La revista Contralínea es otro medio de comunicación que ha registrado un aumento en sus ingresos por publicidad oficial en la administración de Andrés Manuel López Obrador. En lo que va del sexenio ha recibido casi 30 millones de pesos, monto superior al que obtuvo en los dos últimos años de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
También en un hecho poco común, esta empresa de comunicación ha facturado con tres razones sociales distintas en las últimas tres administraciones federales, sin que hasta el momento se conozcan los motivos de dicha decisión, por parte de sus directivos y propietarios.
Contralínea, con distintos reporteros, es protagonista frecuente de las conferencias de prensa matutinas del presidente, pero la mayor parte de las veces no se le formulan preguntas que impliquen algún cuestionamiento o crítica, sino que sus participaciones son ocasión para exponer planteamientos que contienen muchas coincidencias con el discurso presidencial en contra de los que el mandatario considera sus adversarios como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Latinus, Carlos Loret de Mola o los organismos autónomos, entre otros.
A pesar de algunos señalamientos que se han hecho sobre una línea editorial oficialista por parte de este medio de comunicación, éste lo niega y asegura que sus contenidos son críticos sin distinción, sin embargo, un importante porcentaje de los encabezados de sus notas, son favorables a la persona del presidente o temas que son del interés del Ejecutivo.
Los datos
De acuerdo con información oficial de la Secretaría de Gobernación y la plataforma Compranet, entre 2011 y 2012, en el sexenio de Felipe Calderón, bajo la razón social Comunicación Colectiva y Periodismo de Investigación SA de CV, obtuvo ingresos por 2 millones 518 mil 910 pesos en 19 contratos cuyo monto era variable entre los 40 mil y 215 mil pesos. Entre las dependencias que los otorgaron destacan la Lotería Nacional, Secretaría de Gobernación, PGR, Secretaría de Seguridad Pública, IPN y algunos organismos autónomos como el entonces IFAI.
Para el sexenio de Enrique Peña Nieto, la razón social de Contralínea cambió a Editorial Libertad de Expresión SA de CV. Con ella obtuvo en los dos últimos años de ese gobierno un total de 5 millones 970 mil 197 pesos. En 2017, el monto fue de 807 mil 197 pesos y para 2018, la cifra aumentó a 5 millones 163 mil pesos. Algunas de las dependencias con las que facturaron fueron Pemex, IMSS y las secretarías de Salud, Medio Ambiente y Gobernación.
En la administración de Andrés Manuel López Obrador, con una nueva razón social: Difusión de Información SA de CV, Contralínea obtuvo en 2019, 18 contratos de publicidad con dependencias como Caminos y Puentes Federales (Capufe); Fondo Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), ISSSTE y Secretaría de Gobernación, entre otras. El monto total de fue por 4 millones 129 mil 124 pesos, según cifras oficiales de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y Compranet.
Para 2020, Contralínea casi triplicó sus ingresos por publicidad oficial al facturar 21 contratos por un monto de 11 millones 815 mil 219 pesos. Entre las dependencias que los adjudicaron destacan Pronósticos para la Asistencia Pública, las secretarías de Hacienda, Marina y Gobernación, así como el IMSS, siendo éste el que otorgó seis contratos por un monto superior a los 5 millones de pesos.
En 2021, la revista tuvo un nuevo incremento en su facturación de publicidad y ésta alcanzó un monto global de 13 millones 776 mil 982 mil pesos, gracias a 27 contratos con dependencias como la Lotería Nacional, las secretarías de Hacienda, Gobernación y Marina o el IMSS, que una vez más adjudicó los seis contratos más jugosos por un monto de más de 6 millones de pesos. Lo recibido por Contralínea fue con mucho superior a lo que obtuvieron otras publicaciones de su tipo como Proceso, por ejemplo, que apenas pasó de los 3 millones de pesos. En total, los tres primeros años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Contralínea ha facturado un total de 29 millones 721 mil 325 pesos
Publicidad recibida por Contralínea en gobierno de AMLO
Los cuestionamientos
En febrero pasado, el columnista Ricardo Raphael tuvo un diferendo, que aún persiste, con la reportera de Contralínea, Nancy Flores, quien lo acusó de recibir recursos del INE; como prueba de su afirmación adjuntó una captura de pantalla donde aparece el nombre del analista en una relación de proveedores del órgano electoral. Sin embargo, no mostró ningún otro documento que acreditara fehacientemente que hubiera recibido algún pago del Instituto.
El presidente Andrés Manuel López Obrador tomó dictado de lo publicado en Contralínea y “balconeó” a Ricardo Raphael por ser uno de los columnistas del “bloque conservador” que reciben dinero por estar a favor del INE. El aludido reaccionó, primero en su cuenta de Twitter y posteriormente en una columna en Milenio Diario, donde calificó dicha información como calumniosa. Incluso dio a conocer una carta firmada por la Dirección Ejecutiva de Administración del INE, en la cual se afirma que no tiene ningún tipo de contrato con este órgano.
Pero la respuesta del columnista no quedó ahí. Tras hacer alusión a los ingresos de publicidad de Contralínea, sugirió que éstos inciden en la línea editorial de la publicación, la cual considera favorable al gobierno federal.
La reportera Nancy Flores contraatacó y escribió una airada columna en la que se refiere a Ricardo Raphael como “opinador” y “simulador” e insiste en acusarlo de recibir dinero del INE. Acepta que la revista recibe publicidad oficial, como muchos otros medios y reivindica el derecho a obtener dichos recursos, que en modo alguno son ilegales. Asimismo, niega que esto influya en la línea editorial de la publicación y remite a una serie de contenidos en los que, según dijo, se denuncian irregularidades de la presente administración. Sin embargo, ninguno de ellos tiene que ver directamente con decisiones del presidente o presuntos actos de corrupción de sus colaboradores más allegados.
Contralínea también ha publicado recientemente reportes sobre Latinus y su conductor estelar, Carlos Loret de Mola. En el primero se hace mención de una serie de contratos que algunos gobiernos estatales como el de Silvano Aureoles en Michoacán, establecieron con empresas farmacéuticas que a su vez, se presume, financian al citado medio de comunicación. Aun cuando se muestran las copias de dichos contratos, no se muestra ningún otro documento que avale que parte de esos recursos se destinen a Latinus.
En otra entrega, se asegura que Carlos Loret de Mola y su esposa Berenice Yaber, poseen al menos 13 propiedades en la Ciudad de México. En el texto se afirma que se consultó información del Registro Público de la Propiedad y se citan folios. En algunos casos no se conoce el valor de dichos inmuebles, ni tampoco se muestra ningún tipo de documentación.
Ambos trabajos periodísticos también han sido pauta para la embestida del presidente contra Carlos Loret de Mola y ser reiterativo en su exigencia de que dé a conocer sus ingresos y patrimonio.
En una revisión de su sitio de internet se pueden ver títulos como los siguientes: “Latinus paga más de 2 mdp a Facebook para golpear a AMLO”, “Tener adversarios como Loret ayuda a la transformación: AMLO”; “Claudio X. González, Aguilar Camín, Krauze, detrás de condena de eurodiputados: AMLO”; “AMLO exhibirá gastos superfluos del INE y sugerirá dónde ahorren”, con lo que los lectores pueden sacar su propia conclusión sobre la tendencia de este medio de comunicación.
Con el derecho que le asiste de tener la línea editorial que quiera, es un hecho que Contralínea ha resuelto ser mayoritariamente replicante de las palabras y acusaciones del presidente. También es cierto que en esta administración se han incrementado sus ingresos por publicidad oficial, mientras a otras publicaciones como Proceso, se los recortaron notablemente en 2021. Y otras, como Letras Libres y Nexos, no han recibido un solo peso en el sexenio.
No es verdad que Contralínea haga un periodismo imparcial, porque tal situación no existe. Tal como el presidente lo plantea, este medio de comunicación ha tomado postura y está en libertad de ello. Pero así debe decirlo a su público, como también debería aclarar por qué ha facturado con tres razones sociales diferentes en los últimos tres sexenios.