Esta sí no me la veía venir. Que Andrés Manuel López Obrador haya hablado positivamente del Teletón, cuando en el pasado criticó acerbamente esta iniciativa de Televisa, y por supuesto, a Televisa misma.
Ni haciendo el Teletón Televisa podrá revertir “todo el daño” que la empresa le ha hecho al país, tuitéo hace unos años el entonces aspirante presidencial. Eran los sencillos tiempos pasados, en que el ahora flamante presidente de México nos dejaba muy en claro quién sí y quién no era parte de la “mafia del poder” y del club de las “minorías rapaces” que esquilmaban la Nación y al Pueblo Bueno.
Ayer, sábado 8 de diciembre, nuevamente puso a prueba nuestra capacidad de asombro, hablando a favor de un evento que, es justo decirlo, ha hecho por los niños discapacitados lo que ningún gobierno ha hecho, apelando a la solidaridad de la gente. La Fundación Teletón difundió en su cuenta de Twitter un video del presidente elogiando la iniciativa.
“El Teletón es un asunto de todos”, dijo e invitó a colaborar, en el día del arranque del Teletón 2018 y muy poco tiempo después de afirmar que Televisa es “un orgullo de México” (lo hizo el 29 de octubre pasado). Hizo esta declaración al paralelo de su anuncio de un programa gubernamental que dará apoyo a niños pobres discapacitados, por un monto de $1270 pesos mensuales, a un millón de beneficiarios. Es decir, 1270 millones al mes, un total de 15 millones 240 mil pesos al año. Cifra muy inferior a lo que Teletón recauda cada año, incluso en sus momentos más bajos.
De ahí que AMLO tomara de la mano a Televisa, ya que sabe que Teletón (como a los gobiernos anteriores) lo salva de muchos escollos. Ningún gobierno ha sido capaz de construir la cantidad de centros de rehabilitación de alto nivel.
Así, que las declaraciones del presidente respecto al tema evidencian que:
1.- Su cercanía con Televisa, empresa que criticó acremente en el pasado, ya es más que “sólo amigos”. Eso ya es un idilio.
2.- Esta cercanía se agrega a la muy cordial relación que tiene con Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca. Estrecha colaboración con las dos televisoras más importantes, a quienes atacó sin piedad en el pasado.
3.- AMLO sale de la esfera de sus atribuciones. Otra vez. Al ser el Teletón un evento de asistencia PRIVADA, un presidente de la República no tiene por qué andarlo promocionando ni llamando a la gente a colaborar.
4.- El punto anterior perfila a López Obrador no como un jefe de Estado, sino como un publirrelacionista de una empresa privada. No es que sea el primero. Todos los presidentes (especialmente Vicente Fox a mi entender) han fungido como los maestros de ceremonias más caros del país.
5.- Como digo arriba, el encomio de AMLO a este evento implica que quiere descansar en él para ayudar a su gobierno en el rubro de la asistencia a niños con discapacidad, para complementar la escasez de los apoyos que planea.
6.- Buscar apoyarse en el Teletón (iniciativa eficacísimamente armada, me tocó estar en el lanzamiento de la campaña 2015, creo)es, se le vea como se le vea, evadir la conformación plena de políticas públicas tendientes a atender a la población infantil con discapacidad. Los programas asistencialistas no bastan.
7.- AMLO está validando que sea la población la que financie los centros de rehabilitación, en lugar de plantear EXCLUSIVAMENTE el uso del dinero público para esta necesidad. Desde su ámbito, solo eso debería ocuparle y guardar ABSOLUTO silencio respecto al Teletón.
8.- Es decir, que AMLO no sólo quiere hacer uso del dinero público, que viene de los contribuyentes, sino que además impulsa un doble desembolso: la contribución al Teletón.
Dicho lo anterior, debo dejar en claro que aunque sé que para Televisa el Teletón es un modo de evadir impuestos y de contruirse una imagen de Empresa Socialmente Responsable, también me consta que dentro de este evento hay personas profesionales, comprometidas, sinceras, preocupadas y empáticas. Conocí de cerca a unas pocas.
Por otro lado, siempre he abominado el manejo mercadológico y sentimentaloide que durante cada Teletón realizan los conductores. Supongo, no obstante, que los niños que son presentados ante el público lo hacen con el consentimiento de sus padres, en aras de impulsar las aportaciones.
Sabemos que Teletón se extiende por todos lados. Marcas, empresas e instituciones se suman a él y al menos en algunas empresas privadas (también me consta) se incita de maneras nada sutiles a los empleados a aportar a Teletón.
Podría decir que Televisa está en su derecho, si no ético, sí legal, de organizar esta iniciativa.
Quien no está en su derecho de ser vocero de una empresa privada, por más loable que sea el trabajo es el presidente de la República. Su ámbito es otro, pero ya se vio que es como la humedad: se infiltra en todas partes.
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