viernes 22 noviembre 2024

Espectáculo mediático “Frida Sofía”, resultado de una cadena de errores

por Marco Levario Turcott

Permítanme un reposo de mis actividades informativas. Para escribir sobre el espectáculo mediático llamado “Frida Sofía”, al que considero resultado de una cadena de errores. Pero antes de precisar, claro, es relevante anotar el contexto de conmoción y tristeza generado por el sismo. Es relevante porque eso incrementa la posiblidad de que ocurran errores y a nosotros nos obliga a comprender.

El primer eslabón es el rescatista que aludió a la niña y enseguida la autoridad que se volvió vocera de esa versión; la autoridad fue considerada una fuente acreditada y la especie se expandió. Sus características implicaron una gran oportunidad para anclar en la estudiante el epicentro de la demás información. Las tres cadenas de televisión, en particular Televisa, le dieron un enorme relieve. Desproporcionado en mi opinión a juzgar por otros temas relegados u omitidos, por ejemplo los daños del terremoto en las colonias Del Valle y Narvarte. Esa prioridad género sensaciones porque esa es una de las principales características de ese dispositivo radiodifusor. La víctima en ese sentido no era la niña del colegio Rébsamen sino la información, los damnificados de otros sitios en la ciudad y los estados de Morelos y Puebla sobre todo. Por la trascendencia de Televisa, su cobertura e influencia, el fenómeno mediático tuvo mayor relieve, aunque además de las otras televisores diversos medios más difundieron la nota de la niña atrapada bajo los escombros.

El error es comprensible. No hay complot o montaje sino una larga cadena de dislates que expandió la falsa historia, no hay mala fe, pero el análisis no puede ni debe quedarse en eso, es muy pequeño ese enfoque. Es comprensible, reitero, pero desde el ámbito periodístico vale la pena señalar la falta de autocrítica: una fuente, por muy acreditada que sea, no puede ser suficiente para dar por cierta una versión, el periodismo es, o como reto implica, algo más que una correa transmisora de versiones, comprende la necesidad de verificar o, al menos, de no inventar. En varios espacios de las redes sociales me han preguntado si entonces el reportero debió meterse como los topos para verificar; ya lo saben ustedes, nunca faltan las personas sagaces. No, les digo, no creo que debieron ser topos, con que fueran reporteros sería suficiente: preguntar por el registro escolar de la niña, construir su perfil consultando a sus compañeros o entrevistar a sus padres; no depender de una sola fuente, el periodismo no es un asunto de fe, implica parámetros éticos y profesionales y tiene una función social.

Tengo en cuenta, en todo momento, el contexto y sus dificultades: son enormes y entonces intento no ser lapidario: los periodistas no pueden inventar, eso equivale a mentir, y varios lo hicieron, por ejemplo para decir, en el caso de la reportera de Televisa, que conocían el nombre de los padres de Frida Sofía pero que reservaban su identidad por respeto a su familia, o el otro caso es cuando Carmen Aristegui informó en vivo y en directo que Frida Sofía había sido rescatada. Esos solo son dos casos, hay más, alrededor de veinte que en la redacción de etcétera estamos estructurando. No creo que tenga un sólido soporte intelectual y ético que ahora haya periodistas y medios que se escuden en el Almirante de la Marina y, con ello, evadan la autocrítica.

Por último: revisar los contenidos de los medios es importante, en todo momento, más todavía en situaciones como estas, considero relevante la existencia de amplias franjas de audiencias que demanden calidad. En este caso específico, porque la obsesión por el rating o la desproporción al narrar una historia -real o inventada- implicó menos relieve al registro de la situación en otros lugares y la condición de los damnificados, por ejemplo Xochimilco, las decenas de edificios dañados y al menos cuatro cerca del colapso en Tlalpan, Buenavista, Narvarte y la Del Valle, en Pitágoras o en Vértiz cerca de Xola no hay luz desde que sucedió el sismo.

Estoy seguro de que Frida Sofía existe por una sucesión de yerros y las ganas de creer de millones de personas, por ello estoy seguro de que esto puede ser un acicate para la autocrítica, no echar culpa a otros de todos los errores y estructurar las noticias con mejor calidad.

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