Viene la importación de gasolina. Es un requisito indispensable para poder abrir el mercado del combustible.
Hoy en día en México sólo Pemex produce y, por tanto, vende la gasolina, pero una vez que se pueda importar a través de ductos privados o de los mismos de Pemex, entonces podrá existir la competencia de precios para el combustible.
Sin embargo, a pesar de esta apertura, hay un dato del que debemos alertarle: la gasolina seguirá siendo cara, aun con la apertura y la importación.
SUBSIDIARLA, UN ERROR
No será cara porque el precio del petróleo y derivados vayan a subir ni tampoco por los altos costos de la importación, el transporte o almacenamiento, la gasolina seguirá cara simplemente por un tema fiscal.
Así es: los impuestos llegaron para quedarse en la gasolina y otros combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles, aquí en México y en todo el mundo son gravados por ser contaminantes.
En México se ha debatido si la gasolina debería ser más barata para quedar bien con el consumidor. Incluso durante el sexenio calderonista se cayó en esa tentación al subsidiar la gasolina. Fue un error.
El subsidio de la gasolina va a parar a la población más rica del país. Es un subsidio regresivo que beneficia a los tres deciles más altos de la población, que son los que más automóviles y vehículos tienen para transportarse.
El subsidio a la gasolina llega a ser regresivo por beneficiar a la población de mayores ingresos, pero también termina siendo antiecológico: favorece el consumo de un combustible totalmente contaminante.
HACIENDA RECIBE 60 MMDP POR IMPUESTO A GASOLINAS
Estas razones hacen llevar a la gasolina a un precio elevado, pero, además, en México hay un factor más importante para mantener el precio del combustible a precios altos: la recaudación de ingresos.
La gasolina tiene un fuerte componente de impuestos con los IEPS. Tiene Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios, unos locales y otros federales. Además, tiene el impuesto al carbono.
La Hacienda pública recibe de la gasolina nada menos que 60 mil millones de pesos, una cifra que se acerca al 1% del PIB. Y estando las finanzas debilitadas por el bajo precio del petróleo, Hacienda no se va a dar el lujo de dejar de gravar las gasolinas, lo cual, además, está bien visto por todos los organismos internacionales.
Por eso, aunque venga la apertura del precio de gasolina, y el mismo combustible se pueda importar, bueno, pues la verdad es que su precio (o precios con la apertura) seguirá siendo un poco elevado por el componente de impuestos.
HACIENDA YA COMPRÓ COBERTURAS PETROLERAS PARA 2017
Luis Videgaray ya informó sobre las coberturas petroleras. Ya casi se compraron en su totalidad.
Recordemos que han funcionado bastante bien, al defender el precio de la mezcla mexicana acordado en el Presupuesto. Por ejemplo, para este año las coberturas servirán para mantener los 49 dólares el barril de la mezcla mexicana, a pesar de que los precios reales siguen muy por debajo de dicho nivel.
Para el siguiente año quizá se estén comprando coberturas para defender los 35 dólares el barril de la mezcla mexicana, que es el nivel propuesto en los Pre-Criterios de Política Económica.
Como sea, Hacienda ha aprovechado las oportunidades de los mercados. Compra fuertes opciones de futuros para garantizar el precio de la mezcla mexicana. Y las coberturas son un seguro: se compran y, si no se utilizan, pues se compraron, pero si llegas a necesitarlas, son un alivio.
Ya veremos las nuevas condiciones de esta cobertura petrolera. Pero ya están las de 2017.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 17 de agosto de 2016, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.