Anoto una paradoja: el CEU contribuyó a la apertura de los medios de comunicación en el país y, 30 años después, sólo cuatro o cinco medios han registrado al movimiento estudiantil.
Dos virtudes de la dirigencia ceuista fueron clave: situar la gesta al territorio universitario y no rechazar los espacios de comunicación con la condena simplona de “la prensa vendida” sino alentar a que esos espacios se abrieran para aprovecharlos y difundir nuestra postura lo más ampliamente posible. La difusión del diálogo público en Radio UNAM, la revista Proceso y los diarios La Jornada y Unomásuno, además de nuestros medios de comunicación marginales también resultaron decisivos para que se abrieran otros medios y desde ahí se alentara un debate que mostró la fuerza de la razón del movimiento y exhibió la óptica conservadora y autoritaria de personas como Jacobo Zabludovsky (antes de que el comunicador se pasara al lado de los impolutos) que era, también, una impronta del viejo régimen y de su brazo informativo que era Televisa.
La UNAM dio cobijo a la participación política estudiantil y varios medios pudieron expandirla, lo cual hizo que el movimiento tuviera un relieve nacional y captara las simpatías de amplias franjas de la población. Se entiende: el CEU también expresó el drama nacional de la crisis y el hartazgo social porque esta parecía perpetúa; en tal sentido, el movimiento expresó una esperanza, la posibilidad de que toda esta condición pudiera ser distinta: “Queremos todo, lo siempre ajeno…”
En el CEU concurrieron miles de jóvenes sin militancia y otros tantos miembros de partidos políticos; así, otra de sus virtudes fue que esto no implicó la injerencia de los partidos, lo cual no es poca cosa porque no hay movimiento que capte las simpatías de la población con el sólo hecho de que sus demandas se difundan; las del CEU fueron precisas, certeras y nada tenían qué ver con los partidos. Al contrario: la participación estudiantil exhibió la precariedad política y la ineficacia del gobierno federal y también de los partidos políticos. Incluso eso es lo que explica que miles de jóvenes militantes actuaran por fuera de las directrices de esos partidos en los que militaban (creo que eso explica que hubiera ceuistas del PRI o el PPS, además del PRT y las demás corrientes de la izquierda, con o sin partido).
Termino con otra paradoja: los medios de comunicación son el registro noticioso que alienta o debería alentar a la memoria, pero buena parte de estos medios no tienen memoria. Por eso es tan importante ahora, como hace 30 años pero con las ventajas de la plataforma digital, nosotros construyamos nuestra propia memoria y alentemos para que los medios… Así, en un continuo ejercicio de la voz y el aliento a la diversidad. De la memoria, vamos. Hasta que vengan los que siguen.