¿Cuánto tiempo deberán tomarse los suspirantes a todos los cargos que están en juego en el 2024 para dedicarse de lleno a sus campañas?
Con la sucesión adelantada en Morena ya se dio el banderazo de salida desde Palacio Nacional, pero las “corcholatas” siguen sin dejar sus cargos, lo que no implica que no estén haciendo campaña.
Hay algo de inédito en todo esto. Las tres “corcholatas” del Presidente se mueven a su antojo sin importar lo que diga la ley electoral, igual se esquiva que se le dé la vuelta en medio de una rijosa relación que ha establecido el Presidente con el INE, lo que ha llevado a que dos de las “corcholatas” arremetan cada vez que pueden en contra del Instituto en una suerte obvia de lo que hace la mano hace la tras.
Llegará el momento de las definiciones, muchas de las cuales rebasarán inevitablemente al Presidente. Una cosa es la lealtad, pero otra es gobernar a imagen y semejanza del tabasqueño, porque ni son él y suponemos que pueden pensar por ellos mismos.
Lo que le puede dar un giro a la elección es que aparezca un fenómeno inesperado en términos políticos en que apareciera un personaje de oposición que concite atención, esperanza y convocatoria entre los ciudadanos, hecho que se ve remoto.
Con la cancha materialmente libre los y la “corcholata” andan en campaña desde hace meses. Todo pasa por el aval del Presidente que fue quien los echó a andar y en el camino les tira línea y les manda encomiendas en un doble juego, por un lado, provoca que se placeen y, por el otro, hacen las tareas que les manda hacer el Presidente.
A Adán Augusto López lo envió a los Congresos de los estados para persuadir a los legisladores para que apoyen la presencia militar en las calles hasta 2028, lo cual se aprovecha para hacer campaña aunque digan que no es campaña. Los viajes además le han servido para soltar las manos, su sola presencia ya se nota.
En medio de la intransigencia, el Presidente asegura que va a exhibir a los legisladores que no apoyen la propuesta, dicho de otra manera, no se vale pensar diferente.
Los proyectos del Presidente corren contra el tiempo. López Obrador tiene que buscar la manera de consolidar las bases de su proyecto. Para esto requiere del Congreso y de funcionarios confiables y que le sean absolutamente leales, recordemos el 95% honradez y 5% capacidad. El problema es que el Congreso puede empezar a diluirse, porque algunos legisladores buscarán la reelección y para ello tendrán que hacer campaña y pedir licencia. Al Presidente se le pueden ir personajes que son buenos operadores y que además juegan todo por él.
No va a ser fácil el año que entra, porque también algunos funcionarios podrían buscar gubernaturas, o llegar al Congreso. Es claro que el Presidente es el fiel de la balanza; sin embargo, en el camino pueden pasar muchas cosas, por ejemplo, que algunos aspirantes quieran moverse por la libre partiendo de que tienen las bases suficientes para hacerlo.
Otro problema que puede aparecer es que si el proyecto de gobierno no logra consolidarse podrían aparecer crisis que si bien no toquen la popularidad presidencial, si podrían alcanzar a los ciudadanos que tarde que temprano empezarán a voltear a ver al responsable, o sea el inquilino del Palacio.
López Obrador no está exento de las luchas por el poder, tampoco está exento de las crisis por las que atraviesan los gobernantes. Si no hay resultados le va a pegar en su popularidad por más que crea que tiene un proyecto de transformación plena. Para concluir lo que quiere hacer necesita a su gente, la cual se va preguntándose muchas cosas, aunque lo hagan en voz baja; por lo general a partir del quinto año empieza el proceso de la soledad de la cual no vemos por qué el tabasqueño pueda estar exento.
RESQUICIOS
Un perro que lleva en su boca la cabeza de una persona en Zacatecas se ha convertido en la más oprobiosa imagen del país; es una manifestación lamentable y triste de lo que somos.
Este artículo fue publicado en La Razón el 31 de octubre de 2022. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.