Quienes rodean a Cuauhtémoc Blanco analizan los pasos siguientes para que el exastro futbolero haga la cuauhtemiña de su vida en su breve pero fructífera trayectoria política: ser candidato a la presidencia en 2018.
Del brazo de José Manuel Sanz, su gurú y promotor dentro y fuera de las canchas, el presidente municipal de Cuernavaca jugó su primer tiempo político con el equipo local de los hermanos Carlos y Julio Yáñez, del Partido Social Demócrata (PSD) morelense; 7 millones de pesos por mantenerles el registro.
Ni PSD, ni Blanco ni Sanz, imaginaron ganar. Ante la inesperada pero bienvenida victoria, el goleador de sufragios y su “lazarillo” asumieron una perspectiva diferente, compleja sin duda, pero a base de encarar y luchar sobrevive(n).
Con el PSD de los Yáñez no llegaron lejos, rompieron, ellos quisieron hacerlo(s) a un lado lo denunciaron por un contrato electoral pero Blanco los goleó. Ni el INE ni el organismo electoral local, encontraron forma de destituir al edil en funciones por algo que muchos denunciaron en su momento pero nadie atendió.
Lo más reñido ha sido la relación institucional con Graco Ramírez: no se comunican, menos se llevan, y el tema del mando policial único es motivo de bronca segura.
Pero ni lo destituyen ni lo destruyen políticamente. Cuau trota y juega a ser un político-ciudadano, empático, con limitantes como millones, pero con la garra y la enjundia, también de millones, que lo miran como a uno suyo.
Cuauhtémoc Blanco se echó un clavado en la cancha de la grilla y, bajo el argumento de que no puede enfrentar al gobernador y a su hijastro solo, adquirió una nueva filiación política para la parte complementaria de esta aventura donde “ya se vio”.
Él como piloto y el Partido Encuentro Social (PES), de Hugo Eric Flores, el vehículo para lo que viene. El magnetismo social y mediático del oriundo de Tepito roza alturas insospechadas.
Blanco afirma no buscar ser candidato al gobierno morelense, en donde evidentemente seguiría a las patadas con el PRD y el grupo de Ramírez Garrido Abreu y Rodrigo Gayosso. En Morelos no, pero ¿y a nivel nacional?
En las elecciones federales para diputados en 2015 el PES obtuvo 1 millón 325, 324 votos, libró el umbral del 3 por ciento y metió 6 legisladores a San Lázaro.
Una candidatura presidencial de Cuauhtémoc Blanco sería un dolor de cabeza para los independientes, más preparados y con mejor imagen de sí mismos, pero si de popularidad y percepción se trata…
Empresa así no tiene nada qué ver con la alcaldía de la Eterna Primavera; sin embargo, para el PES serían votos en una contienda compleja; para el sistema de partidos un rival funcional y, para él y Sanz, una aventura inimaginada y quizá divertida y hasta bien pagada. Para muchos, una gambeta inolvidable.
Este artículo fue publicado en La Razón el 21 de marzo de 2017, agradecemos a Carlos Urdiales su autorización para publicarlo en nuestra página.