Recordemos, que un día después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidara el ‘Plan B’ de la reforma electoral, Andrés Manuel López Obrador dio a conocer su ‘Plan C’, un plan a mediano plazo con el que busca que sus propuestas en materia electoral sean plasmadas en la Constitución Mexicana.
Durante su mañanera en aquella ocasión, López Obrador se fue contra los ministros de la Suprema Corte, a quienes acusó de actuar de manera facciosa y de obstaculizar la transformación del país y dijo que no se rendiría en su búsqueda de modificar las leyes electorales. “Ahí viene el ‘Plan C’. No tiene remedio el Poder Judicial, está podrido, están actuando de manera facciosa”, reclamó en Palacio Nacional.
De acuerdo a sus palabras, el nuevo plan consiste en que su movimiento obtenga una mayoría calificada en el Congreso de la Unión en las elecciones de este 2024, con el objetivo de aprobar reformas constitucionales sin obstáculo. “Lo primero que se tiene que hacer es tener mayoría calificada en el Congreso para que se puedan hacer reformas a la Constitución, porque la mayoría simple no lo permite. Actualmente quienes están por la transformación del país tienen mayoría, pero no mayoría calificada”. “Para poder reformar la Constitución se necesitan 334 diputados. ¡Hay que ir por los 334 en la próxima elección! Ese es el ‘Plan C’. Cuando se vaya a votar, que se piense en eso”. “Si no se fortalece el Congreso, si no se tienen las dos terceras partes el presidente queda atado”, finalizó. Es decir, ya ni siquiera lo esconde, el cinismo es descarado.
Es así que, Claudia Sheinbaum planteó 17 ideas de cómo gobernará el país en caso de ganar las elecciones presidenciales de 2024, entre las que destacó mantener la austeridad republicana, no incrementar el costo de las gasolinas, extender los programas sociales y por supuesto, lograr el Plan C.
Ahora bien, ambos (AMLO y Sheinbaum) solamente están dejando ver el tema de la reforma electoral, pero si logran tener el control total del Congreso ¡olvídense! Podrán literalmente hacer lo que se les venga en gana, pasando por encima de quien sea. Ahí la importancia de votar por otros partidos y mantener el equilibrio y la división de poderes. Y de lograrlo, se pondrá en marcha el Plan C incluso antes de que López Obrador deje la presidencia, pues él sale en octubre.
Más allá de discutir la posibilidad de una nueva Constitución o una reforma integral de la misma, es indispensable y urge crear una ética política que sea factor determinante para que el proceso político se conduzca dentro de los marcos que señala la Constitución, lo que ésta no autoriza no se deba realizar; es preciso fomentar la cultura de que nadie se encuentra por encima de la ley, que los cargos políticos y públicos son para servir a la comunidad y por ningún motivo, para la satisfacción o el enriquecimiento personales. Para actualizar lo anterior nada es más importante que los ejemplos, los actos, los hechos y las acciones dentro del marco de la ley.
Hay que difundir más y cada día más, el conocimiento de la Constitución y su importancia en la protección y defensa de los derechos de todas las personas, hay que fortalecer la cultura y la virtud cívicas, así como que el interés público y el bien común deben prevalecer sobre el de grupo o personal.
