Es mentira que en Cuba no existan elecciones. Sí las hay, sólo que los candidatos son propuestos a mano alzada por los vecinos en asambleas y jamás se dio el caso de que un candidato no haya sido elegido. Porque quien no levante la mano queda marcado para la cárcel, el acoso policial o el exilio.
Hay que empezar por esta afirmación inapelable para entender lo grave que es la satanización del voto secreto que están haciendo los flamantes aliados legislativos Ricardo Anaya y AMLO en el Senado, donde, sólo en la actual legislatura, han sido votadas 102 decisiones por voto secreto.
La verdad de esta coincidencia entre Anaya y AMLO (Barrales es apenas corifeo en este teatro del absurdo) es que ninguno confía ni en su sombra, como tampoco se fían los dictadores y por eso prohíben a los ciudadanos votar en secreto.
De ahí que Anaya admita temer que sus senadores sean corrompidos “por la buena o por la mala”; y AMLO les advierta a los suyos que “no sea que el día de la votación se enfermen o se ausenten”. La posición de ambos no muestra más que desprecio por sus compañeros.
Podrán ambos (y su corifeo Barrales) argumentar cuantas veces quieran que esta votación es sui generis y por eso obliga a que la ciudadanía sepa en qué sentido fue el voto de cada uno de los 128 senadores, pero la realidad es que no se fían de su propia gente.
Por eso Anaya sólo tiene amiguitos en el Consejo Nacional del PAN (que fueron los que obligaron a Margarita Zavala a irse del partido) y AMLO tiene de segundo y de tercero al mando en Morena a sus hijos Andy y José Ramón, o a su hermano Pío a cargo de la estructura.
Así que Anaya amenaza: “El voto público es por el bien de ellos, para que nadie los culpe”, le dijo ayer a Joaquín López-Dóriga. De miedo, eh. Y AMLO colgó en Facebook: “Vamos a estar pendientes de su actuación, aunque no deben de entender que los estamos fiscalizando”. Ah, no, qué va.
Pero tampoco olvidemos a quién defienden Anaya y AMLO (Barrales es corifeo):
—Santiago Nieto engañó al Senado que votó por él en secreto para convertirlo en Fiscal Electoral: le ocultó que cobraba como asesor del PRD en el… Senado.
—Le dijo a Reforma que había sido presionado por Emilio Lozoya y después desmintió a Reforma.
—Reveló en público detalles de una investigación judicial. Violó el debido proceso. Recordemos que la secuestradora francesa Florence Cassez quedó libre sin ser inocente porque le fue violado el debido proceso.
¿Por ese personaje estamos satanizando el voto secreto?
Estamos fritos.
Este artículo fue publicado en La Razón el 27 de septiembre de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.