¿Qué futuro le depara al Partido Revolucionario Institucional? Metido en un tobogán que se refleja no sólo en la pérdida de votos, sino también de militantes, con una reducción en el número de gubernaturas y conflictos internos, para muchos este instituto político vive su ocaso y su desaparición –o quizá transformación– es sólo cuestión de tiempo, aunque esto suceda tal vez en la próxima década.
Todo tiempo pasado…
Fundado como un partido para administrar el poder, el PRI está llegando a la coyuntura electoral de 2024 disminuido y con un futuro incierto. Las cifras de votos obtenidas en las últimas votaciones muestran que se trata de una opción electoral que va a la baja, a lo que se suma el desprestigio que lleva a cuestas.
Y es que, en 2015, en la elección federal para renovar la Cámara de Diputados, obtuvo poco más de 11.6 millones de votos, el 30.97% del total de sufragios emitidos; en 2018, en la elección presidencial, bajó a 9.2 millones de votos, el 16.4%; en tanto que en 2021 el voto por el partido para la elección a diputados federales mostró una nueva reducción de los sufragios que recibió en la jornada electoral al obtener poco más de 8.7 millones, el 17.73% del total.
Cabe recordar que por sí mismo sólo logró ganar en 11 distritos electorales.
Sus bancadas legislativas son las más pequeñas de su historia –incluso el partido fue humillado por aquel comentario en redes sociales de que toda su bancada en la Cámara Alta cabía en una selfie–, además de que sus gubernaturas se reducen en cada elección.
Hoy sólo es gobierno estatal en Oaxaca, estado de México, Hidalgo y Coahuila y en los dos próximos años estas gubernatura estarán en juego y el pronóstico no es nada favorable para el tricolor, pues podría quedarse sin Oaxaca –como todo apunta por los indicios que aporta el activismo de Morena en la entidad–, y el resto de entidades será un verdadero enigma con las apuestas en contra –quizá la excepción sea el estado de México, pero nada está escrito–.
Muchos se preguntan qué es lo que ha sucedido en el partido que tuvo todo en décadas pasadas, pero que también representaba a la corrupción y demás vicios que hoy la ciudadanía repudia en las urnas.
Un argumento que dio a conocer el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, para explicar lo que sucede en el PRI es que si la actual dirigencia no coopera con el lopezobradorismo les espera la cárcel, por lo que –gradualmente– han entregado las gubernaturas que tenían en su poder y de acuerdo al exmandatario estatal oaxaqueño, el tricolor llegará a 2024 sin un solo gobierno estatal.
Adicionalmente, señaló que ya se acabó la época en la que el partido era una agencia de colocaciones, por lo que se ve difícil que atraiga candidaturas ante la incertidumbre electoral que tiene el priismo.
También hay que consignar que muchos ciudadanos desean la desaparición del PRI, por considerarlo la síntesis de muchos de los males que aquejan nuestra política, aunque eso no signifique que con su salida del escenario electoral todo mejore.
Así que las opciones se reducen a desaparecer o transformarse, aunque sea a la usanza de muchos de los actuales integrantes de la 4T que cambiaron de camiseta, pero sin dejar las mañas aprendidas, y con eso sobrevivir en el escenario electoral del país.
Renovarse o morir o morir al renovarse, tal parece que el futuro tricolor se reduce a estas dos posibilidades.