar su reeducación “ideológica.” El IEL permanecería cerrado hasta 1976.[38]
En los años 80, los académicos chinos se esforzaron por retomar los estudios latinoamericanos, pero debieron hacerlo aun a costa de los estragos que provocó la revolución cultural cuyo legado fue la carencia de materiales de investigación y publicaciones extranjeras, y por ello apenas y se avanzó en la publicación de manuales con generalidades históricas sobre América Latina, mismos que ayudarían a retomar el estudio de la región. De hecho, en 1979 se empezó a publicar una revista bimensual Latin American Studies en ese tenor. Temas como la política de sustitución de las importaciones, la crisis de la deuda externa, y las relaciones entre América Latina y Estados Unidos fueron abordados insistentemente por los académicos chinos.[39]
No sería sino hasta los años 90 en que se puede hablar de un auge de los estudios latinoamericanos en la RP China, momento en que se importan una gran cantidad de publicaciones e investigaciones sobre la región, lo que también dio pie a nuevas líneas de investigación, incluyendo la teoría de la dependencia, el uso del capital extranjero y las inversiones foráneas, el desarrollo agrícola, las relaciones sino-latinoamericanas y entre América Latina y Estados Unidos, problemas sociales, partidos políticos, estrategias de desarrollo, etcétera.
Actualmente, continúan los intercambios académicos, se ha intensificado la producción de libros y documentos sobre la región y el gobierno chino confía en que este trabajo académico lo asesore en torno a la mejor forma de acercarse a América Latina.
Esta evolución de la academia china es importante porque revela la vinculación entre los estudiosos de América Latina y el gobierno chino. Ciertamente que la política exterior china respecto a América Latina y otras regiones del mundo pondera igualmente otra serie de factores, pero el punto a destacar es que, para desarrollar relaciones con cualquier región o país del orbe, es menester fomentar su estudio.
En este sentido, los estudios sobre la RP China y sobre China en general son más frecuentes en México, pero falta un gran camino por recorrer. Gran parte de las publicaciones que circulan en el país, se refieren a aspectos económicos y generalmente a prácticas comerciales desleales, dejando de lado un estudio más profundo acerca de la evolución de la economía y la política chinas, y de las políticas en materia de desarrollo que ha puesto en marcha el gigante asiático. Ese desconocimiento sobre el país explica muchas de las actitudes de actores empresariales y gubernamentales en sus relaciones con la RP China, de lo que se desprende que los estudios sobre esa nación ayudarían a vislumbrar políticas deseables y posibles para un acercamiento potencialmente más benéfico sino-mexicano, además de que podrían coadyuvar a revertir los estereotipos imperantes.
Se han dado algunos pasos en esa dirección, por ejemplo, la oficina del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) en la RP China, o bien el convenio entre el gobierno de ese país y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la enseñanza del idioma chino con la participación del Instituto de Confucio. La presencia de los Institutos Confucio en México es significativa para promover la enseñanza del idioma y la cultura chinas.[40] La Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), la Universidad de Colima y la Universidad Veracruzana han participado en ferias universitarias a la caza de estudiantes chinos.[41] A juzgar por lo expuesto, el camino es largo, y si el gobierno mexicano desea acercarse con éxito a la RP China en terrenos como el económico y financiero, necesita fomentar el conocimiento y el estudio de esa nación, además de convocar a los especialistas en la materia a fin de escuchar sus sugerencias sobre los escenarios y medidas más deseables y posibles en esa dirección.
Consideraciones finales
Como se ha visto la RP China ha tomado medidas para incentivar la educación y el desarrollo científico y tecnológico, en el ánimo de incrementar su capital humano, con el consecuente incremento en el valor agregado de sus productos. El éxito chino en este ámbito revela que un país que no contaba con ventajas comparativas para desenvolverse en el mercado global puede tomar las medidas para revertir la situación. Esta es una lección para México y para cualquier otro país que desee prosperar en la era de la globalización. Es importante destacar, sobre todo en el caso mexicano, que los resultados de invertir en educación, en investigación y desarrollo, y en la innovación tecnológica se harán sentir en el mediano y largo plazos. No hay soluciones inmediatas, puesto que problemas tan complejos demandan igualmente soluciones complejas. No hay que perder de vista que la china es una sociedad con proyecto nacional, y que en contraste, en México impera una visión de corto plazo que impide ver más allá horizonte con políticas de gobierno de corto plazo: cambia el gobierno y, en consecuencia, cambia la política.
Un empresario chino, aun cuando en el corto plazo pudiera no obtener los beneficios estimados, sabe que a fuerza de seguirlo intentando, logrará lo que desea. En contraste, el empresario mexicano, salvo excepciones, no está dispuesto a arriesgar y prefiere resultados inmediatos, con lo cual potencia la improvisación y compromete la viabilidad de sus actividades.
Las relaciones entre México y la RP China tienen como característica los desencuentros, mismos que anteceden a los vínculos establecidos el 14 de febrero de 1972 y que se han visto permeados por estereotipos, de manera que según una encuesta el 25 por ciento de los mexicanos tienen una mala impresión de los chinos. Por eso el escritor Julian Herbert en su libro La casa del dolor ajeno donde documenta la masacre contra la comunidad china de Torreón en 1911, sugiere trabajar en la reconciliación, dado que los chinos también forman parte del mestizaje y pese a ello se les sigue discriminando.[42]
México no reconoce a la RP China como gran potencia y su relacionamiento con ese país ha sido errático, como lo prueban los innumerables desencuentros en gobiernos precedentes y el actual. México suele enviar señales cruzadas y contradictorias a Beijing. Por una parte pide perdón por las matanzas de chinos en Torreón en 1911 y por la otra convoca a EEUU y Canadá a hacer un frente común contra el gigante asiático. Agradece el envío de vacunas e instrumental médico durante la pandemia a la RP China, pero anuncia la creación de una empresa estatal para la explotación de litio, cuya producción hoy por hoy está en manos de la empresa china Gangfeng,[43] rematando con el “regaño” que recibió de Estados Unidos, para quien la nacionalización del litio de México es un problema de seguridad nacional al prohibir las inversiones privadas.[44]
En resumidas cuentas, la apuesta de México por un Estados Unidos que declina en el mundo no parece visionaria en atención a que la enorme dependencia con el vecino país del norte expone a que México se vea arrastrado por esa debacle. Al no formar parte de la ruta de la seda, México sigue atado a América del Norte y a un TMEC pensado para acotar y excluir a la RP China de la región.
Si bien la geografía es determinante en la definición de prioridades en la agenda de política exterior de México, la RP China merece ser redescubierta a partir de una estrategia en que se privilegien la constancia y un mejor y mayor conocimiento sobre esa nación. Beijing ha hecho un trabajo muy importante al acercar a las comunidades académicas e intelectuales mexicanas al conocimiento sobre ese país, al igual que al fomentar la enseñanza de la lengua y la cultura chinas en México. Es un paso significativo, pero no suficiente, dado que México no ha hecho un trabajo semejante con las comunidades académicas e intelectuales chinas y su presencia para la enseñanza del español en el gigante asiático es pequeña. Existe un enorme potencial en el terreno cultural para ampliar la relación, si bien, como se ha visto, ello depende de la voluntad política de ambos gobiernos para llevar los vínculos a nuevos derroteros y otros niveles.
[1] Aristegui Noticias (4 de junio 2013), “México y China acuerdan “asociación estratégica integral””, disponible en https://aristeguinoticias.com/0406/mexico/mexico-y-china-acuerdan-asociacion-estrategica-integral/
[2] México cuenta con 12 tratados de libre comercio con 46 países, 32 acuerdos para la protección recíproca de las inversiones con 33 países, 9 acuerdos de alcance limitado en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y pertenece al Tratado de Asociación Transpacífico.
[3] La RP China posee 17 acuerdos de libre comercio con la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ANSEA), Singapur, Pakistán, Nueva Zelanda, Chile, Perú, Costa Rica, Islandia, Suiza, Islas Maldivas, Mauricio, Georgia, Corea del Sur, Australia, Camboya, Hong Kong y Macao. Adicionalmente, en noviembre de 2020, Beijing suscribió con otros 14 países la Asociación Económica Regional Amplia (RCEP). Véase International Trade Administration (2021), China Country Commercial Guide, disponible en https://www.trade.gov/country-commercial-guides/china-trade-agreements#:~:text=China’s%20FTA%20partners%20are%20ASEAN,the%20Regional%20Comprehensive%20Economic%20Partnership.
[4] México Desconocido (s/f), “¿Mayas y chinos pudieron tener un intercambio cultural antes de que llegaran los españoles?”, disponible en https://www.mexicodesconocido.com.mx/mayas-y-chinos-pudieron-tener-un-intercambio-cultural-antes-que-llegaran-los-espanoles.html?fbclid=IwAR3J91TG-kWcpGztWTsv9qfR_HEh1_MjX5yhx-TTys_qum3radDWw6ZkmWw
[5] Robbie Johnson (2013), Nao de Chine: Treasure of the Manila Galleon, New York, Downwind Press.
[6] BBC News (26 de abril 2019), “Los países de América Latina que forman parte de la Nueva Ruta de la Seda de China”, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48071584
[7] María Concepción García Saiz (1989), Las castas mexicanas. Ub género pictórico americano, México, Olivetti. García Saiz refiere igualmente que la palabra china es, posiblemente, de origen quechua. El término, como se explicaba, se refiere a mujeres de un estrato social bajo, generalmente abocadas al trabajo doméstico o bien, mujeres de bajo pueblo. En esta categoría igualmente eran consideradas las personas de cabello rizado, al que se le denomina cabello chino.
[8] Francisco De la Maza (1990), Catarina de San Juan. Princesa de la India y visionaria de Puebla, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
[9] Archivo General de la Nación (15 de mayo de 2021), Un análisis de la migración China a México a través de documentos que el Archivo General de la Nación resguarda, México, disponible en https://www.gob.mx/agn/es/articulos/un-analisis-de-la-migracion-china-a-mexico-a-traves-de-documentos-que-el-agnresguarda
[10] Roberto Ham Chande (1997), “La migración china hacia México a través del registro nacional de extranjeros” en Moisés Gómez Navarro et al, Destino México Book: un estudio de las migraciones asiáticas a México, Siglos XIX y XX, México, El Colegio de México, pp. 169-170.
[11] Xu Shicheng (s/f), Los chinos a lo largo de la historia de México, México, UNAM Iztapalapa, pp. 5-8, disponible en http://sgpwe.izt.uam.mx/files/users/uami/mcheca/LECTURAS_CHINA/LECTURA_3.6C.pdf
[12] Joe Cummings (2001), Mexicali’s Chinatown: Sharks fin Tacos and Barbecued Chow Mein, disponible en http://www.cpamedia.com/articles/0203_03/
[13] Lola M. Morente (23/04/2017), “La ciudad subterránea de Mexicali: La Chinesca”, en Expansión, disponible en https://www.expansion.com/sociedad/2017/04/23/58fce6fc268e3eb43c8b45e2.html
[14] Luis Alberto López (17.05.2021), “México pide perdón a China por masacre de 1911 en Torreón”, en Milenio, disponible en https://www.milenio.com/estados/masacre-chinos-1911-torreon-mexico-pide-perdon
[15] Alberto Nájar (15 de mayo 2015), “La “olvidada” matanza de chinos en México”, en BBC News, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150507_mexico_masacre_chinos_olvidada_torreon_an
[16] Chris Turner (November 2002), Chinese in Mexico, disponible en http://archives.tconline.org/Stories/Nov02/mexico.htm
[17] Jorge Carrillo e Ismael Plascencia (2010), “”La presencia China en Baja California” en Enrique Dussel y Yolanda Trápaga (editores), Hacia un diálogo entre México y China. Dos y tres décadas de cambios socioeconómicos, México, Senado de la República, Centro de Estudios China-México, CICIR, Friedrich Ebert, México, disponible en https://www.redalc-china.org/monitor/images/pdfs/Investigacion/35_Carrillo_2010.pdf
[18] Francisco Javier Haro et al (2011), Historia de las Relaciones Internacionales de México. Asia, volumen 6, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, pp.210-213, disponible en https://acervo.sre.gob.mx/images/libros/RI/vol_6_asia.pdf
[19] Francisco Javier haro, Op. cit.: 215.
[20] Shixue Jiang (mayo-junio 2006), “Las diferentes etapas de la relación sino-latinoamericanas”, en Nueva Sociedad, no. 203.
[21] El 12 de enero de 2007 se suscitó una controversia diplomática cuando México obligó al avión del Presidente de Taiwán Chen Shui-bian, a abandonar el espacio aéreo mexicano en su trayecto desde Nicaragua -país al que asistió para atestiguar la unción de Daniel Ortega como jefe de Estado de ese país centroamericano-, rumbo a Estados Unidos. El incidente se agudizó porque el viaje inicial del titular del ejecutivo taiwanés de Los Ángeles a Managua tuvo el permiso de paso. De inmediato en los medios de comunicación mexicanos se especuló que México actuó como lo hizo, por presiones de la RP China. Véase El Universal, 13 de enero de 2007.
[22] Las relaciones de México con Taiwán se limitan a los ámbitos económico y cultural y son de carácter privado. Así, México inauguró una representación del Banco Mexicano de Comercio Exterior (BANCOMEXT) en Taipei en 1990 denominada Mexican Trade Services y en 1991 se abrió una oficina para atender asuntos consulares que depende directamente del Consulado de México en Hong Kong. A su vez, en 1994 Taiwán inauguró una Oficina Económica y Cultural en la capital mexicana.
[23] Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Japón y Rusia. Asimismo, a estas reuniones asiste el presidente de la Unión Europea.
[24] MVS Noticias (9 de septiembre 2011), “Calderón se reúne con el Dalai Lama”, disponible en https://mvsnoticias.com/noticias/nacionales/calderon-se-reune-con-el-dalai-lama-624/
[25] Carolina Gómez Mena (11 de septiembre de 2011), “Molestó a Pekín la cita de Calderón con el Dalai Lama”, en La Jornada, disponible en https://www.jornada.com.mx/2011/09/11/politica/018n1pol
[26] Roxana González García (octubre 8, 2013), “Peña Nieto evita contacto con el Dalai Lama”, en El Financiero, disponible en https://www.elfinanciero.com.mx/archivo/pena-nieto-evita-contacto-con-el-dalai-lama/
[27] María Cristina Rosas (mayo del 2003), “México y el G-8”, en La Insignia, disponible en http://www.lainsignia.org/2003/mayo/ibe_124.htm
[28] El Financiero (18 de noviembre (2021), “AMLO llama a ‘detener’ a China: pide más integración entre México, EU y Canadá”, disponible en https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/11/18/amlo-llama-a-detener-a-china-pide-mas-integracion-entre-mexico-eu-y-canada/
[29] Francisco Haro Navejas (mayo-junio 2006), “China en el norte de América: la relación con México y Estados Unidos”, en Nueva Sociedad, no. 203.
[30] Gobierno de México (s/f), Relación económica entre México y China, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, disponible en https://embamex.sre.gob.mx/china/index.php/es/la-embajada/relacion-economica#:~:text=China%20se%20ha%20convertido%20en,su%20segundo%20mercado%20de%20exportaci%C3%B3n.&text=En%20la%20tarea%20de%20promoci%C3%B3n,ubicado%20en%20un%20lugar%20prioritario.
[31] Organización Mundial del Comercio (28 de enero de 2013), DS398: China — Medidas relativas a la exportación de diversas materias primas, México, Ginebra, OMS, disponible en https://www.wto.org/spanish/tratop_s/dispu_s/cases_s/ds398_s.htm
[32] Roberto Morales (15 de octubre de 2012), “México demanda a China ante OMC por textiles”, en El Economista, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Mexico-demanda-a-China-ante-OMC-por-textiles-20121015-0087.html
[33] CSIS (s/f), How Influential is China in the World Trade Organization?, Washington D. C., CSIS, disponible en https://chinapower.csis.org/china-world-trade-organization-wto/#:~:text=Examining%20China’s%20activity%20in%20the,complex%20relationship%20with%20the%20WTO.&text=Between%202002%20and%202019%2C%20China,44%20times%20as%20a%20respondent.
[34] Ibid.
[35] Durante la toma de posesión de Felipe Calderón como Presidente de México en diciembre de 2006, el gobierno estadunidense, en la voz de George H. W. Bush (padre) y el embajador estadunidense Antonio Garza, solicitaron al gobierno mexicano su “mediación” entre Estados Unidos y Cuba, de cara a la enfermedad que aqueja a Fidel Castro (Mercado, 12 de febrero de 2007: 4-7).
[36] David McHardy Reid, Alethia Jimenez y Peter Rahmer (july-september 2006), “NAFTA, Mexico and the China Factor”, en Voices of Mexico, No. 76, p. 77.
[37] Roberto Morales (2 de septiembre de 2021), “México gana mercado a China en Estados Unidos”, en El Economista, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Mexico-se-recupera-en-exportaciones-y-se-mantiene-como-primer-socio-comercial-de-EU-20210902-0053.html
[38] Shixue Jiang, Ibid.
[39] Ibid.
[40] Entre los institutos existentes en el país figuran el Instituto Confucio de la UNAM, el Instituto Confucio de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Instituto Confucio de la Universidad Autónoma de Yucatán y el Instituto Confucio de la Ciudad de México.
[41] Milenio (04.11.2013), “Tres universidades mexicanas, a la caza de alumnos en China”, disponible en https://www.milenio.com/estilo/tres-universidades-mexicanas-a-la-caza-de-alumnos-en-china
[42] Julian Herbert (2019), La casa del dolor ajeno, México, Random House. El autor también sugiere que la petición de perdón del Presidente López Obrador, debería estar acompañada de compensaciones económicas a las victimas y sus descendientes, dado que si bien ello no repararía el daño, sería un gesto político de gran relevancia. Véase Camila Osorio (16 de mayo de 2021), “Julián Herbert: “Antes que hablar de perdón por la masacre de chinos en Torreón, me parece más importante hablar de reconciliación”, en El país, disponible en https://elpais.com/mexico/2021-05-17/julian-herbert-mas-que-hablar-de-perdon-por-la-masacre-de-chinos-en-torreon-me-parece-mas-importante-hablar-de-reconciliacion.html
[43] Almudena Barragán (3 de febrero de 2022), “México planta cara a China y perfila la creación de una empresa estatal para explotar el litio”, en El País, disponible en https://elpais.com/mexico/2022-02-04/mexico-planta-cara-a-china-y-perfila-la-creacion-de-una-empresa-estatal-para-explotar-el-litio.html
[44] Reporte Indigo (19 de enero de 2022), “Legisladores exigen a Biden evitar que AMLO nacionalice litio de México con reforma eléctrica”, disponible en https://www.reporteindigo.com/reporte/legisladores-exigen-a-biden-evitar-que-amlo-nacionalice-litio-de-mexico-con-reforma-electrica/