Cuando el fin de semana pasado Alfonso Ramírez Cuéllar dio a conocer, a través de Twitter, la propuesta de Morena para que el INEGI tuviera atribuciones fiscales y sus representantes pudieran entrar a los hogares de los mexicanos a verificar sus propiedades, el rechazo de la sociedad, expresado también en Twitter fue unánime (o casi, solo los aplaudidores de siempre apoyaron esa insensata y sobre todo antidemocrática iniciativa)
Ayer lunes, incluso varios militantes y periodistas del oficialismo no creían cierta la propuesta de Morena e incluso acusaron a sus difusores de propalar una fake news. No era así, el propio dirigente nacional de Morena hizo un recorrido por los medios tradicionales para defender su iniciativa. Pero no pudo. A todas luces es improcedente y en ese entorno el senador Ricardo Monreal advirtió que Morena no tenía aún una propuestas al respecto.
Durante su rueda matutina del día de hoy, el presidente se encargó de sepultar la iniciativa (o esta bola de humo como consideran que es, varios expertos). Lo único que sí es verificable es el rechazo social a esta pretensión y vale mucho la pena destacarla porque esa será la tónica de los próximos años: una sociedad que defiende la democracia.