Una coalición opositora es lo mejor que nos pudo ocurrir frente al desastre del gobierno. Sobre esa base, y la seguridad de que disputará en serio la presidencia, expongo mis reparos con el Frente (ya saben, no se me da ser oveja de nadie):
1. El método de selección es mucho mejor que el de Morena. Alentó la competencia y fue transparente. Pero también muy abierto, pudieron inscribirse demasiados aspirantes sin posibilidad de competir (incluso ridículos) y luego negociaron prebendas.
2. La burocracia de los partidos fue rebasada por Xóchitl Gálvez y, entonces, buena parte de su activismo (y el de sus miasmas también) se ha dedicado a “construir” su candidatura al Congreso, gobernatura, presidencia municipal y diputaciones locales.
3. Las motivaciones por un cargo (y también las genuflexiones típicas de las poses supuestamente democráticas) hacen que muchos de esos personajes se comporten políticamente correctos y festejen que haya dos mujeres en la contienda, quieren recibir su premio en el reparto de candidaturas y por eso dejan de lado o posponen su espíritu crítico. Ahorita están calculando y así definirán sus principios. Todo ello aunque, en realidad, sea Xóchitl Gálvez quien va a ganar, entre otras razones, porque derribó la resistencia de los partidos que, hace más de tres meses, ya se habían repartido el botín.
4. Qué bueno que no abandona la competencia Beatriz Paredes. Y qué bueno que, dentro de la oposición, se tenga en cuenta que ella representa al PRI más vetusto y, por cierto, responsable de la tragedia que hoy vivimos con el populismo autoritario. Qué bueno todo eso aunque, como digo, muchos vividores festejen a las dos mujeres por igual (aunque no, no es lo mismo una que otra).
5. Enpolítica como en la vida misma no siempre el mejor llega a la meca. En realidad se mezclan muchos factores para que eso suceda. Xóchitl Gálvez es resultado de estos factores, como lo advertí hace más de tres meses. Nos guste o no el abuso de la inteligencia artificial o que sea tan prolija en adjetivos además de su muletilla de risa. No existe el candidato perfecto y ella no lo es. Tiene un perfil alejado de los partidos (aunque ahora el PAN la reivindique como suya, cosa que, en realidad, nunca hizo), es inteligente y elocuente. Su trayectoria es limpia por más y que el gobierno la ha querido ensuciar, tiene propuestas incluso más cercanas al PRD que a la derecha. Naturalmente, la burocracia de los partidos la quiere engullir, vale decir, aprovechar para tener la mayor cantidad de candidatos ganadores posible. La tensión que viene es si Xóchitl va a palomear a todos los que le digan los partidos y, con ello, obstruir a ciudadanos como lo hicieron con ella.
6. No hay modo de defender que personajes como Francisco Cabeza de Vaca ya tengan cartera dentro del Frente.
7. En el Frente no hay organizaciones de la Sociedad Civil sino grupos que utilizan esa estratagema para disputar candidaturas y discursos con militantes de los partidos. Desde luego hay excepciones, Ana Lucía Medina es una, otra esvAmado Avendaño, pero en general ocupan esas instancias políticos que fueron desechados por los partidos y eso cierra aún más las opciones de las candidaturas ciudadanas.
8. Nada de ello quiere decir que no existan políticos sólidos. Con cierto optimismo uno podría pensar en que Enrique de la Madrid sea senador o diputado, por ejemplo.
9. ¿Lo han notado? El Frente sólo está ocupado en su proceso electoral y no aborda ningún problema esencial. No ha dicho nada del embate del gobierno contra los medios y la Corte, o el escándalo de los contratos millonarios que firmó el gobierno federal y el de la CDMX cuando lo encabezó Claudia Sheinbaum por medio de los cuales compraron Fentanilo a Carlos Lomelí.
10. Resalta la falta de creatividad que, en materia de comunicación, tienen los partidos. “Hay tiro”, dicen una y otra vez, así como si con esa frase anodina conectaran con las emociones.
Desde luego: con esos bueyes hay que arar.
Suyo de ustedes.
