El 22 de julio de 2011, Proceso publicaba lo siguiente bajo la firma de Rodrigo Vera: “Entre sus excesos centenarios –impunes buena parte de ellos– la iglesia católica suma de manera señalada las revanchas históricas contra sus enemigos naturales: el Estado laico y la izquierda. Ahora, sin embargo, enfrenta la posibilidad de ser sancionada legalmente, en particular por sus ataques contra un partido político: el PRD. Y si en última instancia sigue prevaleciendo su impunidad, la sanción sería cuando mucho de orden 'moral'".
El viernes 1 de julio el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió un fallo que para algunos es un sacrilegio: determinó que la Arquidiócesis Primada de México, a cargo del cardenal Norberto Rivera Carrera, violó las leyes electorales del país y por lo tanto debe ser sancionada. El máximo tribunal en la materia especificó que el portavoz del cardenal, Hugo Valdemar Romero, ilícitamente exhortó a la población a votar contra el PRD, debido a que este instituto político promueve medidas rechazadas por la iglesia, como la despenalización del aborto y la legalización del matrimonio de personas del mismo sexo”.
En aquel entonces, el semanario siempre crítico de la iglesia católica, daba así un seguimiento puntual de su choque frontal con el gobierno de la Ciudad de México, encabezado entonces por Marcelo Ebrard, que databa desde el 2007 cuando se concretó la despenalización del aborto en la capital del país y se prolongó por casi cuatro años su diferendo por la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Proceso fustigaba la intromisión del clero en asuntos públicos y pugnaba por el respeto al Estado laico.
Cinco años más tarde, Proceso sorprende a propios y extraños al hacer suya la rabia de la jerarquía católica contra el presidente de México, Enrique Peña Nieto por su iniciativa de matrimonios igualitarios; le dedica a este asunto la portada de su más reciente número y sugiere que se trata de un enfrentamiento Iglesia-Estado similar al que dio origen a la guerra cristera. Y más todavía: en la entrevista que Rodrigo Vera le hace al vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, el reportero parece estar sintonía con el sacerdote en que los editoriales de “Desde la fe” son “críticos y con sustento”.
A partir de que Peña Nieto lanzara la iniciativa del matrimonio igualitario, el órgano difusor de la Arquidiócesis ha lanzado potentes dardos en contra su gobierno: que si el narco está infiltrado en las instituciones, que si las reformas estructurales fueron un fiasco y otros más. Como el mismo Rodrigo Vera lo admite en el desarrollo de la entrevista con Valdemar, los medios de comunicación en México –Proceso incluido, por supuesto – se han vuelto cajas de resonancia de las acres críticas de la glesia hacia el gobierno mexicano como reflejo del hartazgo social que prevalece en el país.
Pero a contrapelo de la línea editorial que siempre había manejado, Proceso le hace un guiño a la iglesia y a diferencia de hace cinco años, ahora no hay revanchismo ni violaciones al Estado laico al expresar sus opiniones sobre los asuntos públicos y en concreto, sobre el tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo, el cual es visto por el clero como una “traición de Peña Nieto”. Esta vez, para el semanario las voces de los hombres de sotana, son simplemente otras más que hacen eco de la inconformidad social hacia el peñanietismo. ¿Quién lo hubiera creído?