El presidente López Obrador dio un viraje radical en su discurso energético. Por cuatro largos años hemos escuchado la narrativa presidencial a favor de las energías fósiles y, como corolario, la construcción de una refinería que ha defendido a capa y espada, a pesar de las críticas de que su gobierno favorecía energías fósiles, contaminantes y que van al desuso. La narrativa gubernamental cambió el viernes pasado. Por primera vez en su administración, el Presidente se refirió a favor de las energías renovables, de los chips, de las baterías eléctricas para autos.
DEL CAMBIO AL HABLAR CON BMW
Al inaugurar la nueva planta para fabricación de baterías y autos eléctricos de la automotriz alemana BMW en San Luis Potosí, el mandatario dijo: “Ya todos los acuerdos que se están haciendo para la defensa, para la protección del medio ambiente, para enfrentar los problemas del cambio climático, están exigiendo que no se utilicen energías fósiles, que la opción, el futuro, está en el litio, en las baterías, en los chips, en los carros eléctricos, ése es el futuro y qué bien que ustedes (los de BMW) se están adelantando y tienen esa visión”.
¿El Presidente llegó tarde a decirlo? Su gobierno ha invertido más de 12 mil millones de dólares en construir la refinería en Dos Bocas para combustibles fósiles. Su gobierno ha enfrentado cientos de demandas por los privados en energías renovables. Su gobierno tiene encima una disputa energética en el T-MEC por privilegiar a CFE sobre los privados en renovables.
AUTOMOTRICES, FABRICACIÓN CON RENOVABLES
Nunca es tarde, dicen por ahí. Lo cierto: Estados Unidos y Europa ya no va a aceptar la compra de vehículos automotrices fabricados con energías fósiles. Todas las automotrices están cambiando su fabricación con el uso de energías renovables. México no puede ser la excepción, mucho menos cuando el sector automotriz es el principal exportador manufacturero que tenemos en el T-MEC.
Esto ya se veía venir desde el miércoles pasado, cuando Marcelo Ebrard, calentando el tema, se reunió con las automotrices mexicanas (desde General Motors, Ford, Stellantis, pasando por Toyota), para avanzar en un programa de producción de autos eléctricos (que para Toyota todavía debe pasar por la producción de autos híbridos).
Y el viernes vino el nuevo discurso obradorista, a favor de las energías renovables.
LA DUDA EN RENOVABLES Y LITIO
Las dudas surgieron de inmediato. Las energías renovables van a ser ¿sólo producidas por la Comisión Federal de Electricidad, dirigida por Manuel Bartlett? Porque la CFE no tiene esa capacidad. Entonces, de manera forzosa, vas a necesitar la competencia privada, y dar marcha atrás a la Ley de la Industria Eléctrica de la 4T, que sólo favorece a la CFE.
Este paso es el que todavía no vemos. Si el gobierno de verdad se va a necesitar ir a energías renovables, deberá decidirse si de una vez por todas tumba su propia Ley de Industria Eléctrica, que sólo favorece a la 4T, que empieza a ser un problemón en el T-MEC, y va a ser imposible de llevar adelante para fabricar y exportar automóviles.
Lo mismo puede pasar con el litio, esencial para fabricar las nuevas baterías automotrices para vehículos eléctricos. El mismo gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, dijo que en el litio sí abrirán la producción a la inversión privada. El gobierno obradorista ya se dio cuenta que no puede ir solo. Pero aquí sucede lo mismo que con las energías renovables, abres la inversión a privados, pero… las propias leyes diseñadas por la 4T lo impiden. Entonces… ¿el Presidente dio un viraje en su narrativa o de verdad irá acompañado de cambios en las leyes?
Este artículo fue publicado en Excélsior el 06 de febrero de 2023. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.