Si 2019 fue un año malo para la economía mexicana, con una pequeña contracción del 0.1% del PIB. El segundo año podría volver a ser contractivo por el choque externo, de coronavirus y guerra de precios del petróleo. Es una mala noticia para el gobierno de la 4T, y desde luego para todos.
EL PRIMER PRONÓSTICO NEGATIVO
Ayer, Bank of America Merril Lynch (BofA) fue el primero en estimar una contracción para la economía mexicana durante 2020, de -0.1 por ciento. Ya habíamos visto algunos otros pronósticos, como el de Banco Base, estar de entre 0 y 0.2%, pero BofA es el primero que de plano dice que la economía mexicana va a volver a caer en 2020.
Y con esta contracción, también caen los ingresos en México y se hace más difícil enfrentar la pandemia del coronavirus, que en los mercados financieros ha tenido un contagio y gravedad que para algunos pueden desencadenar una nueva recesión mundial.
México tiene cierto nivel de blindaje para mantener la estabilidad. Lo ha narrado bien Arturo Herrera, secretario de Hacienda: Líneas del FMI, del Tesoro y fondos de estabilidad. Pero lo que no hemos lanzado es un plan contracíclico. Ahí viene la desaceleración (o recesión) y carecemos de plan alternativo para sobrellevarla.
Hay esfuerzos para recalendarizar mejor el gasto, así como mantener estabilidad. Pero no serán suficientes para lo que viene, una fuerte desaceleración mundial.
ROMO ESBOZA UN PLAN B
El jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, ante las malas noticias económicas, salió a responder que el gabinete económico sí trabaja en un plan B.
El plan B traería una disminución del gasto público o bien una racionalización del gasto. En ambos casos, se trata de gastar más, lo cual es prudente si no cuentas con ingresos. Sin embargo no se está hablando de un plan contracíclico. ¿Qué debería traer el plan? Lo clásico: estímulos fiscales, planes sectoriales para reactivar cadenas de valor, reenfocar el gasto en actividades multiplicadoras, y desde luego revisar los planes del gobierno.
FALTA UN PLAN CONTRACÍCLICO
El presidente López Obrador podría meterse de lleno al plan contracíclico al mejorar el clima de inversión.
Los acuerdos con empresarios que más han servido para la foto que para incentivar la inversión, deberán sustituirse por mejorar reglas para la inversión, más claras y duraderas. Los proyectos insignia de la 4T (Tren Maya, Dos Bocas, Istmo de Tehuantepec) deberán pasar el filtro de la viabilidad financiera. Deberá repensarse qué hacer con Pemex: si el gobierno le siga transfiriendo tantos recursos, nos enfila hacia la degradación de la calificación soberana.
El año pasado fue por la llegada de un gobierno nuevo. Este año por un choque externo, sin duda. Resultado: La economía mexicana llevará dos años consecutivos en contracción. Vamos en marzo y ya se habla de una contracción de -0.1% anual. Esperemos que el gobierno pueda lanzar un plan contracíclico, porque los mercados prevén una desaceleración que pinta a recesión mundial.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 12 de marzo de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.