Semanas atrás, en Etcétera analicé la estrategia de comunicación y el discurso de cuatro mandatarios populistas de Europa: los primeros ministros Viktor Orbán (1963), de Hungría; Boris Johnson (1964), de Gran Bretaña, y Janez Janša (1958) de Eslovenia, y Miloš Zeman (1945), presidente de la República Checa.
Los cuatro provienen de culturas y tradiciones políticas muy diversas. Antes de la caída del muro de Berlín, Hungría y las ahora Eslovenia y República Checa fueron países socialistas bajo la égida de la Unión Soviética. Estas sociedades son muy distintas a la de Gran Bretaña.
El presidente y los tres primeros ministros pertenecen a agrupaciones políticas conservadoras o de derecha. El régimen parlamentario les permite reelegirse y también, si alguna vez perdieron, volverse a presentar a la elección.
Zeman es presidente desde 2013 y su mandato termina en 2023; Orbán ganó las elecciones en 1998 y lo volvió a hacer en 2010, 2014 y 2018; Janša obtuvo la victoria en 2004, 2012 y 2020, mientras que Johnson es primer ministro desde 2019.
Las estrategias operativas que comparten son las siguientes:
- Recoger y encauzar, a su favor, el descontento social de la mayoría de la población.
- Proponerse como los “salvadores” del país. Ellos son los que lo van a sacar adelante; nadie más puede realizar esa tarea.
- Presentarse como los líderes de una “revolución” que va a transformar las estructuras del país.
- Explotar un nacionalismo primitivo y emocional con el que se identifican amplios sectores de la sociedad.
- Afirmar que la “identidad nacional” está en juego ante la “amenaza extranjera”. Hay que defender la soberanía nacional.
- Llamar a filas a la tarea patriota de la “consolidación de la nación” y la defensa de los valores.
- Anunciar el “glorioso” futuro que espera a sus países. Los cuatro están en diverso grado en desacuerdo con la Unión Europea.
- Hablar sólo a los suyos, al pueblo bueno, inteligente y trabajador que integran quienes los apoyan.
- Denostar a quienes no piensan como ellos. Los llegan a calificar como “traidores” a la patria.
- Rechazar la migración, en particular las “hordas” de personas de la cultura islámica. Son potenciales terroristas.
- Utilizar a “intelectuales orgánicos” que construyen y promueven una ideología que se propone ser hegemónica.
- Comunicar de manera directa a través de las redes. Evitan en lo posible, ser mediados por los medios.
- Atacar sistemáticamente a la prensa y a los periodistas críticos. Los acusan de izquierdistas o comunistas.
- Confrontar al sector de la cultura y sus creadores, por ser mujeres y hombres a los que no pueden someter.
- Despertar simpatía y adhesión de sus seguidores a través de mecanismos que los hacen populares y empáticos con sus bases.
El análisis muestra que es en el campo de las estrategias operativas donde las coincidencias son más evidentes y claras. A partir de ellas articulan su estrategia de comunicación y el discurso, pero también su manera de hacer política.
Twitter: @RubenAguilar