Ante las peores cifras de violencia contra las mujeres en México, las mexicanas seguimos solas.
Vivimos en un país donde las revanchas políticas y la generación de campañas de odio son más importantes que tragedias nacionales como el feminicidio y la desaparición de personas.
Cada día son asesinadas 10 mujeres en el país y 7 mujeres desaparecen pero los gobiernos son inertes.
La muerte de Debhani Escobar es un lamentable ejemplo más de cómo los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas, en especial de mujeres, son ineficaces, las estadísticas lo dicen y los gobiernos estatales y federales siguen sin modificar y emplear mejor inteligencia y más recursos.
Ahí están en contraste los de Morena derrochando el erario en consultas estúpidas, en campañas de odio y en la promoción de un hombre que piensa que el feminismo sólo es moda y que las mujeres que protestan son manipuladas. Es grotesco ver a personajes como Malú Micher defendiendo a López Obrador antes que actuar por la defensa de la vida y los derechos de más de 66.2 millones de mujeres mexicanas.
Ahí está Samuel García que vive más de los likes, reels y retuits. Un gobernador que impulsa la retórica “las mujeres se ausentan por voluntad propia”, antes de fortalecer con recursos la búsqueda de personas desaparecidas.
Y también tenemos una parte de sociedad que dejó de inmutarse con las historias de violencia de género, con las decenas de fichas de búsqueda que aparecen todos los días. Una parte de sociedad que parece detestar más a las mujeres que a los victimarios.