“No es importante la legalización de la marihuana”. “No está en nuestra agenda”. Palabras del presidente. Por eso digo que, otra vez, López Obrador me da la razón: no quiere legalización/regulación de drogas. Él, que a diestra y siniestra pega la etiqueta de “conservador”.
Llevo años argumentando que AMLO no es liberal ni propiamente progresista. Muchas son las razones. Por ejemplo, siempre ha rechazado tres legalizaciones liberal-progresistas que son claves en el siglo: la del aborto, la del matrimonio civil igualitario y la de drogas.
Las tres han recibido su veto, formal o informal, silencioso o no. Cuando gobernó el DF, no hubo progreso en ninguno de esos temas e incluso vetó las “sociedades de convivencia”, inferiores al matrimonio civil estricto.
Ahora, con todas sus letras conservadoras, el presidente dice más: no es su deseo ni proyecto la legalización de la marihuana. Por lo que él, Andrés Manuel, está a favor de la continuidad de la prohibición, tanto de la marihuana como de las demás drogas prohibidas. Si hubiera legalización de la polémica planta, no sería por López Obrador (no es su propuesta), porque no quiere eso (es socialconservador), no le importa (porque no entiende), etcétera.
Pero dice el conductor y comentarista televisivo Genaro Lozano que no: “ahí están las iniciativas”. Las de Olga Sánchez Cordero y Mario Delgado. La ingenuidad de Lozano… o la contumacia. Esas iniciativas no las envió el Ejecutivo –no las envió AMLO-, no han sido aprobadas, no han ocupado lugar entre las reales prioridades legislativas, no se ha dedicado a ellas la fuerza congresional de Morena, y muy importante: jamás han sido aplaudidas, reivindicadas ni respaldadas por el presidente. Y ahora, insisto, ahí están las declaraciones… Las conservadoras declaraciones del 11 de octubre.
¿O por qué declaró tal cosa el presidente? ¿Miente? ¿O mienten sus hechos previos? Entonces, ¿quiere quedar bien con los conservadores, los ficticios y reales? ¿Por qué querría quedar bien con ellos, a quienes ataca casi todo el tiempo? ¿Puede quedar bien con todos ellos? ¿Quiere y puede quedar bien con los conservadores auténticos y totales? ¿Por qué, para qué? ¿Y por qué quiere quedar mal con nosotros los liberales y progresistas?
La iniciativa de Sánchez Cordero ha sido ignorada y congelada de facto por el presidente desde que ella la presentó. No era y no es, para nada, una iniciativa presidencial. La secretaria de Gobernación la hizo cuando era senadora y no parece significar nada más que a) su “luchita” colada a través de las fisuras morenistas y b) un cebo usado momentáneamente por el jefe máximo de Morena.
Si se aprueba la iniciativa de Delgado –u otra por combinación-, será por aceptar o tolerar seguir jurisprudencia existente de la Suprema Corte. Como sea, no sería ni la propuesta explícita y directa del presidente ni lo preferido por él –solamente se resignaría a ver legalizada la marihuana; y ojalá tenga que resignarse.
No hay ninguna razón liberal o progresista para oponerse a la legalización de la famosa planta como lo hace López Obrador. Toda oposición a la regulación pública de las drogas es autoritaria o conservadora. Esa regulación importa. Para el presente de México, legalizar la marihuana no es lo único importante, no es todo lo que importa ni todo lo que debe hacerse, pero debe hacerse. Como parte de la lucha por la libertad y como parte de la lucha contra la violencia, inentendible sin la “guerra contra las drogas” en todas sus versiones.
Hay que recordarlo: AMLO no es liberal, es socialconservador, y se parece mucho a los conservadores de nuestro siglo XIX.
Referencias:
https://revistareplicante.com/liberales-contra-conservadores/