Las cosas lucían bajo control. La disidencia magisterial parecía menguante, pero algo ocurrió y se entregó el alma de la reforma educativa
Mayo estaba concluyendo con satisfactoria tranquilidad. El subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, conseguía el objetivo de evitar el paro nacional de los maestros de la CNTE y, salvo en Oaxaca, las protestas eran más bien testimoniales.
La intervención de la Secretaría de Gobernación en calidad de mediadora en el conflicto magisterial apuntaba al éxito. Es cierto que había permeado la idea de que con mucho dinero se pagaban los acuerdos. Hasta ahí. Por eso la sorpresa por el comunicado de la SEP (de “cochambrosa redacción”, Mexicanos Primero dixit) del viernes 29, que informaba de la suspensión indefinida de las evaluaciones para el ingreso, promoción y permanencia de aspirantes y maestros de educación básica y media superior, y daba al traste con la estrategia Miranda-Bucareli.
Desde la explosión de la protesta de los maestros en el verano de 2013, propulsada por las votaciones para aprobar la reforma educativa, Gobernación diseñó una estrategia de cinco dimensiones: 1) Desactivar actos y manifestaciones de protesta. 2) Contener un mayor crecimiento y expansión de los grupos magisteriales. 3) Contener la contaminación de los grupos magisteriales con otras organizaciones sociales. 4) Evitar actos de represión que generen un escándalo mediático en detrimento de la imagen del gobierno y las fuerzas de seguridad. 5) Contribuir a la aplicación de la reforma educativa.
Dos años después, a 10 días de las elecciones federales, las cosas lucían bajo control. La disidencia magisterial parecía menguante. Poco se hablaba de los oaxaqueños Villalobos, Núñez y Sibaja; de los líderes ultras de la Ceteg guerrerense, de los michoacanos Ortega y Melchor, o de los chiapanecos Adelfo y Pedro Gómez. Pero algo ocurrió y el gobierno del presidente Peña Nieto anunció que entregaba el alma de la reforma educativa.
¿Por qué, a cambio de qué? El gobierno esconde la cabeza, como avestruz, y toma fuerza la conjetura de que la suspensión indefinida de las evaluaciones es la moneda de cambio para que no haya violencia en las horas previas y durante la jornada del domingo.
El domingo, pues, tendremos una aproximación razonablemente confiable a la pregunta de qué dobló al eje Peña Nieto-Miranda-Bucareli. Hablo de ese eje, porque en estas, las de a de veras, el secretario Chuayffet es un cero a la izquierda.
Propongo una respuesta: fue un acuerdo que ayudará a reducir la tensión entre las dirigencias y las bases de la CNTE. Habrá protestas que no pondrán en riesgo las elecciones. Y la suspensión indefinida se levantará antes de diciembre. Si no es que antes.
MENOS DE 140. Alerta entre los vecinos del Parque México, en la Condesa. Dicen que los asaltos han aumentado 25% ¿25%?
Este artículo fue publicado en El Universal el 02 de Junio de 2015, agradecemos a Ciro Gómez Leyva su autorización para publicarlo en nuestra página