¿Y los foros de profesionistas y las organizaciones académicas no alzan la voz? ¿Dónde están las instituciones académicas y de profesionistas que no se ven; que brillan por su ausencia ante las violaciones pertinaces a la Constitución y en peligro de que muera la democracia? Llama la atención su ausencia y silencio.
En los últimos tiempos se viene observando un permanente desprecio por la ley, pasando muchas veces incluso de manera consciente e intencionada por encima de ella y la resistencia abierta a querer cumplir con lo que mandata, y de esto no escapa ni la propia Constitución. Se ve en los hechos al querer realizar modificaciones a la legislación ordinaria, a pesar que se contraría el propio texto, y en otras ocasiones el espíritu de la Constitución, a veces inclusive atentando contra los propios principios político fundamentales consagrados por la voluntad general soberana en el propio vientre de la norma madre.
¿Y las distintas agrupaciones de abogados y de otros profesionistas dónde están? Y la misma pregunta cabe hacer sobre las facultades y/o escuelas de Derecho de las universidades e institutos de estudios superiores de todo el país o, en su caso, de sus colegios de profesores; es más, de sus agrupaciones de estudiantes, porque, por lo menos yo, y una disculpa por anticipado por si estoy equivocado, no he visto ningún pronunciamiento ante la permanente hollación y, en otros casos, intentos de atropello a la Constitución desde el poder, motivos por los que hasta hace no mucho tiempo tanto luchaban y alzaban la voz exigiendo democracia y respeto al Estado de Derecho.
Sin minimizar y menos menospreciar los motivos y causas que los originaron porque todos han tenido su valor, en otras ocasiones, por cosas que se podrían considerar menores comparados con la magnitud de la horadación a la democracia a través de leyes secundarias, se veían posicionamientos, movimientos o protestas, no necesariamente violentas. Y sin embargo en ésta, como en otras recientes, tan delicadas y trascendentales para todo el país, porque lo involucra a todo, no solo a uno o a unos cuantos, no hay nada; no se ven, no obstante que se trata de la propia vida constitucional, legal y democrática del país. ¿Será que no se quieren comprometer por posibles intereses actuales o de futuro de quienes las dirigen?; ¿o simplemente han sido omisos al respecto, pero sin ninguna otra intención?
¿O será que deben permanecer solo expectantes, dejando hacer y dejando pasar, sin que deba preocuparles, ni interesarles lo que pase con el cuerpo normativo y sus consecuencias para el país, a pesar de que se trata de las frecuentes y evidentes violación a la Constitución?, que es lo más elevado y sagrado del cuerpo normativo del país, de donde se desprende toda la normativa y, por ende, donde se genera todo el derecho vigente del país, y que, por lo mismo, es lo que motiva a las organizaciones de abogados y, a la vez, es la esencia y razón de ser de las facultades y escuelas de Derecho de todas las universidades y centros de estudios superiores del país donde se cursa esta carrera profesional; norma suprema de la cual despegan practicamente todas las materias y/o diciplinas jurídicas que se imparten en estas instituciones. Y sin embargo, no se mueven.
Se trata de esa democracia y respeto a la ley por la que antes luchaban, y ahora están impasibles y callados. Es por algo tan importante y trascendente para la vida del país; sí, no es por un renglón o astilla determinada, se trata de la vida político social del país, y esto no puede pasar desapercibido.
No hacerlo, ¿qué sería por lo que se propugnaría en las organizaciones de profesionistas, y sobre todo en las de abogados?; ¿y qué sería lo que se enseñaría en dichas instituciones académicas?; ¿un Derecho Constitucional democrático o un Derecho Constitucional autocrático? Y con esto, ¿coadyuvarían a formar auténticos ciudadanos con alto espíritu democrático; o a mal formar ciudadanos con visión autócrata?
Lo que se espera al menos, es un posicionamiento sobre el compromiso con el inquebrantable Estado de Derecho Constitucional Democrático. Todas las organizaciones son importantes y también cuentan. Su voz tendría autoridad institucional, moral y jurìdica. La vida constitucional democrática es de todos, corresponde a todos y es deber y obligación de todos. No dejen solos a los ciudadanos.