Ayer, en el Centro Cultural Roberto Cantoral, se pudo apreciar que hay importantes puntos de coincidencia en materia cultural entre los representantes de los candidatos a la Presidencia.
No estamos ciertos de que los aspirantes tengan el tema en su cabeza, pero por lo menos a quienes enviaron ayer al debate organizado por el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura de la UAM y la Editorial Editarte, les queda claro lo que fundamentalmente se tiene qué hacer y seguir haciendo. Son profesionales reconocidos y de alto nivel en la cultura mexicana, en algunos casos a nivel internacional, desde hace muchos años
No queda claro, por lo menos hasta ahora, si las muchas referencias a los candidatos y su presunto interés por la cultura tiene que ver con convicciones de los aspirantes, o con la retórica propia de las campañas. Hasta ahora el tema no tiene consistencia entre los candidatos, no deja de ser abordado en los terrenos del lugar común y lo políticamente correcto.
El de ayer fue un encuentro interesante. La idea de que la cultura se debe ver de manera integral, y de que somos un país con una gran diversidad, con muchas culturas al mismo tiempo, fue una de las constantes a lo largo de las tres horas de debate.
Otro de los temas en los que existe en lo general coincidencia, es el relativo a la cultura de los pueblos originarios. Diseñar políticas públicas, de Estado, que reconozcan la cultura de los municipios debe ser, por lo que escuchamos ayer, para todos, otro de los ejes sobre los cuales debe girar la política cultural de país.
Aunque no se podía esperar otra cosa, fue reconocido por los asistentes al debate o encuentro, el atractivo y profesional marco en que se desarrolló la reunión. No fue sólo el hecho de que fuera la cultura el centro del encuentro, fue también la forma en que los participantes establecieron diálogos y discusiones distintos a los que estamos viendo y viviendo con los candidatos a la Presidencia.
Uno de los grandes retos para quien gane las elecciones es reconocer en las propuestas valiosas de los otros, elementos para integrarlos a su proyecto de gobierno como parte de su política cultural. La mejor propuesta es la que sabe integrar lo mejor de todas, y más en un tema tan de todos como es el cultural.
Al final tuvimos la oportunidad de conversar con tres de los cuatro participantes. No pudimos conversar con Alejandra Frausto, del equipo de López Obrador, quien tuvo que salir de inmediato; en tanto que El Bronco, no envió a ningún representante al encuentro.
Raúl Padilla, por el Frente; Consuelo Sáizar, por Margarita Zavala; y Beatriz Paredes, por el PRI, nos confirmaron lo que momentos antes habían expresado en el debate.
Las variantes tuvieron que ver con opiniones dirigidas más a la defensa y ponderación de sus candidatos, entendiendo el refuego político. En el debate se mantuvieron, en este sentido, como en pausa.
El ejercicio de ayer tuvo como uno de su grandes animadores un texto para leerse, no sólo por los candidatos: ¡Es la Reforma Cultural, Presidente!, de Editarte.
Fue un buen ejercicio político-cultural el de ayer; ahora habrá que ver si quien gane toma en cuenta a los otros.
RESQUICIOS.
Así nos lo dijo ayer José Antonio Guevara B., Comisión Mexicana Defensa y Promoción de los Derechos Humanos: Hubo una oposición, más allá del país, a la Ley de Seguridad Interior. Ya publicada se presentaron acciones de inconformidad y una serie de amparos. La ley da atribuciones permanentes a las Fuerzas Armadas, independientemente de que haya acciones de seguridad interior.
Como fue publicada la ley, se violaron artículos constitucionales.
Un juez de distrito ordenó que no procede la acción de las Fuerzas Armadas contra organizaciones de Derechos Humanos. Hay que esperar ahora cómo resuelve las controversias que le han presentado a la Corte.
Este artículo fue publicado en La Razón el 15 de mayo de 2018, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.