lunes 08 julio 2024

Darwin hoy y por venir

por Ricardo Becerra Laguna

Con el permiso de mis indulgentes editores, hoy haré algo que no debería: publicidad, sí, publicidad a una empresa privada. Más precisamente, publicidad de una editorial (Salvat) que ha tenido la puntada de colocar en puestos de períodicos de habla hispana, una serie de libritos coleccionables titulada “Evolución Humana”.

Me cuenta mi vocero (todavía existen voceros platicadores y abnegados que buscan por encargo raros fascículos, revistas atrasadas, ediciones de colección), que ésta, ha tenido especial buena suerte entre los compradores, aunque no tanta como la que merecerían éstos pequeños libros de portadas negras y elegantes, extraordinariamente claros y bien escritos, amenos, convocantes de lo mejor de la paleontología y arqueología española, de muchas otras disciplinas y de otras partes del mundo, cuyo buen sentido editorial ha dosificado por temas atractivos, unos treinta vólumenes de colección.

Allí los tienen “Las huellas de Lucy”, “La Eva africana”, “Atapuerca”, “¿Existe el eslabón perdido?”, “Neandertales” o la increíble historia de los “Homo Naledi”. Lo que normalmente aparece desperdigado e inconexo en nuestras penosas formaciones escolares, lo que ocasionalmente se nos aparece en los programas científicos de televisión o, de vez en vez, cuando acudimos a un museo, aparece aquí organizado en un paisaje histórico-natural. Así es: esta colección lo pone a usted en orden cronológico, por supuesto, pero sobre todo en orden evolutivo.

Y es allí donde vuelve a aparecerse Darwin, Darwin por todas partes. En los 16 tomos que he podido recopilar vuelve a ser, quizás el más citado, pero sobre todo, el que domina y explica los nuevos hallazgos, las nuevas evidencias, nuevas especies, su separación o bifurcación antiquísima y cómo, 150 años después, su teoría sigue firme, asimilando el conocimiento nuevo y explicando el mundo. 

Pero no se crea que esta serie se queda en la explicación mínima del darwinismo, ya se sabe: el más apto sobrevive, no el más fuerte sino la especie que se adapta mejor a los cambios del entorno; la selección natural, mecanismo azaroso, competitivo y gradual capaz de generar diseños sin necesidad de diseñador. Más allá, he encontrado en estos libros errabundos, una profundidad y una actualización que duplican su valor. Y para lograrlo, recurren a las modernas evidencias y teorías de los darwinistas más grandes del siglo XXI, especialmente Richard Dawkins, Ernst Mayr y sobre todo, Stephen Jay Gould.

He descubierto un evolucionismo moderno que entiende el proceso de una manera más variada y matizada. En primer lugar porque no hay sitio para la idea de la escalera: una especie de homínidos asciende y deja atrás a otra; esta a su vez se queda y una nueva especie toma el escalón delante. No es así: hace unos 300 mil años habitaban la tierra un buen número de monos con cabezas grandes al mismo tiempo, incluso varios con cultura propia.  

Segundo: la selección natural no consiste siempre en una competencia entre individuos. Quienes compiten son a veces genes, a veces individuos, a veces poblaciones y a veces especies enteras, y esto nos pasó a los homínidos. 

Tercero, la selección natural no es el único motor de la evolución. El genoma tiene su dinámica interna, propia y hace propuestas por su cuenta, sin que la adaptación al entorno local (que es el fundamento del darwinismo clásico) tenga un papel preponderante. 

Y cuarto, por supuesto: la evolución no consiste siempre en una trayectoria acumultiva, lenta y gradual: puede ser repentina y catastrófica, lo que obliga a todos, a replantearse como especie y su lugar en el mundo. Ya lo hemos visto en películas: extinciones masivas, causadas por un suceso imprevisible y calamitoso como una erupción o la colisión en tierra de un gigantesco asteroide. 

Son ideas de la biología que se han discutido en las últimas dos décadas y están en las polémicas de los meros especialistas y de las vanguardias científicas. Afectan a la religión, la psicología, la sociología, casi todo lo que se vea desde una perspectiva dinámica, en movimiento, de cientos o de miles de años. 

Excelente propuesta para entender a la evolución, a una de las teorías científicas más importantes que se han propuesto nunca. Allí está, fácil y accesible. Ya lo saben: corran a su puesto de periódicos más cercano. 

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