24-01-2025

En busca de los demócratas perdidos

Etcétera

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Con una importante excepción, Los Chuchos han enarbolado un programa social demócrata, pero sin excepción han mantenido hábitos nacionalistas revolucionarios. El programa ha concernido, claro está, a sus propuestas para el país. Los hábitos nacionalistas revolucionarios a la manera como han administrado las candidaturas y los demás espacios de poder. En los terrenos hacendario y de las telecomunicaciones fueron consecuentes con la socialdemocracia, si bien las reformas materializadas a través del Pacto por México pueden ser mejoradas, como cualquier reforma realmente existente. Frente a la reforma energética, sin embargo, el PRD de Los Chuchos se atuvo a la postura del nacionalismo revolucionario. Su valor para oponerse al purismo populista encontró un límite en el simbolismo petrolero.

Pero si han sido social demócratas en su programa de gobierno, se han ceñido a las viejas costumbres del nacionalismo revolucionario -es decir, del PRI- para asignar candidaturas y puesto de poder. Lograron reproducir con exactitud el sistema piramidal del PRI en el PRD. Encabezando la pirámide municipal, el cacique local pone y dispone al amparo de Los Chuchos, y así en la estatal y, encabezando la pirámide nacional, ellos mismos dan y quitan, deciden fortunas políticas de acuerdo a la lógica pastor rebaño del PRI. ¿Y qué decir de Morena? Pues lo obvio: que López Obrador es el gran pastor y el resto el gran rebaño. Que Monreal lo será en el DF y los caciques regionales, estatales y municipales pastorearán a sus respectivos feligreses en cada una de sus áreas de influencia.

Los procedimientos democráticos para la elección de candidatos y dirigentes no han arribado a la izquierda. El PAN resulta menos ajeno a ellos, pero en los últimos tiempos también han brillado por su ausencia en ese partido. En el PRI la dinámica piramidal no es su segunda naturaleza, sino la primera. Se explica que la sociedad encuentre una esperanza en los candidatos independientes, pero la distancia que media entre El Bronco y Pedro Kumamoto es la que existe entre Palpatine y Joda. Y aquí perdonarán el lector serio y el analista formal la comparación de cómic, pero si la sociedad desea súper héroes, pues hablemos de súper héroes. Y quizá comparar al Bronco con Palpatine integra un gesto exagerado, pero no tanto. Y lo mismo puede decirse de comparar a Kumamoto con Joda. El candidato fresco, sencillo y sin dinero que gana es como el Jedi principal y el candidato triunfador, bravucón y con muchos intereses enredados, como el Sith más poderoso. Todo dentro de la exageración fantasiosa y cándida de las historietas fantásticas, claro está. Pero deseo observar que dentro de ese carácter fantasioso y con frecuencia cándido, esas historias fantásticas suelen contener elementos significativos y sugerentes que no vale la pena desdeñar con no sé qué orgullo agrio y presuntamente lleno de madurez.

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