El acuerdo alcanzado entre compañías constructoras de gasoductos y la Comisión Federal de Electricidad es un empate. Un empate donde todos se felicitan porque puede ser un punto de partida para una mejor relación con los inversionistas. ¿Por qué es un empate?
CONSTRUCTORAS MANTIENEN RETORNO DE INVERSIÓN
Las compañías constructoras de gasoductos no van a perder, pues a pesar de reducir su tarifa cobrada a la CFE, sí logran alargar los plazos del contrato, por lo cual, tienen garantizado el retorno de su inversión, el Valor Presente de la inversión.
Mientras que la Comisión Federal de Electricidad, a cargo de Manuel Bartlett, también ganó a su manera: sí logró modificar los términos de los contratos, alcanzando unas tarifas menores a pagar y garantizar el abastecimiento de gas para sus plantas generadoras de electricidad.
CFE: ACABAMOS CON CONTRATOS LEONINOS
El gobierno de la 4T se salió con la suya al querer modificar un contrato, pero, al final, los términos financieros parecen similares a los que se tenían. Pero… el sabor es a triunfo, porque el gobierno puede decir que sí redujeron las tarifas que la CFE pagará a las compañías constructoras de gasoductos, terminando con “los contratos leoninos”.
La analista de Moody’s Investors Service, Roxana Muñoz, lo dice bien: “El acuerdo entre CFE y empresas constructoras de los gasoductos es un factor positivo para el crédito de estas empresas, ya que brinda certidumbre a las inversiones y asegura que los proyectos continuarán avanzando. Entendemos que las tarifas disminuirán y que los plazos de los contratos cambian, sin embargo, el retorno de las inversiones para las empresas no tendrá un impacto material.
“La entrada en operación de los gasoductos permitirá que la CFE tenga acceso cierto y sostenido a fuentes de gas, lo que apoyará, a su vez, al mantenimiento de tarifas competitivas para sus usuarios finales”.
LA DUPLA AMLO-SLIM
Sin embargo, el evento pareció algo más que la foto de muchos otros. En esta ocasión se trataba de contratos que podían afectar la confianza en la inversión, pero también del resurgimiento de una buena relación que se había desvanecido, la del presidente López Obrador y el empresario Carlos Slim Helú. Ambos tuvieron puntos de vista distintos con la cancelación del Aeropuerto de Texcoco. Pero ahora, como años atrás, cuando López Obrador siendo jefe de Gobierno capitalino revitalizó el Centro Histórico de la mano del principal inversionista mexicano, Carlos Slim, ambos volvieron a primera escena.
Slim apareció en la conferencia mañanera con López Obrador. El presidente honorario de Grupo Carso, muy a su estilo, dijo lo que lleva argumentando hace tiempo: que si hay demanda y consumo, los empresarios van a invertir. Además, Slim concluyó con elsospechosismo: “No hubo corrupción”, dijo, tajante.
Esto puede ser un antes y un después en la relación gobierno-empresarios, donde se dejen atrás tantas suspicacias. Incluso, hasta el presidente López Obrador adelantó que venía un nuevo Plan Nacional de Infraestructura, en el que la inversión privada será un actor clave.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 28 de agosto de 2019, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.