¿Hubo capitalismo bajo la presidencia de AMLO? Evidente, obvia e indudablemente, lo hubo. Se puede ver desde perspectivas racionales y empíricas.
Fue y es una fantasía que AMLO era comunista, que instauró o inició el comunismo en México y que la mayoría de los obradoristas son comunistas. En la realidad –no en las creencias de ninguna clase de fanáticos-, la mayoría de los políticos obradoristas sólo son oportunistas. Más hoy. Son Monreal y Adán Augusto multiplicados. Oportunistas que no se sumaron a ningún comunismo sino al poder en ascenso y su corrupción. AMLO ni siquiera es realmente de izquierda, nunca lo fue, de ningún tipo, y no gobernó jamás desde ahí sino desde otro lado: su propio tipo de priismo, ese tipo en que al priismo clásico se le añaden populismo, “mochismo” y neoliberalismo. Entonces, priismo “con & pop”, lo he llamado antes, en oposición a la creencia sudamericana de que AMLO es izquierda “nac & pop” (es la expresión que usan). En “con & pop” el “con” es de conservador, por lo “mocho” y por lo neoliberal, y el “pop” es de populista, en tanto que en “nac & pop” el “nac” es nacionalista y “pop” simplemente popular.
De nuevo: el obradorismo no ficticio, y el de la presidencia de AMLO, es priismo con populismo y conservadurismo que incluye neoliberalismo. Esto es: el autoritarismo político cristalizado y resumido en el “plan C” (priista), más el clientelismo de los programas sociales (priista y populista), más el discurso demagógico antirepresentativo (populista), más el rechazo a las legalizaciones progresistas/mantenimiento y expansión de prohibiciones como las de las drogas (conservadurismo), más la negativa a la reforma fiscal (conservadurismo fiscal y neoliberal) más la constante intensificación de la austeridad contra educación y salud públicas (neoliberalismo). Lo demás es prejuicio o mentira, creencia o grilla, ilusión o fabricación.
Especialmente, la despreocupación de AMLO por la salud de la mayoría de mexicanos, con y sin pandemia, su negligencia frente a las necesidades del sistema de salud, su indiferencia ante las responsabilidades u obligaciones respectivas del Estado, su voluntad de perjudicar a ese sistema con la austeridad “republicana” y luego a esos mexicanos en su salud personal, para buscar con engaño clientelizarlos a todos con relativas migajas en efectivo (producto de los recortes), no es izquierda: por ejemplo, no es creación de verdadero bienestar social desde el Estado, no es siquiera beneficio particular duradero e incondicional desde un gobierno, tampoco es redistribución justa de la riqueza, ni nada parecido; es reasignación viciosa de recursos que no eran injustamente de los ricos sino que eran ya del sector “social” del presupuesto federal, por lo que no se trata de una práctica que corresponda a ninguna izquierda contemporánea, verdadera y actualizada.
Hubo capitalismo. ¿De qué tipo? Es importante tipificar porque tampoco es cierto que el capitalismo sea una sola cosa. Es una cosa como género pero muchas y diversas cosas en cuanto tipos. Es falso que capitalismo y Libertad sean sinónimos obligatorios. En sociedades plurales-complejas, si hay Libertad hay alguna(s) forma(s) de capitalismo, pero no cualquier capitalismo, y si hay capitalismo no necesariamente hay Libertad. El capitalismo no imaginario puede existir y existe sin libertad política –el capitalismo sin democracia- ni libertad económica mayoritaria, lo que correspondería al capitalismo no democrático y no liberal. Esto va del capitalismo de Estado al capitalismo pinochetista, que se dio con dictadura y libertad empresarial de pocos. El de AMLO, por su parte, no fue un capitalismo suplementario, ni un capitalismo democrático ni antineoliberal, o liberal-socialdemócrata. El tipo capitalista durante el sexenio pasado fue el mismo que antes y el mismo que será en 2025 y después: capitalismo de cuates, con elementos neoliberales.
Si hubo capitalismo de cuates, ¿quiénes son, más específicamente, los cuates? ¿Quiénes son esos asociados y beneficiarios contractuales del presidente López Obrador? He aquí parte del elenco que es respuesta: Carlos Slim, el empresario más elogiado por AMLO, omnipresente y el más rico de México; Daniel Chávez, magnate turístico, “empleador” de unos de los juniors López Obrador, y uno de los beneficiarios del tren ecocida; José María Rioboó, uno de los artífices del gasto/desperdicio/ganancia cuatista en el AIFA y esposo de la plagiaria Yasmín Esquivel; Carlos Lomelí, empresario farmacéutico que fue “superdelegado” de AMLO en Jalisco. Y también los amigos de Andy, famosos ya como clan: la red de nuevos empresarios y nuevos multimillonarios “cercanos” a ese hijo de AMLO, coordinados por él, son cuates en el sentido capitalista y dependientes de hecho del máximo poder, el del (co)presidente López Obrador –así que en este apellido sigue estando mucho del problema político y económico del México actual.
