No salimos de un cuestionamiento mediático cuando ya entramos a otro. El presidente López Obrador parece haber dejado atrás el tema del caso Lozoya, con acusaciones de corrupción a los dos últimos sexenios. También se terminó, por lo pronto, el sorteo del avión que no fue avión, donde, de igual manera, culpó de corrupción a los dos sexenios anteriores. Y ahora abre un nuevo capítulo para enjuiciar a los expresidentes por sus prácticas gubernamentales que trajeron crecimiento descontrolado de la violencia, inseguridad pública y, desde luego, corrupción.
CALDERÓN CONTESTÓ
El mandatario intentó, mediante una consulta popular, que fuera “el pueblo” el fiscal contra los expresidentes. La consulta no tuvo éxito. Entonces, AMLO envío una iniciativa al Senado para que se consulte a los electores, el mismo día de las próximas elecciones intermedias, el seis de junio del 2021, si quieren que los expresidentes sean investigados y sancionados.
De inmediato, Felipe Calderón, el expresidente incómodo para esta administración, contestó en su cuenta de Twitter: “Si (el presidente López Obrador) tiene pruebas fundadas contra mí, que vaya hoy y las presente ante el fiscal, sin necesidad de consulta. Pero si no tiene pruebas ni acusaciones específicas, no hay consulta ni votación que valga”.
ENJUICIAR A LA GESTIÓN NEOLIBERAL
López Obrador busca un enjuiciamiento a los expresidentes, desde Salinas de Gortari, cuando inició la gestión neoliberal.
A Carlos Salinas lo acusaría de haber entregado a particulares, nacionales y extranjeros, una cantidad sin precedentes de bienes públicos.
A Ernesto Zedillo, de seguir con las políticas privatizadoras con la culminación del rescate bancario de 1998.
A Vicente Fox, de intervenir en el proceso electoral para impedir el triunfo de la oposición y desde ahí perpetrar el fraude electoral de 2006 que, argumenta AMLO, le hicieron.
A Felipe Calderón, por su guerra al narcotráfico, la cual exacerbó la violencia y zonas tomadas por la delincuencia.
A Enrique Peña por recibir dinero de la corrupción de Odebrecht al comprar la reforma energética.
¿Y EL CRECIMIENTO?
La Suprema Corte de Justicia deberá analizar la constitucionalidad de la pregunta para enjuiciar a expresidentes. Y el Congreso tendría que aprobarla.
Es curioso que en esa pregunta de juicio a expresidentes no venga cómo les fue en economía, con el combate a la pobreza o el empleo.
En crecimiento económico, todos tendrían mejor calificación que la actual administración. Salinas creció, en promedio anual, 3.98%. Zedillo un 3.26%. Fox un 1.94%. Calderón un 1.70%. Y Peña un 2.40%. Sin crecimiento, es difícil distribuir mejor el ingreso. Esta administración, debería preocuparse por la crisis en empleo y cómo recuperar lo más rápido el crecimiento. Tomando en cuenta la misma proyección gubernamental, la más optimista, el decrecimiento en esta administración, en promedio anual, sería de -3.7%. a mitad del sexenio (-0.3% en 2019; -8.0% en 2020, y 4.6% en 2021). Los esfuerzos del Presidente sería mejor concentrarlos en cómo crecer y distribuir mejor.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 16 de septiembre de 2020. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicaron en nuestra página.