Todos piden lo mismo: apoyos fiscales y créditos blandos. No condonaciones, no perdones, pero sí un diferimiento en el pago de impuestos de abril y mayo para sortear una crisis que parece no tener fin. Las cosas se están poniendo feas en varios sectores. Basta un vistazo.
La AMDA, los distribuidores de autos, prevén una caída dramática de entre el 16% y el 25% en las ventas internas este año. No creen pasar ilesos esta crisis.
LAS CAÍDAS
La industria hotelera está viviendo un impacto impresionante, donde apenas y tiene ocupaciones del 15 por ciento. Braulio Arsuaga, director del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), pidió un paquete de que les permita flujos para operar.
Las aerolíneas recortan vuelos, ventas e ingresos. Volaris tiene una de sus peores caídas en la Bolsa. Aeroméxico la pasa mal. Interjet, ya conocemos.
Francisco Fernández, presidente de los restauranteros (Canirac), nos recuerda que los restaurantes dan trabajo a dos millones de personas, y ellos no pueden cerrar más de dos semanas.
Ante tales críticas, el presidente López Obrador ya respondió que no habrá un plan de salvamento para las industrias. Y Arturo Herrera, secretario de Hacienda, sólo se refirió al dinero para enfrentar la crisis médica.
PLAN CONTRACÍCLICO, NO SALVAMENTO
Aquí parece un malentendido en lo que son salvamentos necesarios.
El Presidente habló de rescatar taquerías y pequeños comercios. Está bien que se piense en la enorme economía informal, pero como mencionaba Enoch Castellanos, presidente de Canacintra, si no hay economía formal, ¿quién les va a comprar a los informales?, ¿y quién va a pagar impuestos?
El presidente López Obrador tiene en mente el rescate a los bancos con el Fobaproa de la crisis de 1995, donde al salvar al sistema de pagos, se apoyó a banqueros. Pero esto es distinto. Más que salvamento, necesitamos un plan contracíclico, que apoye a empresas que generen fuentes de trabajo, que los bancos tengan liquidez para prestar barato. Hay desesperación por la caída que viene: cierre de empresas y pérdida de empleos.
GOBIERNO TIENE MARGEN DE MANIOBRA
Ya hasta los empresarios de mayor temple, como es Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, levantó la voz con casos absurdos como el de la cervecera Constellation Brands, y por falta de apoyo de medidas integrales para el sector productivo. Algo similar opina Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex, que en estos momentos podría ser un antes y después de la relación del gobierno con los empresarios.
Las industrias saben que el presupuesto podría redirigirse, y en lugar de construir obras de infraestructura con poca rentabilidad económica y social, como Dos Bocas o Santa Lucía, sí podría haber dinero para apoyar a los empresarios que generan empleos. Saben que el superávit, en momentos de crisis, es un lujo.
Nadie vería mal un pequeño déficit por un año para traer un plan contracíclico o utilizar los 400 mil millones de pesos de los que habló el Presidente. Apoyar empresas que generan empleos es la clave.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 25 de marzo de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.