En el segundo debate presidencial se dejaron ver los perfiles de cada candidato. López Obrador se mostró el más confiado por ser puntero en las encuestas electorales y por lo tanto se ajustó a propuestas genéricas como combatir la corrupción de la que ha dicho que podrá obtener el 10% del PIB.
También habló de negociar, pero con autoridad moral con Trump. Y propuso elevar el salario mínimo de México (en lo único que está de acuerdo con Trump) para estar en el TLCAN. López Obrador llegó al segundo debate de candidatos presidenciales confiado en su liderazgo en las encuestas, y prefirió no meterse en líos en detallar propuestas.
Ah, y eso sí: tiene razón cuando habla que a la Ciudad de México llegaron los 37 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, pues sí se vale contar la venta de Banamex a Citibank, así como la de Bancomer al BBVA (así lo contabiliza la Secretaría de Economía).
MEADE: CERRAR BRECHAS; LLEVAR GAS AL SUR; NO REGRESAR AL 88
El más acabado en propuestas y se notó su experiencia en políticas públicas fue Meade, quien ha sido cinco veces secretario de Estado.
Habló, sí, de aumentar el salario mínimo, pero cerrando brechas de desarrollo, entre norte y sur (llevando al sur el necesitado gas), así como elevar la productividad para que con base en ella se vaya subiendo el salario real. Dijo que cuando fue secretario de Hacienda logró homologar las tres zonas de salario mínimo en una. Y puso sobre la mesa lo obvio, pero que parece haberse olvidado: sólo con inversión y comercio se logrará más prosperidad.
Recordó lo que no se nos debe olvidar: el modelo anterior, el de economía cerrada con gran participación estatal. “Les voy a contar una historia… el México de 1988” y se lanzó a recordar la escasez de productos de aquella economía, donde al no poder producir todo, también se le complicaba importar. Meade se vio más completo en este segundo debate.
ANAYA ARTICULÓ, CRITICÓ, PERO….
Anaya es un hombre que sabe hablar en público, articula bien sus ideas, conecta con las audiencias… pero le cuesta salirse del guion. Cuando se le requiere acabar más en propuestas, se le dificulta tener más opciones.
Es lógico: Anaya no ha tenido cargos públicos ni como presidente municipal ni como gobernador ni como secretario de Estado. Ahí le llevan ventaja López Obrador, quien fue jefe de Gobierno capitalino, y Meade, que fue secretario de Hacienda dos veces, así como de Energía, de Sedesol y canciller.
Anaya presentó la propuesta más acabada en el salario mínimo, con cuestiones coherentes como elevarlo a la línea de bienestar del Coneval (para que llegue a 100 pesos) y luego, de manera gradual irlo subiendo (esta propuesta la trae su equipo con Salomón Chertorivski y Miguel Ángel Mancera).
Sin embargo, Anaya se quedó muy corto en las demás propuestas y más bien trató de conectar con el público o los moderadores. Y en el tema de atacar a López Obrador con la cifra de inversión, más bien tendría que atacar la metodología de Inversión Extranjera Directa.
EL BRONCO: EN CITIBANAMEX Y TLCAN, SIN PIES NI CABEZA
El peor parado, sin duda, fue El Bronco. Jaime Rodríguez Calderón se perdió la historia de los años noventa: los bancos quebraron con capital 100% mexicano, las autoridades tuvieron que abrir a inversionistas extranjeros para que los capitalizaran. Al final Banamex sí fue vendido a Citibank por 12 mil 500 millones de dólares.
Banamex es un banco operado en México bajo leyes mexicanas, que responde a las autoridades nacionales. Meterlo como una ficha de cambio para negociar el TLCAN es no dar la menor certeza a la inversión extranjera, pero que se rige bajo las leyes de nuestro país.
Sin duda los debates presidenciales están cumpliendo su cometido: conocer mejor a los candidatos. Ahora esperemos el tercer debate que será en Mérida, en el Museo del Mundo Maya el 12 de junio. El Instituto Nacional Electoral va mostrando que en México sí puede haber debates contrastantes.
Este artículo fue publicado en El Excélsior el 22 de mayo de 2018, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.