La fabricación de hechos se convirtió en uno de los rasgos distintivos de nuestra realidad hipercomunicada. Desde que Donald Trump visibilizó el concepto de noticias falsas o fake news, este fenómeno se reprodujo como una epidemia en las redes electrónicas y en los medios de difusión tradicionales. En México, a partir de los primeros meses de 2017 se registra un aumento constante en la información tergiversada, principalmente en temas políticos. Durante el último año la narrativa de este tipo de contenidos esparcidos en páginas web migró a otros espacios en línea como las redes sociales digitales. Facebook es un ejemplo del nuevo escenario donde se difunden hechos ficticios. No me refiero a esta red donde los usuarios reales o falsos comparten enlaces, sino a la creación de fan pages dedicadas a la propagación de contenidos de dudosa veracidad.
En el último año la expansión de este tipo de contenidos en Facebook se registró en algunos estados mexicanos, incluyendo Zacatecas. En esta entidad federativa los sitos se caracterizan por operar desde la clandestinidad: se desconoce la identidad real de los administradores. El anonimato permite producir interpretaciones alteradas de la realidad. No existe transparencia sobre su proceso de producción ni tampoco sobre su economía: algunas páginas compran publicidad y aparecen con mayor frecuencia como opción informativa en las pantallas de los usuarios. Observar los contenidos que construyen y difunden este tipo de sitios permite inferir que se trata de espacios vinculados a la política. 2018 es un año electoral y para el sistema político mexicano el proceso para influir sobre los votantes -para que acepten o no una idea- incluye el uso de estrategias ajenas a los marcos éticos. Estos sitios son en el fondo un coctel de noticias falsas y hechos descontextualizados, así como acusaciones y denuncias anónimas principalmente contra personas que gozan de cierta popularidad.
En el caso de Zacatecas, durante las últimas dos décadas la cultura de la distribución de información no comprobada se incubó en los medios de comunicación tradicionales. Algunos periódicos y publicaciones que circulan principalmente en oficinas públicas han privilegiado la interpretación de la realidad sobre la comprobación de lo que se denuncia. Las caricaturas y columnas que difunden rumores y chismes políticos son el antecedente más cercano en Zacatecas de las noticias falsas. A través de estos espacios se dictan constantes sentencias sobre asuntos públicos y privados. Esta forma de difundir contenidos simbólicos a las audiencias había sido hasta cierto punto un privilegio para algunas personas que podían expresar hacia los demás sus opiniones. La situación cambió con internet. La nueva tecnología permitió que cualquier usuario de las redes sociodigitales desde su propio nicho sea capaz de reproducir la cultura mediática del rumor político.
En Zacatecas las páginas que difunden rumores y fake news tienden a mezclar noticias producidas por medios formales, acontecimientos captados por personas en la vida diaria, información disponible en internet y enjuiciamientos no comprobados que son presentados de múltiples formas. En política la fuente de las condenas suelen ser rumores, chismes, trascendidos, etcétera. Algunas de las fan pages que expanden este tipo de cultura adoptaron nombres de medios de difusión tradicionales como Bajo Reserva El Universal (en referencia al espacio editorial del diario El Universal) y Página 24 (versión apócrifa de un periódico de la zona) o también se refieren a aspectos muy locales como La Acrópolis (alude a una popular cafetería del Centro Histórico) y Sin Pelos Zacatecas (retoma palabras del nombre de un noticiario de radio). Otras páginas con prácticas similares son Señor Siniestro, Info-política Zacatecas, El Lado Oscuro, Infinito-La Verdad Zacatecas, El Digital, El Centro Zacatecas, El Oportuno, ZacaNetas, Primera Plana Zacatecas, Impacto Zacatecas, ZacaLeaks y Pura Verdad.
Las páginas que distribuyen datos no comprobados en Zacatecas funcionan en complicidad con sus seguidores. Los internautas al compartir o “reaccionar” ante la información exponen ante los demás la aprobación del contenido. Además, en el discurso de los participantes prevalece la intolerancia, los insultos y la denostación. Por ejemplo Sin Pelos Zacatecas que tiene casi 13 mil seguidores publicó una noticia donde se acusa al excandidato a la gubernatura y exdiputado federal Rafael Flores Mendoza de tener vínculos con el narcotraficante Raúl Flores Hernández, alias El Tío. El bulo se compartió 49 veces y fue originado en un portal falso del periódico Excélsior: http://m.excelsior.com.mx. Otro ejemplo es la página Primera Plana Zacatecas que culpó a Ricardo Monreal Ávila ex jefe delegacional en Cuauhtémoc, de haber asesorado al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador para que propusiera la amnistía para narcotraficantes. Según esta fan page “los criminales pidieron eso a Monreal, para convertir a México en un narco estado”.
El Centro Zacatecas que está registrado en Facebook como un “medio de comunicación” difundió el pasado 8 de enero una imagen del docente Rodolfo García Zamora. Bajo el título “El güero Zamora, oportunista, cínico y corrupto” este supuesto medio reveló que el docente cobra más de 100 mil pesos en la presidencia municipal de Zacatecas además de lo que recibe en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). La publicación responsabilizó al “güero” Zamora del quebranto económico de la máxima casa de estudios por sus constantes viajes a España y a otras partes del mundo que son sufragados con recursos de la universidad. El resto del texto describe así la realidad: “Este zángano “defiende el centro histórico” por sus giros negros cómo la Bodeguilla, donde no solo se venden bocadillos españoles, si no también alcohol adulterado y estupefacientes a una clientela muy bien consolidada, su defensa del centro histórico es una farsa”. También en este tipo de páginas se han publicado acusaciones de corrupción en contra de los hermanos de Jorge Miranda secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, videos burlescos sobre la sexualidad del diputado federal Benjamín Medrano, mofas contra regidores de la ciudad, supuestos “moches” que reciben dueños de medios y hasta escándalos de la vida privada de políticos.
Bajo la supuesta lógica de atender denuncias ciudadanas y revelar el funcionamiento perverso del sistema político, este tipo de páginas apelan a la descalificación para interpretar la realidad. La narrativa de las fábulas se basa en simples opiniones y carecen de fuente de origen. Desde estos espacios se distribuyen acusaciones que pueden lesionar la dignidad y la reputación de las personas. Políticos, candidatos, secretarios, alcaldes, funcionarios, periodistas, académicos, representantes de asociaciones civiles e incluso personas sin responsabilidad pública han sido marcadas por la corrupción, el alcoholismo, e tráfico de influencias, la pereza, la opulencia, el derroche de recursos públicos, el enriquecimiento ilícito y el nepotismo, entre otros atributos negativos. El impacto puede llegar a ser exponencial: las historias fabricadas en Facebook se fortalecen al repartirse en otras redes como WhatsApp. Los embustes se vuelven exuberantes cuando son repetidas las formas simbólicas falsificadas.
En Zacatecas los contenidos que difunden estas páginas afectan la percepción del espacio público-político. La gente es engañada por páginas registradas como medios de comunicación: se colocan etiquetas a las personas, instituciones y acontecimientos sin que los cibernautas tengan el conocimiento seguro de que tales etiquetas correspondan con la realidad. Reproducir noticas o caricaturas provenientes de las instituciones mediáticas intenta darle mayor credibilidad a los rumores y a las noticias falsas. Se privilegia el derecho a la libertad de expresión sobre el derecho que tiene la sociedad a estar informada. Las personas que participan en estos espacios atizan de alguna manera la propagación de estas formas simbólicas. Es por esto que las fan pages en Zacatecas se deben a las legiones de internet. En algunas ocasiones los seguidores linchan virtualmente a quienes violan códigos establecidos como ocurrió recientemente con los diputados locales Iris Aguirre y Le Roy Barragán. Para el escarnio público se utilizan las posibilidades comunicativas de la tecnología: sondeos, memes, videos, gráficas, fotos modificadas, etcétera. Las mentes pueden llegar a ser embaucadas y responder a los estímulos de los administradores anónimos. En Zacatecas la red social Facebook se está utilizando como instrumento para debilitar el debate racional sobre los asuntos públicos-políticos.