marzo 10, 2025

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El fenómeno del “crony capitalism” o “capitalismo de cuates”, como lo conocemos en America Latina, ha sido objeto de debate y preocupación desde principios del siglo XX. Se refiere a la práctica de otorgar privilegios y beneficios económicos a un grupo selecto de empresarios cercanos al gobierno en turno.

El capitalismo de cuates, se caracteriza por una estrecha relación entre el poder político y el poder económico. Se trata de una red de complicidades, en la cual, los empresarios cercanos al gobierno obtienen contratos, concesiones y otros beneficios de manera preferencial, sin importar necesariamente su capacidad, eficiencia o méritos. Estas prácticas generan una competencia desleal y perpetúan la concentración de riqueza en manos de una élite empresarial.

El capitalismo de cuates tiene impactos perjudiciales en diversos aspectos de la sociedad. Algunas de las consecuencias más relevantes incluyen:

a) Desigualdad: La concentración de riqueza en manos de unos pocos a través del capitalismo de cuates aumenta la brecha entre los sectores privilegiados y el resto de la población. Esto contribuye a la perpetuación de la desigualdad social y económica en el país.

b) Corrupción: El capitalismo de cuates fomenta la corrupción, ya que los empresarios cercanos al poder político obtienen beneficios sin una competencia justa y transparente. Los sobornos, el nepotismo y otros actos corruptos se vuelven comunes, minando la confianza en las instituciones y obstaculizando el desarrollo económico.

c) Estancamiento económico: Al privilegiar a unos pocos actores económicos, el capitalismo de cuates limita la competencia y la innovación en el mercado. Esto puede llevar a la falta de incentivos para mejorar la productividad, restringiendo el crecimiento económico a largo plazo.

d) Falta de oportunidades: El capitalismo de cuates dificulta el acceso a oportunidades para emprendedores y pequeñas empresas que no tienen conexiones políticas. Esto limita la movilidad social y el desarrollo de nuevos actores económicos, frenando el dinamismo económico y la creación de empleo.

El crony capitalism, o capitalismo de cuates, puede observarse en diferentes partes del mundo. Aquí unos ejemplos a nivel global:

1. Rusia: Durante la década de 1990, tras la caída de la Unión Soviética, Rusia experimentó un período de privatizaciones masivas. Sin embargo, en lugar de fomentar una economía de mercado competitiva, muchos de los activos estatales fueron adquiridos por oligarcas con conexiones políticas. Esto llevó a la concentración de riqueza en manos de unos pocos y al surgimiento de un sistema económico caracterizado por el favoritismo y la corrupción

2. China: En China, se ha observado una estrecha relación entre el poder político y el poder económico. El Partido Comunista Chino ha permitido el surgimiento de un CAPITALISMO DE ESTADO, empresas estatales y conglomerados empresariales controlados por altos funcionarios del partido. Estas empresas gozan de ventajas competitivas y acceso privilegiado a recursos, lo que ha generado desigualdad económica y falta de competencia justa en el mercado.

3. India: En India, el crony capitalism ha sido objeto de debate y críticas. Se ha señalado que ciertos empresarios y conglomerados empresariales han obtenido beneficios económicos a través de conexiones políticas y corrupción. Estos privilegios indebidos han generado desigualdad y han obstaculizado el desarrollo económico y social del país.

4. Estados Unidos: Aunque Estados Unidos es considerado como una economía de libre mercado, también se han observado casos de crony capitalism. Ejemplos incluyen la influencia de grandes corporaciones en el proceso político, la adjudicación de contratos gubernamentales a empresas con conexiones políticas y los casos de lobbying y financiamiento de campañas políticas que pueden influir en las decisiones y políticas gubernamentales.

El capitalismo de cuates ha estado especialmente presente en América Latina. Estos son ejemplos destacados:

1. Brasil: Durante décadas, Brasil ha enfrentado casos de capitalismo de cuates, donde empresas cercanas al poder político han obtenido contratos y beneficios de manera preferencial. El escándalo de corrupción conocido como “Lava Jato” reveló una extensa red de corrupción entre empresas constructoras y políticos de alto nivel, que resultó en el enjuiciamiento y condena de numerosos empresarios y políticos. Qué decir de los escándalos de corrupción de la transnacional brasileña Odebrecht.

2. Argentina: En Argentina, también se han registrado casos de capitalismo de cuates, especialmente durante períodos de fuerte intervención estatal en la economía. Empresas vinculadas a funcionarios políticos han obtenido contratos y beneficios económicos de manera desmedida, lo que ha generado críticas y denuncias de corrupción.

3. Venezuela: En Venezuela, el capitalismo de cuates ha estado estrechamente vinculado al gobierno y a la llamada “boliburguesía”, una élite empresarial cercana al poder político. Empresas y empresarios con conexiones políticas han obtenido contratos lucrativos y acceso a divisas extranjeras de manera preferencial, lo que ha generado desigualdad y ha contribuido al deterioro económico del país.

El capitalismo de cuates tiene raíces históricas en México. A lo largo de diferentes periodos, hemos observado la formación de oligarquías económicas que han utilizado su influencia política para obtener ventajas indebidas. Durante el Porfiriato, por ejemplo, se crearon grandes monopolios y se otorgaron concesiones a empresarios cercanos al régimen de Porfirio Díaz. Estas prácticas se han repetido en diferentes momentos de la historia del país, perpetuando la concentración de poder económico en manos de unos pocos privilegiados.

El periodo de posguerra, y en la última de las mutaciones del PRI, Plutarco Elías Calles, y más adelante Lázaro Cárdenas, implementaron un modelo de partido/Estado que incluía un brazo obrero, uno campesino, uno militar, y también un brazo EMPRESARIAL. Así, se mantuvieron estables las relaciones entre el poder económico y el poder político, durante casi cuatro décadas.

Muchas fortunas en México, se amasaron a la sombra del gobierno. Monopolios privados que fabricaron familias millonarias y formaron una nueva oligarquía económica. Al mismo tiempo, también se creaban grandes  patrimonios basadas en el esfuerzo y sorteando la corrupción y la burocracia del Estado. En ambos casos, se aprovecharon los años de crecimiento y modernidad del país. 

Echeverría y López Portillo fueron especialmente duros con el empresariado, utilizaron como pretexto su ideología, pero en realidad, despejaban el camino para negocios personales o de grupo. Entonces, surgieron liderazgos sociales o políticos emanados del sector empresarial, como Eugenio Garza Sada o Manuel Clouthier.

El capitalismo de cuates se continuó y hasta creció con gobiernos que creyeron el libre mercado y la globalización. Muchas empresas tuvieron que adaptarse para competir, y muchas otras se valieron del cobijo y los privilegios que les obsequiaba el régimen. Una vez más, vimos surgir monopolios de facto, y las consecuencias, las pagaba el ciudadano.

Así, se afianzaron empresarios rentistas cercanos al régimen priísta, más tarde lograron ese mismo nivel de cercanía con los gobiernos panistas, regresaron a los privilegios en el sexenio priista de Peña Nieto, y hoy son prósperos hombres de negocio en el obradorato.

En octubre del 2018, Lopez Obrador anunció formalmente la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco. Así, declaró el inicio de una nueva etapa para el país: la separación del poder político del poder económico. Paradójicamente, durante el anuncio se hizo acompañar de José Maria Rioboo (su contratista favorito), de Alfonso Romo (acaudalado empresario y su jefe de oficina) y de Javier Jiménez Espriu (su secretario de comunicaciones y miembro del consejo de administración de la filial de Odebrecht en Mexico). Tres ejemplos de empresarios que han amasado gran parte de sus fortunas fortunas al amparo del poder político.

El capitalismo de cuates no podría estar más arraigado en este sexenio. El presidente instaló lo que él llama su CONSEJO ASESOR EMPRESARIAL. El consejo lo integran varios de los empresarios más poderosos del país: Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas, el cual incluye TV Azteca; Bernardo Gómez, copresidente ejecutivo de Televisa, y Olegario Vázquez Aldir, director general de Grupo Empresarial Ángeles, el cual integra el canal Imagen Televisión; Carlos Hank González, presidente de Grupo Financiero Banorte; Daniel Chávez, presidente de Grupo Vidanta; Miguel Rincón, presidente ejecutivo de Bio Pappel; Sergio Gutiérrez Muguerza, presidente de DeAcero, y Miguel Alemán Magnani, ex presidente de Interjet; y German Larrea, de Grupo Mexico; y Carlos Slim, de Grupo Carso.

Los mismos empresarios que López Obrador tachaba de ser “la mafia del poder”, hoy son sus asesores empresariales.

De hecho, el valor de las fortunas de este grupo de empresarios que operan en el esquema de capitalismo de cuates, es equivalente al ocho por ciento del Producto Interno Bruto mexicano. Esto jamás se había visto, ni siquiera en el periodo neoliberal que tanto abomina el presidente.

Los potentados de siempre, siguen acumulando rentas con la abierta complicidad del gobierno. Ellos siempre ganan, con cualquier gobierno. Tienen concesiones para explotar recursos naturales, operan monopolios de facto o tienen regulaciones a modo. 

Si una promesa no ha cumplido López Obrador, es aquella de separar al poder político del poder económico.

El presidente consiente a sus empresarios, y ellos a él. Invierten millones en comprar boletos para la fraudulenta rifa del avión presidencial, a cambio de cenar tamal de chipilín en Palacio Nacional, y claro, de mantener vigentes sus contratos con el gobierno.

López Obrador y sus empresarios brindan porque al 1 por ciento le va muy muy bien, aunque el país registre casi 4 millones de nuevos pobres este sexenio.

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