La tesorera del gobierno de México aparece entre los políticos e intelectuales mexicanos que cobran del erario, y apoyan que sean condenados a 20 años cientos de jóvenes por gritar “Patria y Vida”, en lugar de “Patria o Muerte”.
Elvira Concheiro está, junto con Paco Taibo, director del FCE; Enrique Semo, a quien el gobierno de la CDMX distribuye sus libros, y Héctor Díaz Polanco, presidente del Congreso de la CDMX, entre quienes firmaron una carta de apoyo a la represión en Cuba.
“En Cuba no hay nadie preso por sus convicciones o ideas políticas. Sí hay personas presas por atentar contra un orden constitucional refrendado en 2019 por más del 85 por ciento de los electores”, eso dice lo que aprueban, sobre un país sin elecciones libres.
Quitemos que sea una hipocresía que, desde una sociedad libre y democrática, como la que les permitió llegar al poder y tener cargos públicos, apoyen a una dictadura que hace 62 años prohíbe la libertad de voto, expresión, propiedad y culto.
El tema es que, su sueldo de funcionarios, es pagado con los impuestos del gobierno a los ingresos obtenidos por ciudadanos que sí votan por escoger vivir en una sociedad que permite todo lo que prohíbe el régimen cubano.
Y su carta de apoyo a la dictadura se registra en un momento que, en Cuba, existe una movilización de masas inocultable, la cual es reprimida a ojos de todo el mundo: apaleada en la calle y juzgada en los tribunales con penas de 20 años de prisión.
Y ojo, eh: están apoyando una represión a niños, mujeres, a ancianos, condenada y exhibida, con hechos y datos irrebatibles, por organizaciones mundiales que defienden a los movimientos sociales en México, como Amnistía Internacional.
Existen en Cuba, hoy, más de mil personas condenadas a dos décadas de cárcel, detenidas o esperado juicio, por gritar en la calle. Vamos, por lo que están condenadas, presas o en juicio, no se acerca ni a centímetros a lo que hacen aquí la CNTE o Ayotzinapa.
Tendría que provocarles vergüenza a Concheiro, Taibo, Semo, Díaz Polanco, siendo que ellos se llaman a sí mismos “luchadores sociales”. Pero hay otros mexicanos que se dicen de izquierda, que no son funcionarios del gobierno, y también firman la carta.
Aparecen, entre muchos, Pablo González Casanova, Elena Poniatowska, Armando Bartra, Lorenzo Meyer, Gilberto López y Rivas, Bertha Luján, Ifigenia Martínez, Laura Esquivel, Pedro Salmerón, El Fisgón, Enrique Dussel, Florence Toussaint.
Aunque, en un video público, Héctor Díaz Polanco ha sido muy claro: “El papel de Morena en el gobierno es hacer, consolidar y profundizar los cambios, como se hacen en Venezuela”.
Y ése es quien aprueba las leyes de Claudia Sheinbaum.