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miércoles 18 septiembre 2024

Fútbol y poder suave

por María Cristina Rosas

El mundo es un balón. De hecho, al fútbol se le considera el deporte más popular del mundo. Se estima que unos 270 millones de hombres y mujeres, niños y niñas en todas las latitudes, lo practican. La Copa del Mundo es, salvo los Juegos Olímpicos, el evento deportivo más importante del orbe con la peculiaridad de que mientras que en las olimpíadas existen justas en diversas disciplinas, el mundial se aboca únicamente a la pasión futbolera. Qatar 2022 es seguido por unos 2 mil 200 millones de fans a través de cadenas de televisión, redes sociales, TV de paga, etcétera. Es común que, en países desbordados por la pasión futbolera, los empleadores lleguen a acuerdos con sus trabajadores para que puedan seguir paso a paso a sus selecciones -esto ocurre en Brasil, donde se dice que cada niño nace con un baloncito de fútbol bajo el brazo. Si la selección gana, también se autoriza que los fans vayan a celebrar. 

Un caso excepcional es Bangladesh donde se desborda la pasión futbolera, pero respecto a la selección de… ¡Argentina!¹ Esto, que podría parecer sumamente extraño, en un país distante, ubicado lejos del Cono Sur -la distancia entre Argentina y Bangladesh es de 17 mil kilómetros-, en el sur de Asia, con una historia alejada de los próceres latinoamericanos como San Martín; donde el idioma que se habla es el inglés, no el español, puede resultar, después de todo, entendible. Bangladesh, ex colonia británica, es uno de los países más pobres del mundo y ha buscado forjar una identidad nacional desde su independencia, en 1947, cuando se erigió en el Pakistán Oriental disputado por Pakistán e India. 

El Pakistán Oriental, donde se profesa mayoritariamente el islam, abandonado por Pakistán y aquejado por fenómenos naturales y la pobreza extrema, buscó su independencia, misma que obtuvo, con la mediación soviética, en 1971. El país se ubica en una zona donde frecuentemente hay vientos monzónicos y ciclones. Es el más densamente poblado del planeta con 1 017. 95 habitantes por kilómetro cuadrado. La población es de 151 125 000 millones de habitantes, mayor a la de México, pero en un territorio de, apenas, 148 460 kilómetros cuadrados -equivalentes a la superficie del estado de Coahuila. 

Un país tan lejano y que tiene una selección de fútbol bastante modesta desde 1972, ha adoptado a la selección argentina como propia en un proceso de construcción de identidad nacional a partir del rechazo a su ex metrópoli, el Reino Unido, a quien Argentina enfrentó en la Guerra de las Malvinas en 1982, donde fue derrotada, pero de quien se vengó en el mundial de 1986 cuando Diego Armando Maradona anotó con “la mano de Dios” el primer tanto y luego, con una genialidad, selló el triunfo argentino. David contra Goliat, o casi, es como se percibe a Argentina en el sur de Asia, donde Maradona tiene una estatua -en Calcuta- y Bangladesh idolatra a Diego y ahora a Lionel Messi y a su mutiestelar selección. 

En México, donde el fútbol es el deporte nacional -al margen de las preferencias beisboleras del gobernante en turno y de los enormes triunfos de Sergio Checo Pérez en la Fórmula 1-, se sabe que casi tres de cada 10 personas vieron los partidos de la selección en restaurantes y bares, no obstante la diferencia de 9 horas entre la CDMX y Doha -la distancia horaria es distinta en otros estados de la República Mexicana que se rigen por otros husos horarios. Así que, con 40 millones de comensales potenciales, la derrama económica fue importante para los restaurantes y bares, y por ello readecuaron sus menús y horarios de apertura. Dado que casi ocho de cada 10 mexicanos estuvieron viendo a la selección nacional desde sus hogares por la mañana o poco después de medio día, también la actividad familiar/escolar/laboral se vio alterada.² Se anticipaba que los mexicanos que verían los partidos de fútbol desde sus hogares en esta Copa del Mundo Qatar 2022 sería el doble de quienes atestiguaron la Copa del Mundo de Rusia 2018³, esto estimulado también por las plataformas existentes para hacerlo, si bien se ha observado que ciertos partidos sólo se encontraban disponibles vía Sky Sports, cosa que ha generado fuertes críticas a las grandes televisoras cuyos niveles de audiencia han caído de forma sostenida en los últimos años.  

Preferencias nacionales aparte, el fútbol es entretenimiento, diversión y pasión, pero también es una actividad muy lucrativa tanto para las federaciones nacionales como para la máxima autoridad que las aglutina: la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA por su nombre en francés Fédération Internationale de Football Association). Asimismo, el fútbol tiene implicaciones políticas, sociales y culturales muy amplias que serán revisadas a continuación.

Fútbol: sociedad e identidad nacional

Los analistas coinciden en definir al fútbol como un fenómeno político y social que entre otras funciones: 1) opera como un mecanismo de identidad nacional; 2) posibilita la manipulación de la sociedad en aras de afianzar el statu quo, disuadiendo el cambio social; y 3) ha fungido como instrumento de ciertas élites a fin de mitigar el descontento popular.

Por cuanto hace a la identidad nacional, la proliferación de más selecciones nacionales en el seno de la FIFA que el número de países miembros que generalmente pertenecen a los organismos internacionales interestatales corroboraría que el fútbol es la continuación de la política por otros medios. Así, mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reúne a 193 Estados miembros, la FIFA alberga a 211 federaciones de fútbol, muchas de ellas representantes de comunidades nacionales, no simplemente Estados. Baste recordar que en la Copa del Mundo de Qatar 2022 estuvieron presentes Inglaterra y Gales. Entre los socios de FIFA figuran igualmente Palestina, Bermudas, Anguila, Taiwán, Curazao, Guam, Irlanda del Norte, las Islas Caimán, Cook, Vírgenes Británicas y Estadunidenses, Feroe, Samoa Estadunidense, y Tahití, entre otros territorios que, por diversas razones o estatus político no son reconocidos como Estados, pero que la FIFA no ha tenido problema en incorporar a sus filas dado que cada uno de ellos cuenta con una liga de fútbol. No parece lejano el día en que los kurdos integren un equipo de fútbol y busquen su incorporación al organismo de referencia.

Claro que el nacionalismo futbolero puede tener derivaciones bélicas, como se desprende de la experiencia vivida por Honduras y El Salvador en 1969 cuando un partido de fútbol fue la gota que derramó el vaso en las tensiones ya existentes entre las dos naciones, desencadenando un conflicto armado popularmente conocido como la guerra del fútbol.⁴

En lo que toca a la manipulación de la sociedad donde el fútbol constituye una distracción benigna que busca mantener el statu quo, los ejemplos sobran, pero se puede mencionar el caso de la junta militar que gobernaba a la Argentina en 1978 cuando se celebró la Copa del Mundo y la histórica final entre el país anfitrión y Países Bajos que terminó con un marcador 3-1 a favor de los argentinos que obtuvieron así, su primera estrella en el fútbol mundial. Pero también en Italia, en 1934, gobernaba el fascismo y el país anfitrión derrotó por 2-1 a Checoslovaquia para alzarse con la Copa del Mundo, lo que permitió a Mussolini exaltar la superioridad y el orgullo nacional de los italianos. Otro caso es el golpe de Estado contra el presidente de Honduras Manuel Zelaya perpetrado el 28 de junio de 2009 y que se transformó en un suceso marginal una vez que el 14 de octubre la selección nacional se alzó con una victoria por 1-0 contra El Salvador, logrando su clasificación directa a la Copa del Mundo de 2010. El éxtasis que generó en los hondureños el suceso, los hizo olvidarse de la crisis política que enfrentaban y fue así que el fútbol permitió que se consumara un golpe de Estado.⁵

Asimismo hay algunos simbolismos que merecen ser anotados. Se recuerdan las acciones desarrolladas por el gobierno italiano en 1990 para contener el ingreso de refugiados albaneses, quienes fueron confinados en el estadio de fútbol de Bari.⁶ Esta acción evidencia la distinción que hacen los miembros de la Unión Europea (a la que Italia pertenece) entre “ellos” (los excluidos) y “nosotros” (los socios comunitarios) y a pesar de que para ese año la cortina de hierro ya era parte de la historia, rápidamente ésta fue reemplazada por la “fortaleza europea” que restringe el flujo de inmigrantes musulmanes, buscadores de asilo, indocumentados, etcétera. Irónicamente, cada vez más inmigrados o sus descendientes integran a las selecciones nacionales de diversas naciones del mundo, lo que pone a prueba la diversidad, la inclusión y el respecto a la otredad. ¿Qué sería de Francia sin Mbappé -nacido en Francia pero de padre camerunés y madre argelina-? Y no se olvide al Nápoles a quien Maradona dio sus mayores glorias, o el Barcelona de Messi. 

El tema de los inmigrados que llegaron a nutrir a selecciones y/o equipos de fútbol desde el exterior, merece un análisis más detallado, toda vez que, tras un análisis de la composición de las selecciones que han participado en la Copa del Mundo Qatar 2022 se llegó a la conclusión de que, mientras que los equipos de los países avanzados se integran por jugadores que juegan en las ligas de esos países -España, Reino Unido, Alemania, Italia- en el caso de las selecciones de los países en desarrollo, la mayoría de sus estrellas juegan en el extranjero. Tómese el caso de Argentina, país que tiene a 3 476 jugadores en ligas extranjeras, siendo 1 104 que juegan en España, seguido de 556 en Italia, y Estados Unidos con 300. En América Latina, Chile es el país donde más argentinos militan en sus ligas, con 161 gauchos. Según la FIFA, hay presencia de argentinos en 54 federaciones, en tanto en la UEFA los gauchos hacen acto de presencia en todas sus federaciones. Es entendible que Argentina es competitivo, pero que las crisis económicas recurrentes hacen su parte en remitir jugadores como uno de los principales productos de exportación del país.⁷ Otro tanto se puede decir de los brasileños, sumamente cotizados en el fútbol mundial.

Pero el fútbol tiene un lado oscuro -o muchos. En El Salvador, el estadio nacional de fútbol fue usado durante la guerra civil e incluso antes para efectuar asesinatos contra adversarios políticos, y estos eventos fueron transmitidos por televisión a todo el país. Fue en un estadio de fútbol donde el cantante chileno Víctor Jara fue asesinado por instrucciones de Augusto Pinochet. El Estadio Nacional y el Estadio de Chile fueron los lugares donde los prisioneros del régimen pinochetista eran torturados y masacrados,⁸ tema abordado en la película Missing de Costa Gravas. De manera que así como los estadios pueden ser escenarios de diversión, también pueden operar como campos de concentración en determinadas circunstancias y ser usados como instrumentos de regímenes autoritarios y retrógradas.

Finalmente, respecto a la importancia del fútbol para mitigar el descontento popular es evidente de nuevo este efecto de distracción benigna. Dado que la mayoría de estas justas deportivas se han desarrollado en países democráticos -al menos formalmente-, que las sedes de la Copa del Mundo más recientes hayan sido adjudicadas a Rusia en 2018 y a Qatar en 2022, países ambos, con regímenes autoritarios, ha generado críticas enormes. Dado que los criterios de adjudicación no han sido exclusivamente deportivos -se habla de sobornos a las autoridades de la FIFA- queda la sensación de que la sede de estos eventos es entregada al mejor postor, lo que desvirtúa el sentido de un evento que buscaría hermanar a los países del mundo a través de un balón. 

La elección de ambas naciones en 2010 generó sospechas de que Moscú y Doha literalmente abrieron sus respectivas chequeras para ganar las sedes frente a otros naciones. El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha documentado que el entonces vicepresidente de la FIFA, Jack Warner, habría recibido sobornos por 5 millones de dólares para favorecer en las votaciones a los dos países descritos.⁹ Más adelante se analizará el por qué del interés de Rusia y Qatar en organizar la Copa del Mundo, si bien se puede anticipar que ambos entienden la importancia del fútbol como poder suave y como una oportunidad para mejorar su imagen internacional ganando las mentes y los corazones de las audiencias en todo el mundo.

La inversión realizada por Rusia y Qatar, respectivamente, para albergar la Copa del Mundo, es sabido que fue millonaria. Se estima que el gobierno de Vladímir Putin destinó la friolera de 14 mil millones de dólares lo que en su momento lo hizo el evento futbolero más caro de la historia -aunque se especula que Brasil 2014 implicó gastar algo así como 15 mil millones de dólares.¹⁰ Sin embargo Qatar llegó a destronar a los eslavos al erogar 220 mil millones de dólares,¹¹ lo que sugiere que cada vez será más difícil para países de ingresos medios o bajos ser anfitriones de estos torneos. De hecho, para dividir costos es que México, Estados Unidos y Canadá organizarán la Copa del Mundo de 2026, pero el tema de la viabilidad financiera de estas justas deportivas está sobre la mesa.

Algo que también se cuestiona, sobre todo en el caso de Qatar, es la utilidad de la fastuosa infraestructura construida una vez que concluya la Copa del Mundo. En el caso de Brasil, por ejemplo, país futbolero por naturaleza, se ha criticado la construcción de estadios para la Copa del Mundo de 2014 que hoy lucen abandonados. Brasil erigió 12 estadios, muchos de ellos en lugares donde no hay equipos de alto nivel y que hoy están abandonados y son genuinos elefantes blancos.¹² En Qatar, que si bien es un país que ha promovido el deporte como poder suave -trátese de tornos regionales de fútbol o de carreras de la fórmula 1-, varios estadios serán desmantelados en país con una demografía tan reducida y donde el fútbol, por más popular que pueda ser, compite con otros deportes que son del gusto de los residentes, por ejemplo la cetrería, las carreras de camellos, y las competencias ecuestres. 

El fútbol y las estrellas deportivas

El fútbol es, posiblemente, el deporte que mejores salarios genera para sus estrellas a nivel mundial. Messi, considerado el mejor futbolista del mundo es el mejor remunerado, donde su imagen vende menos que su contrato con el PSG. En el caso de Cristiano Ronaldo, sus ingresos por el fútbol y los contratos por su imagen son más equilibrados. Un caso interesante es el del tenista, hoy retirado, Roger Federer, que sin haber tocado una sola raqueta en meses recientes recibe sus honorarios mayoritariamente de la publicidad. En marcado contraste figura el boxeador mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, quien deriva la mayor parte de sus ingresos de sus peleas.

El que más gasta no necesariamente es quien mejor desempeño tiene. Según Statista, la selección de fútbol más cara en la actualidad, es la de Inglaterra, recientemente eliminada por Francia. Los cuatro mejores equipos del mundo, o al menos los cuatro semifinalistas, son Francia (tercera selección más costosa), Argentina la séptima), Croacia (décimo primera posición) y Marruecos que es la menos financiada y ni quiera figura en la estadística. Brasil, Portugal, España y Alemania, hoy eliminadas, parecería que no justifican la enorme inversión hecha en ellas.

El fútbol, ¿anestésico?

No se olvide que el fútbol como instrumento para mitigar el descontento popular, existen múltiples ejemplos. En la etapa más crítica de la década perdida, México se comprometió a organizar la Copa del Mundo en 1986, luego de que las autoridades colombianas declinaran hacerlo. A pesar de la magnitud de la crisis económica, de la virtual moratoria en el pago de la deuda externa y del devastador terremoto de septiembre de 1985, la Copa del Mundo se llevó a cabo y operó como amortiguador social ante la caída brutal en el nivel de vida de los mexicanos. En la Argentina de Jorge Videla en 1978, cuando un dudoso marcador de 6-0 sobre Perú en semifinales posibilitó que por diferencia de goles la selección albi-celeste superara a la de Brasil y disputara la final con Holanda, el triunfo argentino fue una forma de legitimación del régimen militar. Varias décadas antes un fenómeno similar se había producido en la Italia de Mussolini en 1934. El general Vaccaro, Presidente de la Federación Italiana de Fútbol recibió del Duce la siguiente encomienda: “¡General: Italia debe ganar éste Mundial!” porque Vaccaro ya había aceptado con anterioridad que “la finalidad del torneo es demostrar que el deporte del fascismo tiene la calidad del ideal.” Y como Italia ganó a Checoeslovaquia por 2 a 1, Mussolini se legitimó ante los italianos.

Sin embargo, además de lo que afirman los sociólogos y psicólogos que revisan continuamente el papel del fútbol en la sociedad, hay que reconocer que éstas justas deportivas también han operado como catalizadores de la violencia. Ahí está el caso de los hooligans, que en vez de comportarse como espectadores pasivos de los juegos, se convierten en protagonistas creando su propio espectáculo, ejerciendo la violencia sobre la que, irónicamente, el Estado (en el estilo más anti-weberiano) no tiene el monopolio. De ahí que al fútbol se le considere como un fenómeno catárquico.

Por otro lado, el fútbol asociado con la manipulación de las masas es a su vez manipulado por intereses políticos. Cuando Carlos Saúl Menem se convirtió en Presidente de Argentina en 1989 apareció en el estadio nacional de fútbol vestido con el uniforme de la selección nacional de su país. En Ecuador, la caída del Presidente Bucaram “El Loco” (como a él mismo le gustaba que lo llamaran) es percibida, entre otras razones, como resultado del fracaso de la selección nacional para calificar a la Copa del Mundo Francia ’98. En 1996, Nelson Mandela asistió al estadio nacional para celebrar la victoria de la Sudáfrica multirracial frente a Túnez en la final de la Copa Africana de Naciones. En ese mismo año, el controvertido Jean-Marie Le-Pen, líder del partido Frente Nacional (FN) de derecha de Francia, durante la celebración del Campeonato de Naciones Europeas en Inglaterra criticó que muchos de los integrantes de la selección francesa de fútbol no conocieran el himno nacional debido a que eran “extranjeros” incapaces de cantar la Marseillaise con el mismo vigor y la pasión con que lo harían los “verdaderos franceses.” Por otro lado, el ascenso del empresario Silvio Berlusconi como Presidente de la República Italiana habría sido imposible sin sus vínculos y propiedad de las redes nacionales de información y del Club Milán. En 1996, cuando el equipo de fútbol de Nigeria obtuvo la medalla de oro en las Olimpíadas de Atlanta, el régimen militar de esa nación decretó una fiesta nacional. Por último, el Primer Ministro de Jamaica, P. J. Patterson, también auspició una fiesta nacional cuando los reggae boys calificaron para la Copa del Mundo de Francia de 1998. Es natural que las figuras políticas aprovechen el impacto del deporte más popular para jalar agua para su molino.¹³

La FIFA y sus secuaces

En la jefatura de la FIFA han predominado figuras europeas hasta que llegó el dictador brasileño Joao Havelange en 1974. El primer presidente de la FIFA fue el francés Robert Guérin (quien estuve a cargo de la institución de 1904 a 1906), seguido del inglés Daniel Burley Woolfall (1906-1918). Jules Rimet, también francés, presidió a la organización de 1921 a 1954 (y en ese último año fue designado Presidente Honorario de la FIFA). De 1954 a 1955 el belga Rodolphe William Seeldrayers presidió a la organización para ceder el lugar a Arthur Drewry de Inglaterra de 1955 a 1961. Otro inglés, Sir Stanley Rous estuvo a cargo de 1961 a 1974 (y en ese último año fue designado Presidente Honorario). Así Havelange y el ahora occiso Guillermo Cañedo, vinieron a romper con la hegemonía europea sobre la lucrativa FIFA, si bien el deceso de Cañedo dejó un vacío que rápidamente fue ocupado por los europeos y con el suizo Joseph Blatter, quién de nueva cuenta, tras el retiro de Havelange, restableció el predominio del viejo continente en el proceso de toma de decisiones de la institución, al igual que su sucesor, el también suizo, Gianni Infantino (2016 a la fecha). Cierto, hubo un interinato del camerunés Issa Hayatou (2015-2016), que deja en claro que para fines de la FIFA sólo existe Europa, sin importar cuánto gasten los países árabes, latinoamericanos o africanos para celebrar copas del mundo.

El actual presidente de la FIFA, está más que obligado a combatir la corrupción. A Havelange muchos lo consideraban la figura que logró la globalización del fútbol (ya que incluso, en 1994, la Copa del Mundo se llevó a cabo en EEUU, un país donde éste deporte es deliberadamente impopular,¹⁴ pero donde las grandes transnacionales dejaron sentir sus influencias a fin de capitalizar el evento a favor de sus intereses, situación parecida a lo ocurrido con los Juegos Olímpicos del centenario celebrados en Atlanta en 1996, sede de Coca-Cola y Delta Airlines, cuando lo lógico habría sido efectuarlos en Grecia, donde se iniciaron las justas olímpicas de la era moderna en 1896). Otro tanto se puede decir de las copas en Corea del Sur/Japón de 2002; y Sudáfrica en 2010, donde el el fútbol no es el deporte nacional, pero fue necesario “democratizar” las sedes ante la lluvia de críticas por el eurocentrismo imperante en el seno de la FIFA. Otra de las grandes críticas de que han sido objeto Havelange y sus sucesores es que han apoyado mucho al fútbol como espectáculo y como fuente generadora de ingresos millonarios para ciertos consorcios transnacionales. En cambio, pareciera que se pierde de vista el factor humano y la situación de servilismo a que son sometidos los jugadores por parte de los clubes que los contratan y los transfieren.

Cuadro 1
Las mejores selecciones femeninas de fútbol del mundo
según la clasificación de la FIFA
(al 6 de octubre de 2022)

Fuente: FIFA.

Al igual que los Juegos Olímpicos, la Copa del Mundo es un evento claramente occidental con gran preponderancia europea, lo cual es más visible en el caso de la FIFA. Ésta nació en 1904 y sus creadores fueron las delegaciones de países exclusivamente europeos (Bélgica, Dinamarca, Francia, Países Bajos, España, Suecia y Suiza) que asistieron a la reunión fundacional en París. Al paso del tiempo, nuevos equipos se fueron adhiriendo a la institución hasta llegar en la actualidad a 211 selecciones nacionales¹⁵ que superan la membresía en la Organización de las Naciones Unidas, integrada por 193 Estados. Sin embargo, hasta el día de hoy la preeminencia europea sigue siendo muy marcada. De todas las confederaciones que aglutina la FIFA, la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) es de las que más miembros tiene (55) seguida de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) con 54 selecciones, la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC, 11 selecciones más 2 que no están asociadas a la FIFA), de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL, 10 selecciones), de la Confederación de Asociaciones de Fútbol de América del Norte, Central y el Caribe (CONCAFAF, 41 selecciones) y de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC, 47 selecciones). De 21 Copas del Mundo varolines celebradas hasta el día de hoy, nueve se han efectuado en países de Europa Occidental (con Italia y Francia que organizaron dos justas cada uno en distintas épocas), una en EEUU, una en Japón (en conjunto con Corea del Sur), una en África, una en Medio Oriente y el resto en América Latina. El próximo año, la Copa Mundial femenil se desarrollará en Australia y Nueva Zelanda de manera conjunta pero Oceanía aun no alberga una justa masculina de este deporte. En 2026, México, Estados Unidos y Canadá compartirán la sede del evento. La primera Copa del Mundo se llevó a cabo en Uruguay con trece participantes en el año de 1930. Hacia 1958, durante la Sexta Copa del Mundo celebrada en Suecia, se transmitió el evento por primera vez por televisión, estableciéndose la estratégica relación entre la FIFA y las televisoras con los correspondientes derechos de transmisión. Ahora en Qatar 2022, han participado 32 selecciones.

Cuadro 2
Las mejores selecciones masculinas de fútbol del mundo
según la clasificación de la FIFA
(al 6 de octubre de 2022)

Fuente: FIFA.

¿Por el bien del juego?

En el emblema oficial de la FIFA puede leerse la consigna “por el bien del juego.” Empero, el juego en sí no parece ser el principal estímulo de las autoridades de la institución para organizar una Copa del Mundo. Estas personas insisten en el hecho de que las finanzas de la FIFA son sanas y que las Copas del Mundo “generan ingresos sustanciales (…) a través de la venta de boletos, los derechos de transmisión, los patrocinadores y la mercancía alusiva.” También señalan que “los beneficios fluyen a los equipos finalistas, mientras que la FIFA retiene únicamente los fondos que necesita para administrar sus costos administrativos y las actividades centrales para el siguiente período de cuatro años.”¹⁶ Esto llevaría a pensar que efectivamente la FIFA está más preocupada por las competencias futboleras que por el lucro. A pesar de ello recientemente se dio a conocer que tan sólo por la venta a las televisoras de diversos países del mundo de los derechos de transmisión de los partidos, la FIFA recibiría, en principio, la bagatela de 2 640 millones de dólares. ¿Cuánto requiere la institución para “financiar sus gastos administrativos”? Esa información seguramente sólo la posee un selecto grupo de autoridades de la organización.

Una forma de evaluar la manera en que opera la FIFA es a través de la revisión de las selecciones nacionales que se ubican (según el ranking de la propia FIFA) entre las veinte mejores del mundo. En los cuadros anexos pueden observarse las listas para las ramas femenil y varonil. Ya se comentaba que los países más desarrollados predominan en la rama femenil. Los países en desarrollo seguramente no porque en muchos de ellos los derechos de las mujeres y la equidad de género -más los estereotipos culturales- impiden su empoderamiento y que tengan mayor presencia en un deporte que hasta no hace mucho era publicitado como “el juego del hombre.” De los 20 países que aparecen en el cuadro de las selecciones femeniles, 16 son desarrollados, uno latinoamericano, el único por cierto (Brasil) y si se quiere considerar a Corea del Sur y la RP China como países en desarrollo, ahí están presentes. Es de destacar la presencia de Corea del Norte que se encuentra en la 10ª posición, arriba incluso de Corea del Sur, que aparece en el escaño 17°.

En la rama varonil hay también más países desarrollados que en desarrollo pero no de manera tan escandalosa como en la rama femenil. De las 20 selecciones que ahí figuran, 13 corresponden a países desarrollados, cinco a países latinoamericanos -la lista la encabeza Brasil, si bien eso cambiará tras el resultado de la actual Copa del Mundo-, más Senegal e Irán. 

Cuando se mira el lugar que ocupa México, quien ha tenido un pobre desempeño antes y durante la Copa del Mundo de Qatar 2022, vale la pena preguntar qué determina la 13ª posición que ostenta. La respuesta, naturalmente, no reposa en la “capacidad futbolística” de México (si es que algo de eso existe en la selección nacional), sino en su capacidad para generar ingresos a los intereses transnacionales patrocinadores del equipo mexicano, a la Federación Mexicana de Fútbol (FEMEXFUT) y a los clubes en que juegan los seleccionados. El caso del veterano jugador brasileño-español Dani Alves, de 39 años de edad, ha sido muy comentado. Al haber sido convocado por Tite para la Copa del Mundo Qatar 2022 para jugar en la selección de Brasil, permite que el equipo de Pumas, donde milita actualmente, reciba de la FIFA 10 mil dólares por cada día que dicho jugador haya pasado convocado tanto para los partidos como para la preparación previa. Esta información explica lo importante que es para los clubes prestar a sus jugadores para una Copa del Mundo, debido a estas jugosas compensaciones. Por supuesto que la liga MX recibe poco a comparación de los grandes clubes europeos, porque además la permanencia de la selección nacional en la contienda fue muy breve, al ser eliminada en la fase de grupos. Muchas estrellas de Argentina, si no es que todas, militan en clubes europeos que ingresarán a sus arcas varios cientos de miles de dólares. Esto también ayudaría a explicar por qué en México se privilegia tanto la incorporación de jugadores que militan en clubes europeos a pesar de que el rendimiento de la mayoría de ellos deja mucho qué desear -y ya no se diga del tema de la edad. Se convocó incluso a jugadores lesionados que no podían tener un rendimiento óptimo -como ocurrió con Raúl Jiménez.

Así las cosas, el fútbol aparece hoy como nunca ligado a los intereses de las grandes empresas transnacionales, justo en momentos en que se habla de la crisis del Estado-nación y posiblemente se busca, a través de selecciones “nacionales” (en la práctica financiadas por transnacionales) establecer nuevos mecanismos de identidad nacional en concordancia con la globalización y la interdependencia crecientes, como ocurre justamente en Bangladesh donde la selección argentina es idolatrada. Identidades nacionales aparte, el fútbol también busca generar una imagen positiva del país o países anfitriones, dado que comunica (n) valores positivos, o al menos lo intenta, hacia las audiencias de otros países, con lo que presumiblemente ganaría (n) sus mentes y corazones.

El fútbol y el poder suave

El poder es la capacidad que posee un ente —léase persona, Estado, empresa, organismo no gubernamental, etcétera— para lograr que otros hagan lo que él quiere. Para ello, dicho ente cuenta con diversos instrumentos: diplomacia, cooptación, estímulos, sanciones, represalias y la guerra, entre otros. En el mundo de hoy, en que los países buscan trascender en la escena internacional y además promover sus intereses, el llamado poder suave parece la herramienta idónea para lograr estos objetivos. A diferencia del poder duro, basado en las capacidades económicas y militares, el mayormente poder suave es intangible -aunque los barcos de guerra reconvertidos en hospitales navales muestran cómo se puede transitar del poder duro al suave. También, el suave es un poder especialmente, aspiracional. La producción artística, cultural, musical, el cine, el prestigio educativo y científico, el atractivo turístico, el cuidado ambiental, la capacidad para exportar modas y tendencias, la gastronomía, las bebidas típicas —vino, destilados, cervezas, etcétera—, y ciertamente los grandes eventos deportivos constituyen elementos clave del poder suave. El Estado que cuenta con una estrategia que reposa en los aspectos referidos, tiene la posibilidad de influir en los demás y de obtener de ellos, lo que desea —o casi—, sin necesidad de amenazarlos con un conflicto armado o por la vía de las presiones económicas. 

Claro que el poder suave puede ser dilapidado cuando un país lo usa y no logra combinarlo apropiadamente respecto al poder duro -Rusia sería un ejemplo de ello, dado que tras los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014 inicio la escalada bélica que culminó con la anexión de Crimea, o bien, tras la Copa del Mundo de 2018, siguió teniendo una beligerancia contra Ucrania y otros territorios del otrora espacio soviético. En cualquier caso, el poder suave es, entonces, un poder de cooptación.

Qatar es un pequeño emirato en la península arábiga que gracias a sus reservas de hidrocarburos se ha erigido en un poderoso e influyente actor en las relaciones internacionales. Cuenta con una cadena informativa, Al Jazeera, que le oermite generar sus propias narrativas y de paso abrirse camino frente a sus vecinos, con quienes ha tenido enormes tensiones debido a las acusaciones de que Doha ha brindado apoyo a los Hermanos Musulmanes, más sus relaciones con el talibán y con el gobierno iraní. Esa imagen de “paria” de las relaciones internacionales la ha combatido con una vigorosa promoción de actividades deportivas de primer nivel como, por ejemplo, en plena pandemia y sin asistentes, se jugó la fase inicial de grupos este y oeste de la Liga de Campeones de la Confederación Asiática de Fútbol (CAF), al igual que la final de la Copa del Emir 2020 y ello sin dejar de lado las competencias de la fórmula 1. La exitosa organización de los eventos referidos ha merecido elogios de parte de la FIFA y de otros organismos deportivos.

No está de más hacer un recuento, además de Al Jazeera y eventos deportivos de primer nivel, de otros recursos de poder suave con que cuenta el poderoso emirato. La Fundación Qatar, organismo con fines educativos creado en 1995 se propone apoyar la transición de la economía nacional basada actualmente en los hidrocarburos a una economía del conocimiento. Así, la fundación ha creado numerosos centros educativos y programas académicos que constituyen verdaderos oasis de educación en la región. Seguramente el lector recordará la presencia del logotipo de la Fundación Qatar en los uniformes del equipo de Barcelona de fútbol.

Qatar también ha sido un donante significativo ante fenómenos naturales como el huracán Katrina –segundo donante a nivel mundial en la creación del Katrina Fund-, ante conflictos armados como la incursión israelí que destruyó el Líbano y donde Doha aportó recursos para su reconstrucción. También ha provisto a Hamas de recursos para la rehabilitación de Gaza desde 2008.¹⁷ Asimismo, Doha ha sido sede de importantes conferencias y encuentros internacionales. No se olvide a la aerolínea Qatar Airways, considerada una de las mejores y más seguras del mundo, misma que hace su parte para transportar a turistas y empresarios desde esa región al resto del mundo y viceversa.¹⁸

A propósito de los estadios que desmantelará, el gobierno qatarí ha hecho saber que éstos podrían ser entregados a países en desarrollo para apoyar sus actividades deportivas. Esto va de la mano de la sustentabilidad: la Copa del Mundo se caracteriza, según las autoridades, por se de “bajas emisiones” contaminantes, pese a la climatización requerida en los estadios a efecto de revertir las altas temperaturas promedio imperantes en el país.¹⁹

El concepto de poder suave debe mucho de su perfil al estadunidense Joseph S. Nye Jr., estudioso del tema siempre teniendo como referente a Estados Unidos. Esta noción se origina en el debate sobre el declive de la Unión Americana, en particular, tras la publicación, en 1987, del libro de Paul Kennedy Auge y caída de las grandes potencias, en el que el británico postula que Estados Unidos repetirá la historia de otros grandes poderes que vivieron ciclos de desarrollo, auge y decadencia. Nye, crítico de Kennedy, postula que no es que ese país esté colapsando, sino que la configuración del poder ha cambiado, argumentando que antaño bastaba con tener una economía sólida y un ejército importante, en tanto ahora, los recursos del poder son más diversos, y muchos de ellos intangibles como los que integran al llamado poder suave. La polémica en torno a esto se acentúa cuando al analizar la historia de la humanidad, se observa que en todas las épocas quienes ejercen el poder echan mano de sus capacidades “duras”, al igual que de las “suaves.” Pensar que el poder se ha ejercido desde tiempo inmemorial sólo a punta de pistola, niega el hecho de que para dominar no basta con amenazar, intimidar y ganar las batallas, sino que también se requiere ser admirado, imitado y claro está, respetado. Por lo tanto, el poder suave no es algo nuevo y mucho menos privativo de Estados Unidos. Para países con escasos recursos de poder duro, por ejemplo, México -con una economía débil, fuerzas armadas diseñadas para responder a flagelos internos y ahora para combatir a la delincuencia organizada, gestionar bancos, aduanas, hospitales, obras de infraestructura, etcétera-, el poder suave puede coadyuvar a un mejor posicionamiento en la escena mundial, o bien a mejorar una imagen que, de otra manera, no sería positiva ante las audiencias internacionales, incluyendo a los inversionistas. También para los países más poderosos, el deporte es una manera de matizar su imagen a los ojos de los demás: la Copa del Mundo de Alemania de 2006 contribuyó a que los alemanes fueran vistos como amistosos, cordiales y admirados por sus logros industriales, tecnológicos y ciertamente deportivos. Corea del Sur y Japón, debieron estrechar lazos en 2002 para albergar la Copa del Mundo, pese a las tensiones por los abusos perpetrados por el militarismo japonés en la segunda guerra mundial. La RP China ha organizado dos Juegos Olímpicos, tanto de verano como de invierno mostrando al mundo sus capacidades y progresos científicos, tecnológicos y educativos, mitigando la imagen de “amenaza china.”

Corea del Norte merece una mención especial porque las noticias que normalmente se difunden sobre este país versan sobre su programa nuclear. Como parte de la estrategia de mejorar la imagen internacional del país y de atraer inversiones, el país ha fomentado el fútbol en la educación física que se imparte en las escuelas. La selección femenil norcoreana ha tenido logros impresionantes: tres copas asiáticas de la CAF, medallas de oro en tres juegos continentales, campeonas en los mundiales Sub 17 y Sub 20 en Jordania y Papúa Nueva Guinea respectivamente.²⁰ Claro que esto cambia con la selección varonil cuyo desempeño ha sido menor y se ha documentado que, por ejemplo, para la Copa del Mundo de Sudáfrica de 2010, a la que clasificó el país, el gobierno norcoreano contrató a 2 mil actores chinos para que la hicieran de hinchas en los partidos de la selección, la cual perdió sus tres partidos y fue echada de la competencia en la fase de grupos. Ciertamente esos “falsos hinchas” generaron mala reputación al país.²¹ Así, la bien merecida fama ganada por las mujeres se ve empañada por estos artilugios que fueron descubiertos cuando en aquella Copa del Mundo de Sudáfrica, la prensa quiso conversar con los supuestos “hinchas” para caer en la cuenta, tras una investigación, de que no eran quienes decían ser.

Qatar ocupa la 26ª posición en los índices de poder suave de Brand Finance en 2022, lugar que también tenía en 2021. Se encuentra 16 escaños por encima de México, pero también por arriba de Brasil, India, Argentina, Colombia y Chile, todos ellos con conocidos atributos de poder suave pero que no los aprovechan al máximo o bien, se ven opacados por desatinos, dificultades de diversa índole y malas decisiones.²²

No se puede dejar de lado que sobre Qatar pesan causaciones graves de violaciones a los derechos humanos sobre los trabajadores migrantes que construyeron los fastuosos estadios de esta Copa del Mundo. Si bien se han manejado cifras de hasta 6 500 trabajadores fallecidos ante las duras condiciones de trabajo en temperaturas extremas desde 2010 -más el trabajo realizado en plena pandemia-, fecha en que Qatar recibió de la FIFA la sede de la Copa del Mundo, las propias autoridades qataríes y el organismo deportivo han desmentido estos datos.²³ Dado que en el país no se suelen transparentar muchas cosas, no debería sorprender que no exista información verificable. Hoy por hoy, el gobierno qatarí admite que murieron entre 400 y 500 personas.²⁴

Ello, más la situación de las mujeres, que es otro rubro donde se considera que el país debería mejorar -a pesar de que en la región es donde las mujeres tienen las tasas de escolaridad más altas- lleva a ponderar si los enormes logros de esta Copa del Mundo que está por terminar, serán suficientes para que Qatar se haga de una buena imagen y gane las mentes y los corazones de los habitantes del mundo. Mientras eso sucede, el planeta aguarda los partidos que definirán al tercer lugar y sobre todo al vencedor de la contienda y al menos por un tiempo, sólo se hablará de ello. Así es el fútbol. Todo lo cambia para que todo siga igual, porque al final del día, el mundo es un  balón y todo recomienza una y otra vez.


¹ Radio Fórmula (s/f), “Banglasdesh celebra los goles de Messi y Argentina: ¿por qué razón?”, disponible en https://futbol.radioformula.com.mx/qatar/2022/1ar-2022-bangladesh-celebra-los-goles-de-messi-argentina-por-que-razon-67081.html 
² Alejandra Rodríguez (septiembre 6, 2022), “¡Salud y preparen las mesas! 40 millones de mexicanos verán Qatar 2022 desde el bar”, en El Financiero, disponible en https://www.elfinanciero.com.mx/empresas/2022/09/06/mexicanos-se-pondran-muy-hogarenos-para-qatar-2022-80-seguira-torneo-desde-casa/ 
³ Ibid.
 Ryszard Kapucinski (212), La guerra del fútbol, México, Anagrama. 
 Juan Villoro (noviembre 2022), “Formas de abrazarse en el césped”, en Revista de la Universidad Nacional de México, disponible en https://www.revistadelauniversidad.mx/download/361836aa-5794-4e63-bff0-69704709dca9?filename=futbol , pp. 35-39.
 El País (8 de agosto de 1991), “Tercer éxodo masivo de albaneses hacia Italia”, disponible en https://elpais.com/diario/1991/08/09/internacional/681688811_850215.html 
 MKT (19 de mayo de 2021), “¿Cuántos argentinos juegan en el fútbol extranjero en la actualidad?”, disponible en https://www.marketingregistrado.com/futbol/2021/cuantos-argentinos-juegan-futbol-extranjero-actualidad-33478/
 Tomás Bence (9 de junio de 2015), “La historia oscura del estadio Nacional de Santiago: fue la cárcel más grande de la dictadura de Pinochet”, en La Nación, disponible en https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/la-historia-mas-oscura-del-nacional-de-santiago-fue-la-carcel-mas-grande-de-la-dictadura-de-pinochet-nid1800145/ 
 La Vanguardia (7/4/2020), “Acusan formalmente de soborno a los organizadores del Mundial de Rusia y de Qatar”, disponible en https://www.lavanguardia.com/deportes/futbol/20200407/48375483938/soborno-fifa-mundial-rusia-mundial-qatar-2022.html 
¹⁰ Infobae (11 de junio de 2018), “Los números detrás de Rusia 2018, el Mundial más caro de la historia”, disponible en https://www.infobae.com/america/deportes/mundial-rusia-2018/2018/06/11/los-numeros-detras-de-rusia-2018-el-mundial-mas-caro-de-la-historia/ 
¹¹ Víctor Barragán y Sebastián Díaz (18 de noviembre 2022), “¿Cuánto costó Qatar 2022?”, en El Economista, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/mercados/Cuanto-costo-Qatar-2022-20221118-0014.html 
¹² La Silla Rota (11/7/2020), “”Elefantes Blancos”: Estadios abandonados alrededor del mundo”, disponible en https://lasillarota.com/deportes/deporte/2020/7/11/elefantes-blancos-estadios-abandonados-alrededor-del-mundo-237601.html 
¹³ Véase T. Bar-On, “The Ambiguities of Football, Politics, Culture, and Social Transformation in Latin America”, en Sociological Research Online, vol. 2, no. 4, http://www.socresonline.org.uk/socresonline/2/4/2.html
¹⁴ Todo parece indicar que en realidad la élite de los wasp (white, anglo-saxon, protestant) en EEUU deliberadamente ha promovido la hostilidad hacia el balompié debido a que quería forjar una identidad nacional distintiva a través del deporte. Buscó un juego que fuera diferente de la influencia cultural británica o europea y que en su lugar definiera y expresara el American way. De ésta forma, el fútbol americano surgió como reflejo de la agresividad emergente, del ambiente capitalista darwiniano. El béisbol y el baloncesto también florecieron, mientras que el soccer mantuvo una presencia secundaria. Irónicamente, entre los años 20 y 40 del presente siglo, la costa este de EEUU mantuvo una liga de soccer alrededor de los centros industriales. Por tanto, EEUU participó en las primeras dos copas del mundo (en 1930 y 1934) y fue semifinalista. En la Copa del Mundo de 1950, EEUU obtuvo una impresionante victoria sobre Inglaterra de 1-0.  Entre 1968 y 1984, EEUU y Canadá dieron la bienvenida a la Liga Norteamericana de Soccer que albergó a estrellas como Pelé, Neeskens, Eusebio y Beckenbauer. Tras 42 años de inercia, EEUU participó en las Copas del Mundo de 1990 y 1994. En 1991, el equipo femenil de fútbol de EEUU obtuvo la medalla de oro en la primera Copa del Mundo femenina y en 1996 también el equipo de fútbol femenino obtuvo la medalla de oro en las Olimpíadas de Atlanta. De las ocho Copas del Mundo para la rama femenil efectuadas desde 1991 a la fecha, EEUU ha ganado cuatro veces, Alemania 2 y Japón y Noruega una cada país. ES de destacar que en 2003 la República Popular China (RP China) habría albergado la Copa del Mundo femenil, pero debido a la pandemia del SARSCoV la sede se trasladó a Estados Unidos. De hecho, Estados Unidos es reconocido como potencia en fútbol femenil a nivel global.
¹⁵ De hecho la selección número 198 es la de Palestina que tras un período como observador ahora ya pertenece plenamente a la organización. El miembro 199, recién adherido es Etiopía y el 200 será Turcos y Caicos.
¹⁶ Véase http://www.fifa.com/fifa/handbook/fgg/fgg.7.html
¹⁷ Beers & Politics (septiembre 26, 2021), “El poder blando de Qatar”, disponible en https://beersandpolitics.com/el-poder-blando-de-qatar
¹⁸ The Political Room (s/f), “El poder blando: los grandes eventos deportivos”, disponible en https://thepoliticalroom.com/el-poder-blando-eventos-deportivos/ 
¹⁹ Ibid.
²⁰ Ángeles Corchado (12 de noviembre de 2018), “¿Por qué es tan exitoso el fútbol femenino en Corea del Norte?”, en La Tercera, disponible en https://chile.as.com/chile/2018/11/12/futbol/1542047195_200247.html
²¹ Eduardo Cornago (31-10-2022), “¿Cómo contrató Corea del Norte a 2 000 actores chinos ara que animasen a la selección en un mundial?, en La Vanguardia, disponible en https://www.larazon.es/deportes/futbol/mundial/20221031/dtvwzfuoqnabpflqphcvqulmfy.html 
²² Brand Finance (2022), Global Soft Power Index 2002, disponible en https://brandirectory-live-public.s3.eu-west-2.amazonaws.com/reports_free/brand-finance-soft-power-index-2022.pdf 
²³ Pete Pattison et al (12/11/2022), “6 500 trabajadores inmigrantes han muerto en Qatar desde su elección para celebrar el mundial de fútbol de 2022”, en El Diario, disponible en https://www.eldiario.es/desalambre/6-500-trabajadores-inmigrantes-han-muerto-qatar-prepara-mundial-futbol_1_7256627.html 
²⁴ Semindra Kundi (4 de diciembre de 2022), “Cifras que no cierran: Qatar revela cuántas personas murieron en la construcción de estadios y genera polémica por el número”, en Forbes Argentina, disponible en https://www.forbesargentina.com/qatar-2022/cifras-cierran-qatar-revela-cuantas-personas-murieron-construccion-estadios-genera-polemicas-numero-n25930 

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