Encontramos ciclos permanentemente en la vida. Por ejemplo, el ciclo escolar que hoy está por concluir, y para el cual los alumnos se preparan para presentar exámenes finales. Esta evaluación busca valorar y acreditar el cumplimiento de sus responsabilidades, conforme a lo definido por las autoridades pertinentes en el plan de estudios definido, en términos de sus metas, objetivos y avances.
En las telecomunicaciones sucede algo semejante.
Examen al Preponderante
Corresponde ahora al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) el segundo ejercicio de evaluación sobre las medidas impuestas a América Móvil en marzo del 2014 como Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T). Su carácter preponderante fue definido en términos de que rebasa en infraestructura, usuarios y tráfico a sus demás competidores por encima del 50% del mercado.
En la consulta participan la academia, especialistas y agentes económicos relevantes, en lo principal.
El examen parecería simple, basado en las condiciones actuales en la competencia en las telecomunicaciones, para así, evaluar si ya se cumplen las condiciones e implementación de las medidas asimétricas, o bien se requiere de acciones adicionales, es decir, extraordinarias.
Y sí, como en todo grupo de estudio, siempre hay diferentes tipos de alumnos: los cumplidos, quien en las telecom sería AT&T; los estudiosos, los que a pesar de lo mucho que se esfuercen simplemente no logran tener números positivos, como Telefónica; y los que se la pasan congraciándose y queriendo “capturar” los favores del profesor, caso Claro (espera, puse ¿Claro?) de América Móvil, quien se distingue por siempre “regalar manzanas” para sesgarlo a favor y así obtener buena calificación o bien ninguna descalificación.
Esta vez la manzana que ofrecen no la tiene ni Obama, bueno, ni siquiera la bruja de Blanca Nieves.
El atractivo y jugoso fruto promete que, si lo dejan pasar el examen extraordinario, que por cierto, tienen ya un lustro sin poder acreditar, al tiempo que si le dan además acceso para ofrecer TV de paga vía satelital, sus empresas subsidiarias como Claro TV beneficiarán la oferta de servicios convergentes al usar las redes de Telmex, Telcel y Altán.
Tal vez el “destacado” alumno en cuestión no fue a la escuela el día que debía aprender que la capacidad para el desarrollo de las telecomunicaciones es la competencia efectiva, fundamental para que todos los jugadores maximicen el bienestar o satisfacción de un beneficio para armonía del sistema en su conjunto.
Así, con competencia efectiva, todos los participantes y no sólo uno, pueden aspirar a sacar el ansiado diez de calificación.
¿Por qué examinar la preponderancia?
En la fase actual del sector de las telecomunicaciones en México, es requerida una regulación asimétrica, efectiva en su diseño y aplicación, para lograr balancear las condiciones de participación.
Además, el ofrecimiento de América Móvil de tener disponibilidad para realizar despliegue de infraestructura de nueva generación, adicional a su ya existente, y apoyar para el uso de la de Altán, sólo subraya que durante años no han tenido la voluntad para eliminar las barreras de acceso a su infraestructura por parte de su competencia.
De acuerdo con The Competitive Intelligence Unit (The CIU), los competidores sólo logran un acceso efectivo equivalente al 2% de la infraestructura pasiva del agente económico preponderante, por demás anticompetitivo y absolutamente contrario al mandato constitucional, es decir, una suerte de inconstitucionalidad competitiva.
Al no haber competencia efectiva, el AEP-T provoca una pérdida en el bienestar del mercado y por ende del consumidor ya que tiene ventajas competitivas para crear ofertas que rebasan las capacidades de sus competidores.
Además, genera un “efecto de club” en donde aprisiona a sus usuarios al tenerlos cautivos en su red de servicios.
Calificaciones y Exámenes Extraordinarios
De seguir así, el preponderante crecerá perenemente, lapidando a la competencia y con la potencia de incluso reconstituirse como un monopolio en detrimento del bienestar del consumidor y su economía. Si no tanto, al menos perpetuando su poder monopolístico en el mercado.
Y como una imagen dice más que mil palabras, en la siguiente gráfica se puede apreciar como el AEP-T ha venido aumentando su participación de mercado en términos de ingresos, en una clara tendencia ascendente.
El resultado de la revisión de la efectividad sobre las medidas asimétricas del IFT se verá hasta marzo del 2020.
Para esa fecha y dadas las acciones recurrentes del alumno adulador del profesor, seguramente no habrá pasado el examen y por consecuencia seguirá mermando la competencia en las telecom en México.
Corresponderá al regulador mandarlo a exámenes extraordinarios, no para reprobarlo perenemente, sino en la búsqueda de que alcance una calificación aprobatoria en esta evaluación a la preponderancia, que finalmente, no deja de ser una evaluación a las condiciones de competencia en México.