A lo largo de mi carrera he escuchado hablar sobre las pocas oportunidades que se da a la mujer en los niveles jerárquicos altos en el mundo profesional.
El mundo tecnológico es donde este fenómeno profundiza de forma mucho mas radical, ya que desde niñas nos enseñan a que hay cosas que simplemente una mujer no puede realizar, ya sea porque nos falta la fuerza física, intelectual o simplemente porque existe una preconcepción sobre el género femenino.
En mi caso, cuando hace más de 10 años entré a trabajar a Motorola, mi sorpresa fue la opuesta. Después de varias rondas de entrevistas con diferentes ejecutivos, finalmente me pidieron que formara parte del equipo y en ese momento mi vida cambio en muchos sentidos.
Tres meses antes de ese momento en específico, nació mi hija y yo siempre estuve convencida que mi familia sería mi prioridad, así que cualquier trabajo que consiguiera tendría que ser lo suficientemente amigable para que yo me realizara, no solo en el aspecto profesional, sino también en el familiar. Mi sorpresa llegó cuando pregunté al equipo de recursos humanos de Motorola en dónde estaba el cuarto de lactancia; la respuesta fue una gran sonrisa y una invitación a formar parte del grupo de diversidad y poder trabajar desde mi casa en un formato de home office.
El compromiso era muy claro desde ambas perspectivas, yo debía entregar resultados del mismo modo que lo hubiera hecho si estuviera físicamente en la oficina. Para mí el reto fue mucho más amplio, debía abrir brecha, a través de resultados más allá de lo establecidos, para que muchas mujeres pudieran tener las mismas oportunidades de ser mamás y profesionales destacadas.
Así, pasaron pocos meses y dados los resultados que generaba mi área en México, me dieron la responsabilidad de encargarme de Latinoamérica Norte, lo cual fue para mí un gran reto para seguir rompiendo las barreras culturales, de género y corregir los estereotipos y prejuicios sobre lo que debe ser el rol de una mujer en el mundo profesional, a la vez de crear caminos para mi y otras mujeres, quienes por ejemplo, lo serán mis hijas cuando inicien su vida profesional.
Tristemente la brecha salarial es grande y aún hay menos mujeres en posiciones de liderazgo, aunque afortunadamente los cambios sociales que ha creado la tecnología han dado paso a que gente joven emprenda y creen empresas relacionadas con este sector y hagan que la mujer sea mucho más independiente para crear sus propios modelos de negocio, en donde el techo de cristal se puede romper con mayor facilidad.
Necesitamos mas ingenieras y menos princesas
Si duda, cambiar las expectativas de género y romper con los estereotipos sociales deben empezar desde la familia, seguido de las escuelas, empresas, gobierno y sociedad para que se eliminen las ideas de que la ingeniería y la ciencia es un espacio masculino y se desarrolle el talento de las mujeres desde la infancia, para que la innovación sea por principio un juego de niñas.
Y ya metidos en temas de desarrollo de género, debemos asegurarnos de que las mujeres se realicen en todos los ámbitos de la vida y sean inspiración no solo para otras mujeres sino para cualquier persona que quiera crecer en todas sus capacidades.
Te dejo este video que cada vez que veo me emociona y me recuerda que, para ser, se tiene que creer en uno mismo todos los días, no importa a qué genero pertenezcas.