
En la Guerra de los Mundos, de H.G. Wells, libro fantástico de 1898 que leí cuando era casi una niña, se cuenta la invasión de marcianos a la tierra. Más grandecita me contaron mis papás del relato que de esta novela hizo Orson Welles en 1938, como si la llegada de los invasores estuviera sucediendo en vivo en la ciudad de Nueva York. Me sorprendió el pánico real que se generó en esta gran ciudad y el talento del genial actor y director de cine para atreverse a ello en la radio.
Esta historia del gran escritor británico dio para mucho, hasta para una peli bastante regus con Tom Cruise y Dakota Fanning (gritando todo el tiempo como loca) y siempre se quedó dándome vueltas en la cabeza. Quizá fue la responsable de mi gran afición por la ciencia ficción.
Hoy, muchos años después, creo que la profecía del gran Wells se cumplió y que estamos viviendo una pesadilla más terrible que la de su creación literaria. Efectivamente, los invasores se apoderaron de la tierra y no solo son letales para los humanos; se apoderan de nuestros cuerpos y los destruyen, son invisibles, están “pre-vivos” y tenemos pocas armas contra ellos. La pandemia se ha convertido más bien en un cuento con muy poca ciencia y mucho terror.
Llevamos más de un año lidiando con estos imperceptibles asesinos que vinieron a modificar (o terminar) la vida y costumbres de todo el planeta. Pero todo siempre puede empeorar y ya desde finales del fatídico 2020 comenzamos a escuchar que el temible virus había mutado.
En un tiempo récord, con el concurso de las mentes científicas más brillantes y con una inversión de fuertes cantidades de dinero, se lograron crear vacunas para una forma y modalidad de nuestro enemigo.
Sin embargo … como lo dijo el Dr. Anthony Fauci, epidemiólogo en jefe en Estados Unidos, tenemos que estar preparados para las variantes del COVID-19 que vayan apareciendo, ya que en la medida que el virus se propague, cada vez habrá más mutaciones.
Por lo pronto tenemos la mutación del Reino Unido, que ha llegado ya a más de 70 países; la de Sudáfrica, presente al día de hoy en 23 naciones; la de Brasil y, más recientemente se habla de una variante en Japón y otra aquí mismo, en México.
Creen los científicos que las vacunas existentes (las serias, las que terminaron la etapa 3 de su investigación, las autorizadas en el mundo) serán capaces de combatir estas nuevas versiones del bicho que no es bicho, pero al mismo tiempo se sigue trabajando febrilmente no solo para crear vacunas bivalentes, trivalentes o tetravalentes, sino también para desarrollar medicamentos que puedan combatir a los invasores que lleguen a nuestros cuerpos. Ahí van intentándolo.
Estos cambios drásticos del enemigo, estos ataques de los mutantes se van a seguir produciendo mientras la pandemia no esté bajo control. Y entre más y más y más veces se replique el virus, estos se disfrazarán de más y más formas para lograr su objetivo: aniquilarnos.
Los murciélagos están siendo minuciosamente estudiados el día de hoy por muchos centros de investigación en todo el mundo, ya que estos animalitos pueden ser el origen y estar en ellos también la solución al Coronavirus. No olvidemos que ellos son como nosotros, mamíferos y han convivido con muchos miles de virus y, lo más asombroso, han podido neutralizarlos y sobrevivir. De ahí la importancia de la misión de la OMS en Wuhan, China para poder desentrañar el origen de este misterio que tando dolor ha producido a la humanidad.
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