Me resulta una tarea muy difícil decidir entre Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quien de ellos encarna mejor lo que se conoce hoy como un liderazgo carismático. Es una labor compleja, sin duda, dadas las características de personalidad e imagen de cada una de las mal llamadas corcholatas.
Comienzo por decir que los tres, como ha afirmado el presidente, representan un anhelado relevo generacional. Tienen los tres ese ímpetu juvenil y vitalidad que AMLO busca para su sucesora o sucesor. ¡Qué duda cabe!
La energía de la favorita es arrolladora. Es capaz de gobernar una de las ciudades más grandes del mundo y todavía, sin asomo de cansancio, hacer una campaña intensa los fines de semana. Su arrojo (y una que otra tragedia) nos la han mostrado de cuerpo entero como una intrépida candidata viajera que en un mismo día regresa en helicóptero desde Michoacán hasta la CDMX para poder responsabilizarse del cargo para el que fue electa. ¡Guau!
Ella se caracteriza además por su simpatía, calidez, y enorme facilidad para relacionarse con las personas. Chisporroteante, por si fuera poco, toca la guitarra y se muestra enjutada y solidaria a pesar de los “incidentes” que se han dado en nuestra ciudad y que han costado tantas vidas y dolor humano.
Sin duda podría ser una gran candidata. No puedo dejar de mencionar su espíritu rebelde, independiente, ni su valentía para con sólidos argumentos atreverse a desafiar las instrucciones (perdón, sugerencias) de su jefe (me refiero claro al pueblo bueno y sabio que la eligió). Garantiza un cambio que ni qué. Y ahora que hay “complós” a su alrededor cuenta además con la presencia de más de 6 mil soldados que cual guardia pretoriana están dispuestos a defenderla, a ella claro, nada más a ella, de las intrigas de los tornillos, las escaleras eléctricas, los frenos y vagones que están en su contra. Un hit.
De Adán Augusto ¿que podemos decir? Como muestra solo hace falta un botón: el apoyo incondicional y generoso de un buen número de futbolistas mexicanos, lo dice todo. Es tal su carisma y encanto personal que los jugadores no han podido refrenar sus ganas de felicitarlo por TikTok y distintas redes sociales, un líder nato sin duda. Que una grabación por aquí, que un mensajito por allá, que un tuit acullá…imposible reprimir la simpatía que exuda el otro señor tabasqueño. Comprensible ante tanto talento y capacidad de convencimiento de la corcholata dos. Hasta donde llegará su glamur que hasta Alito, el famoso dirigente de un partido político de oposición, no pudo resistirse al cariño que le demostró en aquel abrazo entrañable que todos vimos en la Cámara de Diputados. Ese gesto lleno de fraternidad, hablándole al oído y la entrega total del antes Gobernador de Tabasco, si que nos habla de su empatía y cercanía emocional con todos y todas, opositores o no. ¡De no creerse! Así son estos prominentes tabasqueños, simpáticos, sinceros, con ese toque sociopático que los vuelve tan encantadores. No se diga más.
Y Marcelo…recordemos que los últimos serán los primeros. Qué bueno que después del enorme lío de la Línea 12 (cuando desde 2012 se conocían los graves problemas derivados de los “complós” de vías y vagones por aquello de que salieran más baratos de los presupuestados), qué bueno, repito, que el actual Canciller regresó de sus largas y bien merecidas vacaciones en París. Algunos pensaban que ya nunca iba a volver, que no podía…pero no contaban con la astucia del jefe del ejecutivo que contra viento y marea se lo trajo otra vez a México. ¿Cómo dejar en Europa a un hombre que le había ayudado tanto a llegar a la primera magistratura y al que le debía también un montón? Eso hubiera sido muy feo y mal agradecido. Marcelo aquí está, lleno de alegría, siendo un hit en TikTok con sus puntadas, ositos y demás gracejadas que lo hacen ver como el estadista que México esperaba. Un acierto que sea la corcholata tres.
Entiendo que el presidente…perdón, MORENA, no sepa a quien ungir como su candidata o candidato presidencial, no hay ni a cuál irle…todos excelentes. Quizá por eso es por lo que finalmente otro gran carismático, el líder de este partido, don Mario Delgado, se haya decantado por el método de la encuesta para poder hacer lo que diga el pueblo y no ningún dedo por poderoso que sea. ¡Gran idea!
En fin, cada populismo tiene el carismático que se merece. ¿O no?