viernes 05 julio 2024

¡Alerta! Campaña de triunfo anticipado

por Ana Lucía Medina

“El deber de un ciudadano es no creer en ninguna profecía del futuro,
sino actuar para realizar el mejor futuro posible.“
Richard Stallman

“Delfina ya ganó”, escuchamos durante meses, mucho antes del 4 de junio, día de la jornada electoral en el Estado de México. La profecía se cumplió… 

Efectivamente, el electorado del Estado de México, optó por Delfina Gómez, el peor perfil posible, una mujer incapaz y corrupta, sumisa a un grupo de poder en esa entidad y absolutamente obediente a las órdenes del presidente de la República. Se hizo realidad la frase que se repitió hasta el cansancio. 

La participación en las urnas fue del 50% según el conteo final de la autoridad electoral, nada alejada del promedio de participación histórica en esa entidad. Pero, se habían generado expectativas que no fueron satisfechas, muchas de ellas, sin asidero en la realidad y asentadas en ideas que suponíamos atendían a la lógica. Se pensó que la alerta de un futuro peor para el Estado de México, provocaría que la gente saliera a votar en masa.

La realidad es otra, el electorado no siempre se comporta como esperamos, no sale a votar porque los demás tenemos sentido de urgencia y no se contagia del interés que un sector de la población hemos desarrollado en los asuntos públicos.

Un debate recorre las mesas de análisis, las redes sociales, los artículos de opinión y las conversaciones de algunos interesados en el tema… ¿Quién o quiénes son los responsables de que los ciudadanos no salgan a votar? 

Algunos dicen que la culpa es de los partidos políticos porque carecen de la confianza de la ciudadanía, otros dicen que es culpa de los candidatos que no emocionan, hay más factores: la percepción de que hay nula relación entre voto y calidad de vida, la responsabilidad de los actores políticos que hacen pactos inconfesables para mover a su “voto duro” hacia un lado u otro, los gobiernos que echan a andar la maquinaria para ganar elecciones, el desprecio que la ciudadanía siente por la política y un sin fin de causas.

El fenómeno del abstencionismo es muy complejo. Hoy me interesa hablar de las campañas de triunfos anticipados y el uso de las mismas para que la gente se desanime y no vote.

El “Delfina ya ganó” me inquietó desde la primera vez que lo escuché, fue en el mes de diciembre. Me remitió a mi infancia, cuando sabíamos que el PRI iba a ganar. Crecí en una familia panista, la derrota, nunca los derrotó, pero estaba acostumbrada a escuchar que el PRI iba a ganar, la gente lo decía en todos lados, hasta que, los triunfos del PAN en municipios y Estados, comenzaron a dar esperanza.

Volvamos al Estado de México. Los estrategas de la maestra Delfina, sabían de sus debilidades como candidata, que arrastraba escándalos de corrupción, que había sido declarada “delincuente lectoral” por el Tribunal Electoral, que terminó por dar la estocada final al sistema educativo en México y que, para colmo, no sabía hilar ni una idea, mucho menos expresarla con claridad. Debían irse a lo seguro: Declararla triunfadora desde antes que iniciara la campaña y lograr que todos repitieran la misma frase, cual mantra.

La apuesta era clara, desanimar al electorado. Tenían los astros alineados, la maestra era conocida en el Estado de México —ya había hecho campaña por todo el territorio estatal—, se le veía cercanísima al presidente, quien goza de una elevada aprobación ciudadana y por consecuencia estaba mejor posicionada en las encuestas. En realidad, tenía todo para ganar, es más, se observa lógica en la estrategia de campaña.

El problema no es la estrategia del oficialismo, el problema es que la gente lo asumió como verdad, la posible derrota los derrotó antes de tiempo, no salieron a votar para revertir la tendencia, para demostrar que la participación ciudadana puede dar la vuelta a cualquier profecía. 

El Estado de México vivió una auténtica campaña de triunfo anticipado y observo claramente que, de cara al 2024, la intención es la misma.

El principal promotor de esta perversa narrativa es el propio presidente López Obrador, quien ha hecho uso del mensaje triunfalista en diversas ocasiones y nadie le pone un alto, ni los partidos de oposición, ni la autoridad electoral, ni los medios de comunicación.

Ya comienza a rondar la idea de que la presidencia está ganada por Morena, a un año de la elección, se escucha decir “Morena ya ganó”, incluso lo verbalizan actores que se supone, sienten una real preocupación por el avance electoral del oficialismo.

Muchas personas sentenciando “ya ganó Morena, no hay nada que hacer”, genera una ola destructiva, tan destructiva como el régimen mismo.

Si al desánimo ciudadano, le sumamos periodistas repitiendo la misma afirmación, el partido en el poder, anunciando que ya ganaron con spots y mensajes las redes, las encuestas hechas con la intención de abonar a tal narrativa, la campaña de triunfo anticipado se perfecciona.

Mención aparte merece el tema de las encuestas, no es nueva su utilización como propaganda electoral y, aún así se sigue reproduciendo esta práctica perversa. 

Lo sucedido en el Estado de México, es de escándalo, el Tribunal Electoral local, terminó sancionando a la campaña de Delfina, al comprobar que hizo uso de encuestas sin rigor metodológico que anunciaban tendencias ficticias. Con el fin de influir en el electorado, al menos 4 casas encuestadoras dieron falsa ventaja a la candidata morenista, llegaron al extremo de publicar mediciones que daban 24 puntos de ventaja a la maestra, la sensación de triunfo afianza el desánimo de quien no cree que su voto pueda cambiar lo inevitable.

Las empresas señaladas fueron: Mendoza Blanco y Asociados, SC; Electoralia, Datos Eficientes, Decisiones Inteligentes;  Gobernarte, SC; Demoscopía Digital, SA de CV;  y Votia Sistemas de Información, SA de CV.

Que no quepa duda, el régimen hará uso de la misma estrategia de aquí, a la elección del 2 de junio de 2024.

¿Y qué decir del partido Movimiento Ciudadano? El cual no participó en el proceso electoral, se dice crítico del régimen y al mismo tiempo se la vivió anunciando que ya había ganado Delfina, hacían referencia a un supuesto pacto entre el gobernador saliente —Alfredo del Mazo — y el presidente López Obrador. Lo único cierto, es que un partido político, con el mandato constitucional de impulsar la participación de la ciudadanía en la vida democrática de México, se dedicó a desincentivar el voto. Sin duda alguna un duro golpe a los esfuerzos ciudadanos para animar a la gente a votar.

Atestigüé diversas campañas que se echaron andar en el Estado de México para estimular el voto. Se recurrió a las redes sociales, al diseño de spots, expertos en comunicación desarrollando guiones ingeniosos, académicos conocedores del fenómeno del abstencionismo, organizaciones de la sociedad civil invitando a los vecinos a hacer redes de 10 en 10, volanteo en cruceros para avisarle a la ciudadanía que la jornada electoral sería el 4 de junio, lonas en puntos clave para informar sobre la baja participación en procesos electorales, retos, invitaciones en salas de cine, campañas donde participaron empresas, gratificación a los votantes en restaurantes… Sin duda un gran esfuerzo, que debe ser reconocido y reproducido de cara a la elección del 2024.

Hago la advertencia, ninguna estrategia para incentivar el voto funcionará si la ciudadanía damos por hecho el resultado, si creemos que nuestro voto no vale la pena, si hacemos nuestro el rumor de que ya no hay nada que hacer, si callamos ante los desanimadores profesionales, si replicamos los mensajes de derrota, si compartimos los artículos de los desmoralizadores que nos dicen que no hay manera de cambiar el rumbo, si creemos que “Morena ya ganó”.

Enciendo la alerta de la campaña de triunfo anticipado y hago el llamado a que apostemos por el valor de nuestro voto, uno de los pocos instrumentos para manifestar nuestra aprobación o desaprobación a las acciones de gobierno. 

Apoyemos los esfuerzos de las organizaciones que invitan a actualizar la credencial de elector, a ubicar las casillas, unámonos a las redes de vecinos para asegurar que todos salgan a votar el día de la elección, seamos observadores electorales. NADA ES MÁS FUERTE QUE LA VOLUNTAD CIUDADANA MASIVA Y LIBRE EN LAS URNAS. APOSTEMOS POR INUNDAR LAS URNAS.

También te puede interesar