José Ramón Lopez Beltrán:
1. Le saludo aunque usted me tiene bloqueado de X, como ha hecho con centenas de usuarios que escribimos o decimos lo que usted no quiere leer ni escuchar. Lo hago porque esta carta es pública y centenas de usuarios se la harán llegar a través de sus reposteos.
2. Hace casi un par de semanas usted se llenó la boca al hablar de decencia, así como hace su padre, a pesar de que sus acciones las contradicen cotidianamente.
3. Su esposa tiene mucho dinero, ya lo dijo su papá el día que lo intentó defender a usted, su primer retoño, del dispendioso estilo de vida con el que se prodiga. De ser eso cierto, cosa que muchos dudamos, usted estaría recibiendo los favores económicos y el consentimiento emocional y físico de una bella mujer que habría sucumbido a los encantos de su apariencia y su vasta cultura, virtudes que, en este caso, ni siquiera nos permitimos dudar porque tales no existen, en definitiva. Así es que la siguiente hipótesis resulta más valedera:
4. Su esposa ha sido contratista del gobierno e igual que su prima hermana Felipa, es decir, la tía de usted, ha sido beneficiada con recursos cuantiosos y ha recibido los mismos que usted ha disfrutado, por ejemplo rentando a precio de austeridad republicana, una casa gris en EEUU.
5. ¿En qué trabaja y para quién? Tenemos derecho a saber. ¿Cómo es que le pagan tan bien que puede tildarse con prendas y relojes caros, como aquel que exhibió hace poco en uno de sus grandes eventos.
6. Ya quedamos en que usted no tiene tintes de padrote ni destrezas intelectuales o artísticas que lo hubieran hecho descollar entre los adinerados de México. De dónde viene el dinero, entonces, vuelvo a preguntar esperando que usted me lea desde la casa que renta en la CDMX porque, oh casualidades, también esos aposentos guardan relación con el erario al pertenecer a la asistente de su madrina Carmen Lira, directora de La Jornada y beneficiaria con 967 millones de pesos de publicidad por su papá.
7. Usted no vive con sencillez, como dijo que lo haría poco antes de empezar el sexenio. Todos tenemos derecho a cambiar. Lo que no está claro es el origen de los recursos que le permiten rebozar sus carnes con los mejores alimentos y vinos caros, y adornarlas, si eso es posible, con trajes como los que exhibió recientemente, en una fiesta pagada para celebrar el cumpleaños de la hija de su esposa.
8. El 9 de junio su papá habló de la vida de privilegios de funcionarios públicos y sus junior, y dijo que eso no sucedía en la actualidad, bajo su presidencia. ¿Sabía su papá que usted estaba preparando aquel suntuoso jolgorio y con esa arenga trató de evitarlo o esa es una más de las decenas de ocasiones en las que éste se ha contradicho? Si es lo segundo, no extraña, su padre es un ser colmado de contradicciones, pero si es lo primero, usted lo desafió.
9. Usted carece de luces y cultura. La fiesta reciente en Culiacán lo muestra. La ostentosa vulgaridad de la atmósfera ignorante del nuevo rico y la música, José Ramón. Yo no conocía el grupo “Los nuevos rebeldes”, cantan sobre el narcotráfico y hacen apología de la violencia. Y no le da vergüenza. Tampoco me coloco en una situación de superioridad intelectual aunque la tenga. Sólo le aconsejo lo que acuñó Bach (¿lo ha escuchado?):
“Vive como lo harías para no avergonzarte en el caso de que se divulgara lo que haces, aún en el caso de que fuera mentira lo que se divulga”.
10. Regañe sus defensores. A Alvaro Delgado porque no ha culpado a Calderón de sus fiestas dionisiacas, instruya a Jenaro Villamil para que difame a Roberto Madrazo y distraiga la atención del respetable. Mientras, siga metiendo su cabeza en la tierra como dice el mito que hacen las avestruces porque no quieren ver la realidad. Y es que, estoy seguro, si usted algún día la llegara a mirar en un espejo, se horrorizaría de la estampa de un mediocre que tuvo la fortuna de ver a su padre en la silla presidencial.
Suyo de usted
Arouet