Andrés Manuel López Obrador se ha empeñado en convertir a la prensa que lo critica en un adversario al cual debe combatir y derrotar; utilizando todo el peso de su investidura, lanza adjetivos contra medios y periodistas que contradicen sus datos o cuestionan sus decisiones de gobierno y les hace acusaciones que nunca demuestra: su objetivo es presentarlos como enemigos de la “Cuarta Transformación” que le apuestan a su fracaso.
Justifica sus embates con un “derecho de réplica” con plena conciencia de que al ejercerlo entabla una batalla desigual; el peso específico de las palabras de un Presidente de la República con un poder tan amplio como el que detenta y con la influencia que ejerce entre sus simpatizantes, pone en desventaja a cualquiera que considere su rival. Sus constantes alabanzas a las “benditas redes sociales” conllevan una invitación implícita hacia quienes lo siguen en ellas para que le ayuden a combatir al mal, encarnado en el periodismo que no se pliegue a sus deseos. El resultado, que los críticos del mandatario sean juzgados y condenados por el tribunal de las redes, mientras él observa, guarda silencio e incluso lo celebra.
Aun cuando reitera una y otra vez que es respetuoso de la libertad de expresión, en los hechos la realidad es totalmente distinta; además de sus descalificaciones directas, López Obrador también intenta ejercer presión cuando “invita” a los periodistas a tomar partido, portarse bien u ofrecer disculpas.
La obsesión por Reforma
El periódico Reforma es, sin duda, el medio más atacado por López Obrador y como él mismo lo ha reconocido, tiene grandes diferencias con dicho diario; en etcétera hemos documentado desde hace por lo menos cinco años sus desencuentros con el rotativo. Sin embargo, ya como Presidente de la República ha sido “cliente frecuente” de las mañaneras y aun cuando se le ha demostrado en más de una ocasión que se equivocó en sus aseveraciones, su obsesión por Reforma no cede.
8 de marzo. A través de una nota en primera plana, Reforma denunció una utilización del SAT para intimidar al diario. Detalló que se envió un citatorio con carácter de urgente a dos de sus accionistas para comparecer por inconsistencia fiscal de 12 mil pesos que databa de hace cuatro años. El periódico consideró lo anterior como un acto de intimidación
En respuesta, López Obrador negó una persecución contra Reforma y dijo respetar el derecho a disentir, sin embargo fustigó al diario así: “Quien sabe que motivaciones tuvieron para hacer esta escena, pero se me hizo un despropósito. Lo considero una actitud política. Nosotros tenemos diferencias con el Reforma, pero no vamos nosotros a perseguir a nadie, las diferencias que tenemos las hemos hecho públicas He hablado de la prensa fifí y lo voy a seguir haciendo porque es una prensa conservadora, que no tiene nada de malo que exista, están en todo su derecho, pero con apariencia de prensa libre”- .
10 de abril. El mandatario demandó a Reforma revelar sus fuentes, esto luego del revuelo que causó la divulgación de un extracto de la carta que él le envió al Rey de España para pedirle que la Corona se disculpe con nuestro país por los atropellos ocurridos durante la Conquista contra los llamados pueblos originarios del territorio que ahora conforma a México. Alegó que los medios también están obligados a la transparencia.
“¿La obligación de transparencia es del Gobierno o de todos? Y en particular los medios, los medios, es interesante el tema porque para mí los medios son organismos de interés público, o sea y se tiene también que cumplir con una ética, no debe de haber privilegios, es distinto, con respeto, la libertad de expresión, la libertad de manifestación de ideas, la libertad de prensa, pero cuando se trata de asuntos así, ¿por qué no revelar la fuente?”, señaló.
23 de abril. López Obrador arremetió contra Reforma, que lo cuestionó por reaccionar tardíamente a la masacre de Minatitlán y tras sostener que trabaja todos los días para devolverle la tranquilidad al país, sentenció que no será este diario quien le dicte la agenda.
“Mis adversarios, los conservadores, la prensa fifí, quisieran que yo les hiciera caso y que abandonáramos nuestros propósitos fundamentales. Yo he ido a Minatitlán 50 veces, más que ningún otro dirigente social, político, porque tenía yo programado ir; y además están atendiendo el problema desde el primer momento. Pero no va a ser Reforma quien me dicte la agenda”, manifestó.
En una reacción particularmente virulenta, ese día el mandatario también estalló contra el diario por haber publicado en primera plana la foto de una manta del Cártel Santa Rosa de Lima en la cual se amenaza al mandatario. Aun cuando no fue el único medio que difundió dicha imagen, concentró sus baterías en Reforma, periódico al que tildó de hipócrita y advirtió que si no rectifican acabará como “un pasquín”.
“Lo de Minatitlán lo utilizaron con ese propósito: ‘A ver ¿y dónde está Andrés Manuel, que no se manifiesta, no se solidariza?’, como si yo no fuese sensible. Yo lucho por ideales, lucho por principios, yo le tengo amor al pueblo, un profundo amor al pueblo. Eso es lo que me impulsa para enfrentar las adversidades. Por eso estoy en esto. Pero sí, ellos quieren que yo me involucre en cosas que no debo.. Ese periódico, si sigue así va a terminar como un pasquín, ojalá y rectifiquen”, fustigó.
26 de abril. Tras referirse a las amenazas que recibió en redes sociales Juan Pardinas, director de Reforma, aseguró que a pesar de sus diferencias, el diario tendrá garantizada su libertad de expresión, sin embargo, insistió en que se trata de un diario “conservador” y de paso, lo acusó de tener una relación estrecha con Carlos Salinas de Gortari al cual “nunca tocaron”.
“Hay una relación estrecha, a Salinas no lo tocan y Salinas tiene mucho que ver con la tragedia de México, es el padre de la desigualdad moderna, pero ese es otro asunto, eso tiene que ver con un posicionamiento político que yo llamo conservador, que siempre ha existido y que ellos quieren abanderar ese movimiento. Ante el cambio ellos quieren actuar como los representantes del conservadurismo, o sea, quieren apostar a retrogradar”, señaló.
La tarde de ese día, Reforma publicó un video en donde muestra todas las portadas donde se criticó al gobierno salinista.
29 de abril. Después de que por varios días se colocaran diversos hashtags en contra de Reforma, López Obrador negó cualquier responsabilidad de su gobierno en este asunto, ya que él no persigue a nadie y es respetuoso del derecho a disentir: Sugirió que un sector del “conservadurismo”, por medio de bots, puedo haber estado estar detrás de estas campañas para echarle la culpa.
“Está comprobado que existen los bots. Entonces, cuidado porque podemos tener nosotros diferencias con el Reforma como las tenemos y aprovechan el viaje los de otra facción conservadora, porque sí hay facciones, en el movimiento liberal siempre ha habido radicales y moderados, en el movimiento conservador, lo mismo donde hubo elecciones, hubo tres corrientes conservadoras, todo el abanico. Entonces, a lo mejor una facción del conservadurismo, para confrontar más, eche a andar dispositivos en contra de un periódico para cargarnos a nosotros la culpa. Eso puede también estar pasando”, expuso.
22 de julio. Un día después de que Reforma, publicara primera plana los pormenores sobre los cambios que se hicieron en Palacio Nacional para la mudanza del mandatario, éste calificó como una exageración la información difundida por el rotativo y dijo que “eso sí calienta”. Aprovechó la ocasión para criticar el diseño del edificio que alberga las instalaciones del periódico.
“No es así, es una exageración del periódico y como se dice coloquialmente ‘eso sí calienta’, porque la verdad que es el departamento que construyó, que adaptó Felipe Calderón y mantuvo Enrique Peña Nieto, es una parte muy limitada. Como se llevan fuerte los del Reforma, les diría que no estoy acomplejado. Cuando ellos hicieron su edificio, ¿conocen el edificio de Reforma?, es un palacio, y yo diría -pero esto con todo respeto- de mal gusto, porque también los fifís no tienen tanta sensibilidad para la arquitectura, pero ese otro asunto. He dicho”, sentenció.
2 de agosto. Reforma tituló su nota principal “Dobla Deschamps austeridad de la 4T”, en la cual se refirió a las negociaciones con el sindicato de Pemex para su nuevo contrato colectivo de trabajo, el cual resultó muy ventajoso para ese gremio, ya que incluso se les daría un bono de productividad. Como era de esperarse, el presidente negó tal situación y acusó al diario de exagerar las cosas, ya que –según dijo- se lograron ahorros. Asimismo, cuestionó que el rotativo no dijera nada sobre el Pemexgate.
“Nada más aclarar que hubo un ahorro, repito, de mil 600 millones de pesos demostrables. Por eso aclaré lo del Reforma, porque fíjense que antes el Reforma no informaba cuando se revisaba el contrato de Pemex, no decía: ‘Están establecidas condiciones que significan mantenerles privilegios a los dirigentes’. No sé si haya dicho algo cuando hubo aquella campaña en que llevaron dinero del sindicato petrolero a un partido, pero, en fin. Nada más es aclarar, derecho de réplica, para que no nos confundan. No somos iguales”, arremetió.
Una vez más, Reforma publicó un video con las portadas dedicadas al asunto del Pemexgate, pero el mandatario ya no volvió a tocar el tema en los días posteriores.
Si se pasan, ya saben lo que sucede
En la conferencia de prensa del viernes 12 de abril, estuvo presente el periodista de Univisión, Jorge Ramos, quien con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública (SESNSP) contradijo al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la situación de inseguridad en el país y el número de homicidios cometidos; le hizo ver que de continuar la tendencia registrada hasta ese momento, su sexenio podría ser aún más violento que el de su antecesor, Enrique Peña Nieto.
La notoriedad que cobró la presencia de Ramos en la mañanera y su intercambio con López Obrador, provocó una airada reacción de los simpatizantes del mandatario en las redes sociales, quienes impulsaron diversos hashtags en contra del periodista mexicano. Asimismo dio la pauta para que el lunes 15 de abril un presunto reportero de un medio también desconocido, se refiriera a Ramos como “cirquero” y otros adjetivos, para luego lanzar una pregunta cómoda y complaciente al mandatario: “¿Qué opinión le merece, presidente, o qué sabor de boca le deja que reporteros vengan a increparle y que acallen la violencia que existe en el país a cambio de publicidad?”.
Tal interrogante le vino como anillo al dedo al presidente, quien inició su respuesta con una alusión al cambio de mentalidad del pueblo en quien él confía porque “pone a cada quien en su lugar”, además de subrayar que ya pasaron los tiempos en que los políticos y gobernantes se tenían que “cuadrar” con los medios de comunicación. Acto seguido, lanzó su advertencia a los periodistas que no se conducen con prudencia:
“El otro día vi con motivo de esta entrevista, vi a un columnista diciendo que los que venían aquí no eran buenos periodistas, que Jorge Ramos sí era muy buen periodista. No. Yo pienso, con todo respeto discrepo, creo que ustedes no sólo son buenos periodistas, son prudentes porque aquí los están viendo y si ustedes se pasan, pues, ya saben lo que sucede. Entonces, pero no soy yo, es la gente; no es conmigo, es con los ciudadanos, que ya no son ciudadanos imaginarios. Hay mucha inteligencia en nuestro pueblo, antes se menospreciaba a la gente. Entonces, ¿qué digo? Pues que vamos a garantizar las libertades, diálogo circular, debate, cuestionamientos con respeto y mensajes de ida y vuelta, porque también eso es importante. Dicen: ‘Es que el presidente no debe de desacreditar a los medios’. ¡Ah!, los medios sí pueden desacreditar al presidente y el presidente no se debe de defender, se tiene que quedar callado. Eso sí no. Voy a ejercer mi derecho réplica siempre, con respeto”, sentenció.
Con dedicatoria a un “salinista”
Uno de los periodistas que no le cae precisamente bien al presidente es Pablo Hiriart a quien liga con el expresidente Carlos Salinas de Gortari. Nunca ha sido totalmente explícito sobre el vínculo entre ambos, pero eso sí, lo presenta como uno de los columnistas que más lo ataca.
El 17 de abril el mandatario fue cuestionado sobre algunas inconformidades dentro de la prensa que cubre sus actividades, por presuntos condicionamientos de la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia para otorgar las acreditaciones, e incluso se hizo mención de llamadas a directores de medios para explicarles las nuevas reglas para cubrir la fuente presidencial. El mandatario negó lo anterior, pero aprovechó su respuesta para darle un “raspón” a algunos medios y periodistas, uno de ellos Pablo Hiriart.
“No creo que sea cierto, no hay ninguna censura para nadie, yo no le he hablado a Carlos Slim de que nos ayude, porque en su medio, ¿cómo se llama el telefonito? Uno TV, somos clientes, nos critica un día sí y el otro también, pero no le he hablado a Carlos Slim, ni le voy a hablar. No le he hablado al director del Reforma, al señor Junco, para decirle que sea más considerado con nosotros porque su columna diariamente nos está cuestionando y nos atacan. No le he hablado al director de El Financiero para decirle que el columnista, ¿cómo se llama el que fue de propaganda de Salinas?, Pablo Hiriart, también se dedica a estarnos cuestionando, incluso, en su página es la columna más difundida, más publicitada”, manifestó.
El 24 de mayo, su alusión a Hiriart fue más directa y reconoció que sus diferencias con él tienen casi 25 años. Esta vez lo trajo a colación luego de hablar largo y tendido sobre la nueva política de comunicación social de su gobierno, que comprende una reducción del 50% en publicidad. Según dijo, esta decisión molestó a muchos, especialmente a quienes, según él, recibían dinero del gobierno anterior más allá de la publicidad.
“Terminar el abuso que existía, porque no sólo era la publicidad, era el que también hacían otros negocios con el gobierno. Entonces, ya todo eso se terminó.. Algunos se molestan, pero también tienen derecho a expresarse, a manifestarse, prohibido prohibir y no va a haber censura para nadie.. No vamos nosotros a limitar la participación de nadie. No tenemos enemigos en los medios de información, soy cliente de algunos desde hace años, por ejemplo, de Pablo Hiriart. ¿Saben desde cuándo tenemos diferencias? Desde el 94”, dijo.
Tras recapitular parte de la trayectoria de Hiriart, aseguró que él, junto con otros columnistas se dedicó a apuntalar al régimen neoliberal. No obstante, dijo que aunque tengan distintos proyectos de nación, lo respeta.
“Él tiene un punto de vista sobre mi persona, yo tengo también el mío sobre su persona. ¿Y qué pasa? Nada, nada, todos los días soy cliente, pero lo entiendo. Él, políticamente -porque no me gusta meterme en las cosas familiares- políticamente, fue el de comunicación de Salinas. Estuvo, no sé si en Notimex o era director de El Nacional o alguno de esos periódicos que ya no existen, que eran boletines. Lo mismo Riva Palacio, pues estuvo con Salinas, Otto Granados, el que acaba de salir de secretario de Educación, fue el de comunicación social de Salinas. Entonces, los entiendo, somos distintos, tenemos proyectos contrapuestos de nación. Ellos se dedicaron a apuntalar al régimen neoliberal, neoporfirista. Yo me he dedicado a cuestionar al régimen neoliberal, neoporfirista, a cambiarlo, a transformarlo”, enfatizó
Hiriart dedicó su columna del 27 de mayo a responder a los señalamientos del mandatario y expuso que en, efecto, tienen visiones diferentes del país. En uno de sus párrafos aludió así a la relación del López Obrador con los medios de comunicación:
“Todos los días confronta a la sociedad entre buenos y malos, honestos y corruptos. Quien no está con él está contra él. Opino que eso retrata su vocación totalitaria. El Presidente construye, a pasos agigantados, una sociedad uniformada en el pensamiento único a través de la intimidación con sus aliados en redes sociales, en medios de comunicación y a través de sus propias descalificaciones. Tiene doblegados a muchos líderes empresariales y a ONG, salvo honrosas excepciones”, apuntó
Cretinismo y desfachatez
El 7 de mayo, Raymundo Riva Palacio dedicó su columna en El Financiero al Jefe de Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo; en ella aseguró que el también empresario había presentado su renuncia misma que no le fue aceptada. Según lo expuesto por el periodista, sus fuentes le revelaron que Romo quería dejar su cargo por diferencias con algunos miembros del gabinete, además de no estar de acuerdo con el trato del mandatario hacia sus colaboradores. También alertó de las consecuencias que podría tener en la economía.
Al día siguiente, sin mencionarlo por su nombre, López Obrador respondió a Riva Palacio, luego de que se le formulara una pregunta sobre la presunta dimisión de Romo. Dijo que se trataba de una columna mentirosa y aludió a su autor como alguien que cobraba muy bien en el gobierno anterior y ahora que tiene la consigna de atacarlo.
“Les pagaban a los columnistas, los que ahora están dale y dale y dale con este asunto, y que incluso inventan cosas como lo de la renuncia de Romo; cobraban por sus servicios en el gobierno. Y no doy a conocer los datos porque no lo considero sano, pero sabemos por qué esa actitud, tenemos toda la información. Se gastaba muchísimo dinero en el maiceo, en el chayote. Entonces, se terminó eso, están molestos y ahora tienen financiamiento de otras partes y tienen seguramente la consigna de estar en contra nuestra”, señaló. Pruebas, no dio ninguna.
El 19 de agosto, Riva Palacio escribió una columna titulada “El negocio de las mañaneras”, en la que se refirió a los reporteros que siempre ocupan la primera fila y que habitualmente hacen preguntas cómodas para el mandatario. Según expuso, tuvo conocimiento de que algunos empresarios interesados en ventilar sus asuntos en las conferencias del mandatario, les han llegado a pagar 200 mil pesos para que se formulen las preguntas que se les indica.
Fue hasta el 23 de agosto cuando llegó la respuesta de López Obrador: “Estaba yo leyendo ayer a un columnista, de esos famosísimos -que eran muy famosos, pero ya ahora las redes sociales están arrasando, tienen que revisar eso los columnistas famosos de antes- decía un columnista que aquí pagábamos, repartíamos chayo de 200 mil pesos. A ver, a ver, a ver, ¿cómo está eso?”, manifestó
- ¿Riva Palacio?, se le inquirió
- Sí, Riva Palacio. Imagínense, la falta de respeto, además qué desfachatez, eso no es cinismo, es cretinismo, pero hay que respetar a todos
Riva Palacio respondió, primero a través de su cuenta de Twitter, donde afirma que es claro que el presidente no leyó bien su columna. Tres días después, el 26 de agosto, en su columna en Eje Central donde abordó el exabrupto del presidente, remató así: “Fue un denuesto gratuito. No le faltaré el respeto a López Obrador, por la investidura presidencial, ni a Andrés Manuel, como individuo, porque los vituperios no son lo mío”.
Proceso no se portó bien con nosotros
El 22 de julio, López Obrador polemizó con el reportero de Proceso, Arturo Rodríguez, quien le preguntó su opinión sobre el reportaje que el semanario había publicado sobre la presunta implicación de Ricardo Salinas Pliego en la compra de la planta Fertinal, caso por el que se ha denunciado penalmente a Emilio Lozoya, exdirector de Pemex y Alonso Ancira, quien fuera presidente AHMSA.
El mandatario negó que exista una investigación judicial contra Salinas Pliego y a continuación hizo una larga alocución donde reiteró su posición de no perseguir a nadie políticamente ni tampoco crear chivos expiatorios. También aludió a los medios de comunicación que, según él, se guiaban por motivaciones políticas guardaron silencio sobre el saqueo y los casos de corrupción. En este contexto, acusó: “La revista Proceso, por ejemplo, no se portó bien con nosotros. No es ningún reproche”
Luego que el reportero le aclarara que el papel de los medios no es portarse bien con nadie, el presidente replicó con un extenso discurso donde aseguró que los grandes periodistas de la historia, toman partido y participan en las grandes transformaciones como la que, desde su perspectiva, se está llevando a cabo en su gobierno. Asimismo, aseguró que Proceso editorializa en favor del conservadurismo.
Seis días después, el 28 de julio en una gira por Veracruz, el mandatario arremetió de nueva cuenta contra Proceso, esta vez por una entrevista con el exdirector del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, quien cuestionó la intención del presidente de desaparecer dicho organismo. .
“Hoy me dijeron, porque ya no leo esa revista, pero me entero -no la leo desde que falleció su director, porque se volvió muy conservadora esa revista, Proceso– hoy viene un reportaje, una entrevista al que estaba de director del Coneval”, fueron sus palabras.
Ni los extranjeros se salvan
Algunos medios de comunicación extranjeros, como The Wall Street Journal y Financial Times han sido blanco de los embates de López Obrador, ya como Presidente de la República.
El 11 de enero The Wall Street Journal publicó una nota donde reportó que el gobierno mexicano disminuyó considerablemente las importaciones de gasolina de Estados Unidos desde el 1 de diciembre, cuando López Obrador tomó posesión de la presidencia. Según el rotativo esta decisión derivó en el desabasto, en el contexto del plan gubernamental para combatir el robo de combustibles. La respuesta del mandatario llegó al día siguiente y aseguró que la información era falsa porque los del Wall Street Journal “no son serios”.
En rueda de prensa del 11 de julio, después de que el diario británico The Financial Times publicara un editorial en el que consideró que el mandatario debe aceptar y tomar decisiones con base en la realidad económica del país más allá de sus datos, Andrés Manuel López Obrador aseguró que el rotativo debe ofrecer disculpas por guardar silencio en el pasado durante los gobiernos neoliberales.
“Ese periódico, con todo respeto, debe de ofrecer disculpas al pueblo de México, porque ese periódico se quedó callado mientras se imponía la corrupción en México. Nunca dijo nada, al contrario, aplaudía el que se llevaran a cabo a las llamadas reformas estructurales y estoy esperando que ofrezcan disculpas. Podrán ser muy famosos, pero no fueron objetivos, no son profesionales”, fustigó.
Por adjetivos no para
En la mañanera del 23 de marzo, el periodista Pedro Ferriz Híjar le señaló que su constante utilización del término “fifí” para desacreditar a la prensa, solo ha generado división y encono. A lo cual el mandatario respondió así:
“Es el ejercicio de nuestro derecho de réplica, antes como no tenía autoridad moral el gobernante, no tenía autoridad política, si no se tiene autoridad moral, no se puede tener autoridad política, cualquier periodista lo ninguneaba y no podía responder porque le sacaban sus asuntitos. Entonces, yo tengo autoridad moral, entonces, por eso cuando estoy viendo que hay una actitud tendenciosa de la prensa, porque eso no tiene nada que ver con la polarización, siempre ha existido una prensa conservadora, una prensa fifí. Yo no inventé lo de fifí. ¿Qué son, al final, los fifís? Son fantoches, conservadores, sabelotodo, hipócritas, doble cara”.
Esta contestación es un reflejo fiel de la reacción casi instintiva que tiene Andrés Manuel López Obrador hacia quienes lo cuestionan; una colección de adjetivos acompañada de la justificación del ejercicio de su derecho de réplica y de su “autoridad moral” para responder a los medios y periodistas que, según él, mienten o se portan mal. Esas son sus armas para combatir a los “adversarios” que se ha fabricado dentro de la prensa.